Malagueña y verdial / de tres en tres van unidos. / La sevillana, es sabido, / que de cuatro en cuatro van.
Cinco fueron los luceros / dando luz a cinco farolas. / Y cinco están siendo las olas / en el mar del desconcierto
de inmunizados enfermos, / de contagios a mansalva / y de urgencias desbordadas / de médicos sin aliento.
Quién dijera de este mal / que el final estaba cerca, / cuando está durando más / que un yunque metido en manteca.
Se anuncian toques de queda, / si lo admite el Tribunal, / en Estepona y Marbella. / Está quedando ideal
el pandémico verano / con los centros de salud / totalmente desbordados. / Será cuestión de actitud
no volverse majareta: / mucha tele y la Olimpiada, / donde escasean las medallas / al cuello de nuestros atletas.
Medalla de oro quiero / para un pueblo que otra vez / demuestra muy bien saber / que estamos solos en esto.
Que es mejor no esperar nada / de quien solo pretendió / sacar rédito y tajada / en la próxima elección.
El rollo se le ha acabado / a los de los patinetes: / cuatrocientos se han llevado, / la grúa a por ellos viene
porque está fenomenal, / es moderno, está muy bien, / lo de la movilidad / ecofriendly cien por cien
pero sin tocar lo que era / mejor no haberlo tocado: / a pie, vayan por la acera; / sobre ruedas, al asfalto.
Que Málaga está de moda / y que reescribe su historia, / todos sabemos de sobra, / sobre todo, en La Victoria.
Ahora Gerard Piqué / quiere hacerse victoriano. / De gran postín un hotel / construye. Y el Martes Santo
desde el balcón principal / a la Virgen del Rocío / Shakira le cantará / con sus mejores quejíos.
Los niños en los Maristas / ya los tienen apuntados. / Y mesas con buenas vistas / en el Nerva y el Gustavo.
El central, de buena gana / querrá poner colofón / a sus días de balón / en la Olímpica Victoriana.
¡Viva el barrio la Victoria, / y los ojos que soñé / de la que me tiene en Babia: / vivan Shakira y Piqué!