Vistas de Málaga desde una de las torres de Martiricos.

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Málaga ciudad

El impacto de los pisos turísticos: los barrios de Málaga donde más hay son los que más población pierden

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Las conclusiones de la radiografía elaborada por Espacio Común sobre el sector de la vivienda turística en Málaga no deja lugar a la duda: los barrios con mayor presencia de estos alojamientos son los que más población y hogares han perdido en los últimos años, con especial incidencia sobre el Centro Histórico, y los que presentan mayores incrementos en los precios del alquiler residencial.

Dos líneas marcadas a fuego en la realidad de una ciudad que desde hace años se topa con un problema de dimensión mayúscula, como demuestran los casi 12.900 pisos ya inscritos en el Registro de Turismo de Andalucía. Pese a la explosión de este fenómeno, no ha sido hasta los últimos meses cuando el Ayuntamiento ha empezado a tomar medidas, tratando de parar el crecimiento de este modelo. 

El último de los movimientos ha tenido lugar este jueves, cuando la Junta de Gobierno Local ha aprobado inicialmente la modificación del Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) con la que se prohibirá la inscripción de nuevos alojamientos en 43 barrios de la capital (en los que estos pisos superan ya el 8% de todo el parque residencial). 

Superado este primer filtro, el expediente se abrirá un plazo de enmiendas de 5 días hábiles, tras el cual, el expediente será validado por la Comisión del Pleno de Urbanismo y el Pleno y publicado en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP).

"Si observamos la dinámica demográfica en las AAEE con mayor impacto de las VUT, y lo comparamos con los de la ciudad, podemos comprobar que en la mayor parte de estos barrios se pierde hogares y población, separándose de la tendencia general del municipio", se destaca en el trabajo, en el que se apostilla que en estas mismas zonas el crecimiento de hogares y población es inferior al del resto de la ciudad. 

En conclusión: "son barrios en los que el número de hogares y habitantes crece con menor intensidad". Una situación que lleva a determinar "que existe una relación directa en el incremento del número de VUT y la pérdida de personas y hogares residentes".

El impacto de las viviendas turísticas también se deja sentir, según los redactores, sobre las rentas del alquiler. "La disminución de la oferta de viviendas que supone destinar las mismas al turismo, tienen un impacto al alza sobre los precios de venta y alquiler de las viviendas, en la medida en que están disminuyendo la oferta de estas", se indica.

Y se precisa que las áreas de la ciudad en las que existe una mayor presencia de pisos turísticos son las que "presentan mayores precios de alquiler de vivienda, dificultando el acceso a la vivienda a aquellos colectivos que presentan menores niveles de renta". Son estos ámbitos territoriales los que presentan, también, tasas de esfuerzo más altas para el alquiler de vivienda.

Rentabilidad muy elevada

El informe pone de manifiesto hasta qué punto es rentable para el propietario de una vivienda destinarla a uso turístico en lugar a alquiler tradicional. Los datos son aplastantes, hasta el punto de indicar que los ingresos medios anuales que proporciona la VUT ascienden a unos 30.500 euros, con unos 138 euros diarios. Cifras en las antípodas de lo que se puede lograr con el arrendamiento tradicional.

Los redactores han comprobado, además, que la vivienda turística ha absorbido la mayor parte del parque residencial que había vacío en la capital. "Observamos cómo en las zonas de Centro Histórico, La Goleta o el Ejido se produce la mayor reducción", indican, interpretando que los pisos turísticos son los principales causantes de ello. 

A esto se añade la reciente incidencia de la actividad turística sobre el parque residencial de nueva construcción, como ha quedado demostrado con las torres de Martiricos.

Si bien se reconoce el efecto positivo de este modelo, por cuanto ha permitido la rehabilitación de reductos edificados y reactivación del parque deshabitado, "el incremento de actividad turística en el parque residencial empieza a llevarse a cabo sobre la nueva vivienda construida, lo que representa un nuevo riesgo sobre la cobertura del derecho a la vivienda de la población residente".