Este mes de marzo ha sido publicado el Informe Anual de Seguridad Nacional correspondiente a 2023 elaborado por el Departamento de Seguridad Nacional del Gabinete de la Presidencia del Gobierno con la participación de 16 Ministerios y del Centro Nacional de Inteligencia, y previa aprobación del Consejo de Seguridad Nacional.
En sus 284 folios se hace un repaso de los riesgos y amenazas principales para la seguridad nacional en España, se hace un análisis estadístico comparativo del análisis de riesgos de los tres últimos años (a partir de los resultados de la encuesta de percepción de riesgos para la Seguridad Nacional elaborada en el transcurso del mes de octubre de 2023) y de la perspectiva a 5 y 10 años y se termina con un breve repaso a la cultura de la Seguridad Nacional.
En cuanto a los riesgos y amenazas destaca (i) el aumento de la tensión estratégica no sólo con la prolongación de la guerra de Ucrania sino a finales de 2023 con el ataque terrorista a Israel de 7 de octubre y posterior invasión de Gaza con la grave crisis humanitaria que ha supuesto por la pérdida de más de 30.000 vidas y la falta de alimentos y servicios públicos básicos. Asimismo destaca (ii) la inestabilidad en África con los Golpes de Estado en Níger y Gabón, la violencia en el Sahel, (iii) los desafíos geopolíticos que supone el debilitamiento del multilateralismo y de las organizaciones internacionales, (iv), la competición geopolítica en la economía y urgencia en la transición energética debido al cambio climático, y (v) los flujos migratorios que denotan un aumento significativo de la migración irregular, especialmente desde el Sahel.
No obstante en dicho informe se da una gran relevancia a tres áreas directamente relacionadas con el derecho de las nuevas tecnologías como son el riesgo del flujo de datos Este-Oeste y viceversa, la ciberseguridad y la desinformación.
Respecto del primero, el informe reconoce el aumento de los incidentes en infraestructuras críticas por medio de la guerra híbrida, incluyendo ataques a gasoductos (i.e. Nordstream) y cables submarinos como los del Mar Rojo que además de representar una seria amenaza para el comercio internacional y el tráfico marítimo lo es para el flujo de datos dado que por esa zona pasan el 80% del tráfico de datos de Asia hacia el oeste.
Respecto del segundo, se reconoce un aumento no sólo en la frecuencia de los ciberataques sino también en cuanto a la sofisticación de los mismos y a la interconectividad que amplía su rango de actuación, resultando cada vez más complejos de prevenir y de resolver. Asimismo advierte que la digitalización de las organizaciones ha abierto nuevas vías para el espionaje por servicios de inteligencia hostiles que pueden acceder a una gran cantidad de información de forma eficiente y segura.
Respecto del tercero, advierte que las campañas de desinformación han crecido, impulsadas por la inteligencia artificial generativa, afectando contextos electorales y la seguridad pública. No hay que olvidar que la capacidad de influencia en la opinión pública convierte las redes sociales en un vehículo idóneo de propagación que puede ser empleado por determinados agentes estatales para explotar vulnerabilidades, en el marco de una estrategia híbrida.
Finalmente el Informe, en cuanto a los resultados de la encuesta mencionada, reconoce que los factores relacionados con la tecnología son los que generan una mayor preocupación para la sociedad en materia de Seguridad Nacional. De hecho en el mapa de riesgos de 2023 y en orden de mayor a menor preocupación aparecen las campañas de desinformación y la vulnerabilidad del ciberespacio como las dos mayores preocupaciones, frente a la vulnerabilidad energética e inestabilidad económica y financiera de 2022, epidemias y pandemias y vulnerabilidad del ciberespacio en 2021 y epidemias y pandemias y campañas de desinformación en 2020. Campañas de desinformación y vulnerabilidad del ciberespacio que se mantienen como tendencia para el 2028 como mayor preocupación de los españoles en materia de Seguridad Nacional.
El Informe hace un aviso a navegantes (de hecho hace muchos) ya que en 2024 hay elecciones generales en más de 70 países del mundo incluidos varios e la Unión Europea, por lo que habrá que prestar desde la administración pública especial atención y vigilancia tal y como se ha venido haciendo en las ocurridas en 2023 para evitar la manipulación de la definición personal del voto mediante campañas de desinformación a través de la guerra híbrida así como filtraciones de datos de credenciales de usuarios y ciberataques en dichos procesos que puedan afectar a uno de los pilares de la democracia como es el libre ejercicio del derecho de voto. Nos jugamos mucho.