Málaga sigue avanzando en su apuesta por exprimir al máximo el potencial de la futura transformación de La Rosaleda con motivo del Mundial de Fútbol 2030. Tras poner en marcha el pasado 10 de julio el concurso para adjudicar la redacción de un estudio de alternativas, mediante el que analizar la oportunidades que presenta el mercado para mejorar la explotación del complejo, que se pretende convertir en una especie de Arena, con capacidad para grandes eventos musicales y sociales, hay cuatro empresas que pugnan por hacerse con el contrato.
Las firmas que siguen adelante en el proceso son:
- Roland Berger, S. A.
- CBRE Real Estate, S. A.
- Idom Consulting Engineering Architecture, S. A. U.
- KPMG Asesores, S. L.
A todas ellas hay que sumar una quinta, Legends Hospitality España, S. L., que finalmente ha sido descartada tras no haber justificado determinada documentación que se le ha requerido.
Con la activación de este concurso, el Consistorio da un paso más en su apuesta por hacer de la Nueva Rosaleda un gran complejo de ocio y generación de actividad económica. El presupuesto de partida del trabajo es de 248.181,94 euros, siendo el plazo de 112 días.
Atendiendo al pliego de condiciones que rige este concurso, a la cuantificación de alternativas para su explotación venidera (deportes, ocio y espectáculos, eventos y similares), se añade una segunda fase para la "identificación y prospección de posibles operadores nacionales o internacionales interesados en la explotación de este, así como un diseño de la hoja de ruta para las siguientes etapas del proyecto a implementar en el Estadio".
En el documento se subraya la importancia de La Rosaleda en la actividad de Málaga, así como la relevancia de la inversión que se pretende acometer, que podría rondar entre los 250 y los 300 millones. Esto obliga a realizar "un profundo análisis y cuantificación del potencial de actividad de las instalaciones, tanto en cuanto a la práctica deportiva del fútbol como de otras actividades que puedan albergar las instalaciones".
Con ello, se pretende asegurar la sostenibilidad económica de la instalación en el futuro, incluyendo la opción de que pueda financiarse de forma privada parte de las inversiones requeridas, tanto en la realización de las obras generales, como de las propias actividades que puedan realizarse dentro del Estadio.
La apuesta de los propietarios pasa por ampliar el estadio de fútbol hasta lograr una capacidad de 45.000 espectadores, con aparcamiento, urbanización del entorno y otras infraestructuras de acceso y evacuación.
"Es un modelo de estadio de gama alta, que debe cumplir los máximos estándares FIFA para un estadio de esta capacidad", se indica. Al tiempo, se plantea la opción de construir un recinto polivalente modelo Arena, que posibilite, además de los usos puramente futbolísticos y deportivos del modelo, con otros usos distintos al futbolístico (conciertos, eventos, convenciones…), y que podría llegar a disponer de un sistema de césped deslizante y cubierta retráctil, entre otras prestaciones más avanzadas.
Incluso, se apunta que a partir de diversas experiencias conocidas, la operación y explotación del recinto, una vez transformado, "podría ser asumida por operadores privados del sector, si bien está pendiente profundizar en la viabilidad técnica, económica y financiera, posibles demandas, y potenciales usos, tanto en el estadio como en el entorno más próximo".