La salida de Juan Carlos Maldonado de la disciplina de Cs el pasado lunes ha creado una situación de preocupación en la provincia. En el pleno de este miércoles el la Diputación, la frialdad ha sido la tónica constante durante la sesión. Una relación, habitualmente fluida, entre el vicepresidente y el presidente, Francis Salado, que ahora parece haberse congelado repentinamente.
En el ente supramunicipal se vivió una jornada tensa. Durante una parte de la sesión Maldonado se ausentó se su escaño sin mediar justificación. Es cierto que en las bancadas de los diputados el trajín era, como habitualmente, constante. Pero las miradas estaban puestas en el vicepresidente.
Al término del pleno, el portavoz de la oposición, José Bernal, interrumpió al presidente Salado en la lectura del último punto del orden del día. "Pasaríamos a la comparecencia solicitada por el PSOE del señor Maldonado en relación con las razones del cambio en las funciones y contenido de las delegaciones del equipo de gobierno...", sin terminar de dar lectura, Bernal abrió su micrófono: "Desde el Grupo Socialista retiramos la petición de comparecencia". Una vez retirada, sin más asuntos, se levantó la sesión.
Pero la salida de Maldonado de Cs no supone sólo un problema en la Diputación. También plantea un dilema en el Ayuntamiento de Mijas. El consistorio mijeño lo gobierna actualmente el PSOE, con ocho ediles, y con el necesario apoyo de Cs. En las municipales, los liberales consiguieron seis asientos de los que hay que restar el de Maldonado, que ejerce como teniente de alcalde.
Por su parte, el PP ganó las elecciones con nueve concejales, pero no alcanzó un acuerdo con los liberales, con los que hubiera sumado 15 de los 13 que les darían la mayoría absoluta en el Consistorio. Ahora, con Juan Carlos Maldonado, exmilitante socialista, fuera del grupo de Cs y con su abrupta salida, se abren diferentes escenarios.
El más plausible es que todo se quede como está. Que ninguno de los grupos se desgasten para poco más de un año hasta las elecciones de mayo de 2023. Sin embargo, podría darse un efecto mariposa.
Desde la ejecutiva provincial del PSOE confirman a EL ESPAÑOL de Málaga que por el momento no se ha autorizado ninguna conversación con Juan Carlos Maldonado. Aunque saben que hay muy buena relación por parte de los que antaño fueron compañeros de partido de Maldonado en el PSOE, no ha habido contactos oficiales.
En ese sentido, desde Ciudadanos, que es clave en el Ayuntamiento de Mijas, toda vez que ha desaparecido en el ente supramunicipal, advierten a los socialistas: "Que no hagan nada raro en la Diputación. En Ciudadanos somos los únicos que cumplimos y no nos apoyamos ni nos prestamos a la compra de voluntades". Por su parte, los populares no tienen, aparentemente, la intención de entrar en el juego de la Alcaldía mijeña.
De cualquier modo, el Ayuntamiento de Mijas sería un segundo plato o un segundo round en una batalla que ni siquiera ha comenzado a librarse. Si desde el PSOE se pretende realizar una voladura del actual orden en la Diputación de Málaga tendrían que contar con Juan Cassá, algo que, de momento, no se contempla.
Otro escenario sería que Juan Carlos Maldonado se uniese a Por mi Pueblo, la formación que dirige el expopular Abdeslam Lucena y en el que se han integrado Juan Cassá, como secretario de comunicación, o el exalcalde de Vélez, el socialista Antonio Souviron. Así, el actual teniente de alcalde de Mijas daría representación al pequeño partido en la localidad costasoleña y podría hacer comandita con Cassá y actuar conjuntamente con la estrategia del Por mi Pueblo en la Diputación.
Esta última opción no dejaría de ser sorprendente, en tanto que Maldonado y Cassá se han proferido una gran aversión desde que el asturiano abandonase la disciplina de Ciudadanos a mediados de 2020. Año y medio más tarde, podrían unirse de nuevo para decidir el futuro político de la provincia de Málaga.