La tarde del 8 de enero se levantó un fuerte temporal en la Costa del Sol. El oleaje arrastró hasta la playa de las Cañas de Marbella el cuerpo de una mujer sin cabeza ni manos. Días más tarde se supo que el cadáver correspondía a Natalia Mosquera, la cuarta víctima de violencia machista en lo que va de año, asesinada por su expareja, Lionel, quien acabó confesando el crimen tras su detención. Ahora, la familia de Natalia ha hecho un llamamiento en redes sociales para conseguir los fondos necesarios que permitan repatriar el cuerpo a su país natal, Colombia.

"Solicitamos una ayuda humanitaria para que sus hijos puedan reclamar el cuerpo de su mamá y brindarle una digna sepultura. Agradecemos su donación, Dios los bendiga y les multiplique su aporte", reza el mensaje compartido. 

Del mismo modo, recuerdan a Natalia Mosquera, auxiliar de enfermería, como una mujer trabajadora y honesta, que viajó "en búsqueda de sus sueños" a España y que "ha sido víctima de feminicidio".

Cronología de los hechos 

La madrugada del día 9 de enero, la Policía Nacional se unió a la investigación ante la hipótesis de crimen machista y estableció un dispositivo tendente a localizar a Leonel, el exnovio de Natalia y principal sospechoso de su desaparición.

Durante un interrogatorio, Leonel confesó que había asesinado a Natalia. También explicó que un amigo, ya detenido, fue quien les trasladó hasta la playa donde acabó con la vida de la mujer -la furgoneta que utilizaron ha sido intervenida en Madrid por los agentes-. Precisamente hasta esa playa ha llevado la Policía Nacional a Leonel este jueves para reconstruir los hechos. En la grabación de un dron se puede observar cómo el hombre transmite a los agentes cómo lo hizo e incluso cómo lanzó el cadáver al agua.

Los submarinistas del Grupo especial de actividades subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil no han logrado encontrar en el mar restos cadavéricos de la mujer colombiana durante este jueves y volverán a reactivar la búsqueda hoy. Ahora tratan de localizar en concreto la cabeza y las manos de la víctima para conseguir esclarecer los hechos.