"Si un señor de Madrid llega a Marbella y se contagia y me lo computan como positivo, compútenmelo al menos también como población". La alcaldesa de Marbella lleva semanas viendo cómo lo inevitable iba a ocurrir, por eso quería poner el parche antes de la herida. Ángeles Muñoz veía cómo en la Costa del Sol aumentaba la incidencia, y tenía una explicación para ello. Los datos son, cuando menos, engañosos.
En Marbella y Estepona, dos de las grandes ciudades de la costa malagueña, el TSJA ha decretado el toque de queda. Entre las 2.00 y las 7.00 horas no se puede estar en la calle. La Junta de Andalucía solicitó el apoyo de los tribunales para poner en marcha esta medida: ambos municipios tenían una tasa superior a los 1.000 casos por cada 100.000 en los últimos 14 días. Por muy poco, pero la superaban. Aunque si se hubiera realizado el cómputo teniendo en cuenta la población que soportan actualmente, la tasa podría ser de menos de 500.
Según confirman fuentes de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía a EL ESPAÑOL, el criterio es el mismo que desde el inicio de la pandemia: no se tienen en cuenta el aumento coyuntural de población. Y este es el caballo de batalla de los municipios costeros andaluces. Antes en el Campo de Gibraltar, ahora en la Costa del Sol. Es fácil reconocer esta realidad: la costa andaluza, desde Almería a Huelva, aumenta considerablemente su consumo de servicios en verano. Esto se debe, sencillamente, a que hay más personas haciendo uso de ellos.
El Ayuntamiento de Marbella y el de Estepona han acatado la medida de restringir la movilidad nocturna. Aunque en ambos casos ha habido un "pero". En el caso del municipio marbellí, Ángeles Muñoz exigía tener en cuenta que si habitualmente hay unos 160.000 habitantes según el censo, los datos de recogida de basuras y uso de agua apuntan a multiplicar por 2,5 esa cifra: Marbella tiene ahora, según su primera edil, 400.000 habitantes.
En el caso de Estepona, desde el Ayuntamiento afirman que "es evidente que ahora mismo la población está duplicada sobre el censo sobre el que se calcula dicha tasa de contagios". Se quejan de que el alto tribunal andaluz no tenga en cuenta este extremo.
Camas y vacunas
El pasado jueves, al límite de la decisión del TSJA, la alcaldesa de Marbella pedía a sus ciudadanos que se vacunaran y para ello puso en marcha una estrategia dirigida a los jóvenes: dos días de vacunación sin cita en la capital y San Pedro de Alcántara.
Ángeles Muñoz hacía un llamamiento "a todos los que tienen que vacunarse para que lo hagan porque hay dos aspectos que se tienen en cuenta por parte del TSJA, el número de camas y las vacunas". Lo hacía con una cierta resignación: "El Ayuntamiento sólo puede dar toda la difusión posible a la campaña de vacunación".
Pero no sirvió de mucho. El viernes a mediodía el TSJA confirmaba que Marbella y Estepona perdían la libertad de movimientos durante la noche. La primera noche, la del viernes al sábado, se saldó con 15 sanciones y un comercio cerrado.
En Marbella achacan al Gobierno central la situación a la que han llegado porque el turismo "es un mercado sensible en una situación volátil". Por eso pedía días atrás al Ministerio de Salud que tuviera en cuenta la excepcionalidad de los municipios costeros.
"Independientemente de todo lo que haya que hacer, de medidas de prevención, entiendo perfectamente cuáles son las medidas que adopta la Junta de Andalucía, pero que los criterios sean claros y que no se alarme con datos erróneos".