Ya con el griterío de la campaña desvaneciéndose como quien baja el volumen de una radio mal sintonizada y se queda el murmullo de los pactos, quiero hablar de algo que ha parecido desvirtuarse; la Agenda 2030. Es el paraguas que ofrece la ONU y engloba los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Que no es otra cosa que un mapa de carretera hacia un futuro mejor para erradicar la pobreza, fomentar la educación, asegurar un desarrollo equitativo y estable sin dejar a nadie atrás en un planeta sano y resiliente. Y todo eso se enseña en Málaga.

En el año 2000, los 193 países que forman la ONU acordaron los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), con vistas al 2015, para después, ese año actualizarlo mirando a 2030. Estos primeros objetivos estaban orientados a los países en vías de desarrollo, con puntos como la erradicación de la epidemia del VIH o la Malaria, reducir la mortalidad infantil o la salud durante el embarazo. Al actualizarlo, los ODS se contemplaron desde un nuevo enfoque de universalidad y compromiso de todos los países. A problemas planetarios, respuestas planetarias.

Para encontrar esas soluciones hay que transmitir los valores y las metas comunes que se tienen como sociedad. La ONU instaló uno de sus Centro Internacional de Formación de Autoridades y Líderes (CIFAL) en Málaga, de los que hay sólo una treintena en todo el mundo. El objetivo de estos centros es formar a líderes, a actores sociales, y a todos los que estén interesados y dadles las herramientas y conocimientos necesarios para la toma de decisiones y que repercuta en un mundo mejor.

Eso está bastante alejado de las teorías conspiranóicas que señalaban a fanatismo climático y planes maestros para controlar el mundo. Son 17 ODS, 163 metas y se contemplan tres planos: El ecológico, el económico y el social. CIFAL también se vuelca con los jóvenes, y han empezado el proyecto de los Cascos Verdes, un aula formativa dirigida a los alumnos de toda Andalucía. Tienen dos cursos para todas las aulas que se presenten y de las que seleccionarán 10 proyectos de conservación de la naturaleza financiados por Cifal y Amazon. En este gran proyecto también entra la reforestación Sierra Bermeja que también es agenda 2030, concretamente el Objetivo Nº15 para proteger los ecosistemas de vida terrestre.

CIFAL Málaga ocupa el Sur de Europa, el Magreb y el Norte de Africa. Recientemente recibieron una comitiva de funcionarios públicos de Túnez a los que formar en temas de gobernanza, participación ciudadana y turismo sostenible. Este centro consigue que Málaga resalte como referente diplomático y de gobernanza y no sólo como destino turístico como estamos acostumbrados, pero lo cierto es que en eso sí tenemos experiencia.

Aunque sólo hay que pasear por Calle Larios y Calle Granada cualquier día de la semana para ver que no estamos cerca de ese turismo de calidad que prometen desde la Casona. Andrade, que es presidente de Cifal, también fue concejal de turismo y conoce el sector, dice que Málaga busca un turismo más sostenible como el turismo cultural, de congresos o el deportivo.

Desde el ayuntamiento dedican recursos en encontrar un modelo que sea mejor para el planeta y para la ciudad. Pero para eso primero hay que saber el impacto del turista, que suele ser elevado por cuestiones lógicas como el transporte, las comidas, el consumo y que todos queremos sentirnos rey por un fin de semana. Y para eso hay que medir el impacto de principio a fin, con todas las aristas laterales de la ecuación. Esto incluye también el impacto real del puerto y aeropuerto como puntos de entrada y salida de la ciudad. Así se sabrá donde hay que poner el foco. Podemos ser una ciudad turística y sostenible y alcanzar los ODS que estén a nuestro alcance, pero para ello primero hay que saber donde apuntar.