Lola Cabrillana, escritora, maestra y activista del colectivo gitano en Málaga, hace un viaje entre sus recuerdos en la Feria de Málaga respondiendo al cuestionario feriante de EL ESPAÑOL de Málaga. Si tiene que quedarse con un recuerdo, no duda en el clásico posado que todos los niños se hacían "agarraos" a una verja y con flor o boina en el pelo en el escenario de una caseta.
También reconoce que los ponis eran su punto débil y que no había escoba que se le escapara en el tren de la bruja con el equipazo que tiene por familia. Con ganas de echarse unos bailes estos días con su hermana, nos ha hecho un hueco y estas son sus respuestas:
¿Cuál es su mejor recuerdo de Feria? Ese que nunca olvidará.
Mi recuerdo más entrañable es el que me lleva a un posado en un escenario, donde todos los niños y niñas malagueños nos hacíamos una fotografía con nuestro traje de gitana. Agarrá a una verja y con una flor en el pelo.
¿Su atracción favorita?
Podía pasar horas en una atracción que obligaba a ponis a dar vueltas durante horas sin descanso. Me daban tanta pena que los consolaba con caricias. Mis padres tenían que luchar para que me fuera.
¿Cogió alguna vez la escoba en el tren de la bruja?
Nosotros teníamos un equipo invencible. Somos muchos primos de la misma edad y no había escoba que se nos resistiera. Pero siempre la devolvíamos. Nadie quería cargar con ella el resto de la noche.
¿Era de las que sólo recibía tortazos?
He recibido tortazos, claro que sí. Y algún moño también he perdido…
¿Su caseta favorita? ¿Por qué?
Mi caseta preferida siempre fue la infantil. Una maestra siempre se lleva algo de las actuaciones…
¿Es usted de Cartojal o prefiere tener un buen despertar?
No he bebido alcohol nunca. Así que mis despertares son estupendos, aunque solo haya dormido un par de horas.
¿Centro o Real? ¿Cree que son excluyentes o complementarios?
Me gusta más en el Real, pero me parece que no son excluyentes. Hay que disfrutar de ambas.
¿Ha sido usted de tener amores fugaces de feria?
Nunca me he enamorado en una feria, pero una vez le tiré una bebida encima a un hombre que me echó varias maldiciones. Intenté disculparme y fue bastante grosero. El destino nos volvió a cruzar cuando en una ponencia tuvo que ponerme el micrófono. Ahora es uno de mis mejores amigos.
¿Dónde es más bonito declararse: en la noria o en el botellón?
La noria, por supuesto ¿puede haber un lugar más romántico que un habitáculo que sube al cielo y desde donde ves el mar?
¿La feria se cierra con buñuelos, algodón de azúcar, papa asada, kebab o unos churros con chocolate?
La feria no se cierra. Se coge fuerzas para seguir. Un chocolate con churros siempre es una buena opción. Aunque estemos a cuarenta grados y un terral que no te deje respirar.
¿Cuál ha sido su mejor concierto en la Feria de Málaga?
No he ido a ningún concierto en la feria.
¿Es de las que cena en casa antes de bajar al Real, prefiere cenar en casetas o es más del puesto de hamburguesería Uranga?
Me adapto a cualquier cosa. Dónde haya que cenar se cena. Como siempre voy con mucha gente aceptamos donde la mayoría decida.
Sea sincero. ¿Sabe usted bailar aunque sea un poquito por malagueñas?
Yo me atrevo a bailar, si tengo a mi hermana al lado, todo lo que me echen. Ella sabe bailar y a mí imitar se me da estupendamente.
¿O es de las que no sale de las sevillanas y el reguetón?
Bailo sevillanas, reguetón, y lo que haga falta.
¿Suele ir a las tómbolas o a las casetas con juegos?
Ahora ya no, pero cuando era pequeña la tómbola era una parada obligatoria.
¿Se lleva el peluche a casa?
No me traigo nunca peluches a casa, siempre hay niños cerca que lo disfrutan más que yo.
¿Se come el turrón del premio cuando lanza la moneda o se lo guarda para las Navidades?
El turrón siempre es la excusa para compartir una paella y que sea el postre. Aunque luego se nos olvide hasta Navidad.
¿Cómo suele vestir en feria?
Para la feria cuanto más fresquita mejor. Prima la comodidad siempre.