En la Costa del Sol, con más de 150 kilómetros de litoral, se esconden muchas playas que están alejadas del turismo masivo. Entre Manilva y Nerja hay rincones que no muchos conocen y entre ellas están las Dunas de Artola ubicadas entre las playas de Cabopino y Las Chapas.
A tan solo 47 kilómetros del centro de Málaga, estas dunas litorales mediterráneas se extienden a lo largo de 1.200 metros por 30 de ancho. Está compuesta de una arena dorada, acompañada, como es habitual, de un mar tranquilo que invita a darse un chapuzón y disfrutar del sol, el agua y la playa.
Las Dunas de Artola son los últimos reductos del sistema dunar de la costa malagueña. Además, están protegidas ambientalmente con la figura de Monumento Natural dentro de la Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía (RENPA).
Asimismo, cabe señalar que ha conseguido sobrevivir al crecimiento del sector turístico y a la urbanización. Por ello, es considerada uno de los espacios de alto valor ecológico por su diversidad biológica y geomorfológica.
El origen de estas morfologías se debe a la influencia de los vientos del noroeste que han transportado material detrítico junto las derivas litorales. Estos permitieron que se formara un cordón dunar que se extendió hasta la desembocadura del río Real. A día de hoy, ha desaparecido parte del cordón a causa de la presión urbanística del litoral malagueño a lo largo y ancho de su costa.
A estas dunas la acompañan un sendero de pasarelas y puentes de madera invita a todo aquel que llega a la zona a disfrutar del complejo, donde es posible observar las dunas de playa, que tienen cierto movimiento y unas rizaduras muy características; las móviles inactivas, en gran medida cubiertas de vegetación; y, en la zona más alejada del mar, una franja de dunas fósiles inmóviles rodeadas por un extenso pinar.
Lo singular de este lugar se encuentra a su alrededor, donde está una joya única del litoral de la Costa del Sol. Junto a la arena, fácil de visualizar, se encuentra la Torre de los Ladrones, un monumento defensivo declarado bien de interés cultural.