La semana pasada en mi defensa de Unamuno dedicamos un extenso párrafo a la relevancia de los vascos en la historia de España y del mundo. Las dos anteriores las dedicamos a diversos retos de innovación. No confundirla con la Ciencia y centrarnos en la creación de valor. La innovación es local, la ciencia global. Mi paisano antequerano, el eminente bioquímico Dr. Antonio Alcaide García, lo deja clarísimo en su delicioso libro Ciencia y Vida. Mi verdad (Antequera 2019).
Si Alemania tiene un Instituto Fraunhofer, los vascos tienen un Tecnalia. Con 113 millones de euros de ingresos en 2022 de los que 25 millones son subvenciones no competitivas (el Gobierno Vasco le aporta el 29% de sus ingresos y los proyectos europeos el 21%). Contaban en 2022 con 33 millones de euros en subvenciones competitivas y activos por 247 millones de euros.
"Con buenas yuntas bien se ara" decía mi abuelo. Tecnalia no es el único centro tecnológico vasco, hay otros, pero es, de largo, el mayor, fruto de un proceso largo de fusión para tener las necesarias economías de escala.
Allí suman fuerzas la UPV – en el País Vasco sólo hay una universidad pública igual en las tres provincias e imagínense ustedes que en Andalucía se unieran las 8 que tenemos-. También arriman el hombro las tres diputaciones que son las que tienen capacidad fiscal, los ayuntamientos de las tres capitales de provincia, la Universidad de Deusto y, por si fueran pocos, el mismísimo secretario general de Industria Raúl Blanco en representación del Estado.
Hacen transferencia y desarrollos de tecnología de múltiples campos, todos los que son de interés estratégico para la industria vasca (materiales, bio, nano, tecnología, energía, hidrógeno, baterías, electrónica, inteligencia artificial, agro-tech...)
Los socios son la flor y nata de las empresas vascas desde Talgo, CAF, Iberdrola, Irizar, Cie Automotive, Fagor, Euskaltel, Ibermática (ahora de la sevillana Ayesa), Ingeteam…. En su memoria recogen que trabajan con 7800 empresas y con 2 de cada 3 de las empresas vascas que hacen I+D+I. El Ibex está bien representado de empresas vascas. Pues Tecnalia, en 2020 trabajó con 25 de las 35 del IBEX 35. No está nada mal.
Los vascos, a una, a la suya, financiándose, de Europa, de Madrid y de su propio régimen foral, no solo avanzan, sino que se les ha quedado pequeño el País Vasco, por eso tiene 20 sedes, unas cuantas fuera del País Vasco, como Cádiz, Sevilla, Madrid, Zaragoza, México, Colombia, Ecuador, Francia, Serbia y hasta China. ¿Compañía de Jesús 2.0? No, simplemente son conscientes de que aportan valor a sus industrias y a sus fines estando donde haga falta. ¿Para qué? Para crear más empleo de más calidad mediante el impulso de la innovación tecnológica.
Por cada empleo en Tecnalia mantienen 6 en el País Vasco, por cada euro que las instituciones públicas invierten en Tecnalia producen 16,2 euros en su PIB.
Como aquellos valientes marinos que llegaban a Terranova a por ballenas, ahora van a pescar proyectos, clientes (empresas colaboradoras) y financiación a donde haga falta. En Andalucía, los astilleros y Airbus son buenos caladeros…
Para ser 2,2 millones de habitantes y 80.000 millones de euros de PIB – la mitad de Andalucía-, el País Vasco se sitúa en Tecnalia en el numero 13 de las 2.900 organizaciones europeas de investigación y, por supuesto, la primera de España en el programa Horizon 2020 de la UE. Las empresas vascas son europeas en Europa y españolas en Madrid para obtener financiación de instrumentos estatales como el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial CDTI o el Banco Europeo de Inversiones BEI.
Me recuerda a la canción popular Adiós con el corazón en su segunda estrofa dice "…si te quieres casar con las niñas de aquí; has de ir a buscar capital a Madrid…" Fantástico para los compatriotas vascos. Pero si allí se concentra la industria y el conocimiento tecnológico estratégico, si allí se crean empleos con salarios medios del doble y además ellos se administran fiscalmente, ¿que nos va a quedar en Andalucía? ¿Les ponemos las cañas y las tumbonas en la playa? Aquí también hay que innovar.
El gobierno vasco presupuestó para I+D+I 588 millones de euros (un incremento del 10% respecto de 2021). Los presupuestos generales de Euskadi para 2022 suponen un total de 13.100 millones de euros (Andalucía contaba con 40.000 millones de presupuesto de ingresos en 2021). Es decir que los vascos dedican un 4,5% de su presupuesto a I+D+I frente al 1,2% andaluz. En una comunidad con 4 veces más población como Andalucía y con 150.000 millones de euros de PIB, el presupuesto total para I+D+I era de 482.8 millones (4,7 veces menos gasto en I+D+I en Andalucía por habitante). El PIB per cápita vasco es de 36.254 euros (casi el doble que en Andalucía 17.747 euros) y su tasa de paro del 9,2% (la mitad que en Andalucía 18,2%) en su último cuadro macroeconómico del consejero Aspiazu. Obtienen 258 millones de euros de fondos europeos tipo FEDER, FSE, FEAGA etc (Sólo en FEDER Andalucía recibe 5.494 millones y el total de fondos suponen más de 9.000 millones).
Dedican 3.225 millones de euros a educación, es decir 7.000 por habitante frente a 952 en Andalucía -¡siete veces más!-, a pesar de que el consejero Imbroda (QEPD) anunció un incremento del 26% respecto a 2018 para llegar en 2022 a 8.000 millones. El esfuerzo per cápita en Euskadi multiplica por siete el andaluz y los sueldos y el paro reflejan en coherencia el nivel educativo y la generación de valor per cápita en uno y otro territorio.
Sabemos que las economías que más invierten en I+D+I tienen menores tasas de paro y mayor PIB per cápita. Para no irnos a Suiza o Dinamarca, vamos a medirnos con los colegas vascos. Andalucía no solo recibe fondos europeos, sino que devuelve por falta de ejecución para hacer cinco Tecnalias. Si queremos reducir el paro a la mitad y elevar salarios y PIB per cápita ya sabemos la receta. Si invertimos lo mismo por habitante que el País Vasco necesitamos en 2023 un presupuesto de 2.243 millones de euros y, por favor, no confundan otra vez Ciencia e Investigación (para el mundo) con Innovación (para los andaluces). Es tiempo de Innovación.