Vivimos de espaldas a la muerte. La lluvia no ha dado apenas tregua en Santander. Vivimos como si lo fuéramos a hacer siempre.

Empezamos la semana con la noticia de que el ministro Escrivá no podría venir ante lo que todos comentaban que podría ser su inminente nombramiento como Gobernador del Banco de España. Dos ministros en un mismo día era casi un récord histórico. El de industria Jordi Hereu venía con las pilas puestas de las vacaciones, con una Ley de Industria por acabar de poner de largo y con unas cifras de turismo también históricas. Motivos para sacar pecho a pesar de pasar de puntillas sobre los proyectos del PERTE Chip que con calificación IPCEI de Europa o no habían concedido o lo habían hecho extraordinariamente tarde, poniendo a las compañías receptoras de estos fondos ante un reto de ejecución en tiempo mínimo o ante la prefinanciación de cantidades muy importantes para ellas.

Los cielos grises sobre el Cantábrico, el barrizal en el que se había convertido el parque de la Magdalena, en el que había previsto un evento con música y food trucks, con todo tipo de hamburguesas nos había traído la impresión de que el verano acabó abruptamente, como a veces la vida.

El CEO de Santander, Ángel Rivera, abrió con un mensaje de apoyo decidido y la renovación de su compromiso con una industria que está transformando el mundo y por supuesto nuestro país. Estuve desayunado con él en Barcelona, en la puerta del Liceo el día que anunciaron que le nombraban CEO. Su profesionalidad y discreción fue tal que no dijo nada y no le noté nada. El cierre lo hizo Ana Botín, en persona, le acompañó como siempre, la alcaldesa de Santander, y el Rector de la UIMP, pero esta vez, por primera vez, nos acompañó la ministra Morant, de Ciencia e Innovación que no tuvo empacho en recoger la petición de la industria de un Pacto por la Innovación y prometer que, por su parte, estaba de acuerdo y haría lo posible para que ello sucediese.

Cuantas cosas intrascendentes habríamos dejado de hacer, cuantos abrazos más habríamos dado, cuantos te quiero, cuantos perdona, cuantas sonrisas hubiéramos regalado si no nos comportáramos como si nuestro tiempo fuera infinito.

El alcalde de Málaga, un año más, fue el primero en llegar, ponerse en primera fila, tomar notas, saludar a las autoridades invitadas, y departir de temas de innovación y tecnología con ejecutivos de empresas y expertos independientes invitados. Málaga, una vez más, representaba, en presencia, la tercera posición tras Madrid y Barcelona. Este año, además de TUPL, el propio ayuntamiento, Málaga Tech Park, APTE, y la Fundación Ricardo Valle, se sumaba la Universidad, representada por el Dr. Javier López.

En un momento en el que la ciberseguridad ha cobrado gran trascendencia, en el que Incibe, está volcado con programas y medidas, la presencia de Javier fue un imán para los muchos que están deseando acceder a talento formado en ciberseguridad. A pocos se les escapa el rol de Hispasec, Virus Total (Google) pero también Telefónica y muchas otras en este campo, que han fertilizado y polinizado una comunidad tecnológica en Málaga y que muchos de los alumnos y programas de colaboración e investigación de Javier están vinculados al éxito de la ciudad como sede de empresas expertas en ciberseguridad.

Que, de nuevo, una empresa malagueña estuviera en el panel de empresas tecnológicas invitadas por Banco Santander, esta vez para hablar de aplicaciones de IA, fue de nuevo un hito. Esta vez Tupl, expuso su modelo de aplicación de la IA clásica (Machine Learning y Vision) y de la generativa. Al lado de Mario García Canfrán debatía su colega de Multiverse, una de las primeras empresas españolas en software “quantum inspired”.

En el mundo el suicidio es una epidemia, en países desarrollados, la primera causa de muerte en jóvenes. Se suicidan al menos 800.000 personas al año. Por cada fallecido por suicidio hay al menos 10 intentos más.

La mesa por la Innovación que moderó Francisco Marín evidenció que hemos mejorado en el Global Innovation Index pero que aún hay pasos que dar, en materia de incentivar la inversión empresarial y hacer la innovación algo transversal a toda la economía como en Suecia o Dinamarca y como ha propuesto en repetidas veces el Foro de Empresas Innovadoras, el IND+I o la Fundación Cotec.

Los más de 400.000 millones de dólares del IRA en EE. UU. son en buena parte incentivos fiscales. En Alemania la innovación en procesos, (no solo en productos) se considera innovación y su inversión deducible de la cuota de impuesto de sociedades con un limite del 30% de la cuota, en Francia no tiene límite.

Un día, nuestros hijos nos mirarán como a verdaderos cafres por nuestros comportamientos actuales ante estas evidencias. La enfermedad mental, la depresión, los ansiolíticos como el grito silencioso que clama una respuesta.

Igual que hoy nadie se plantea trabajar sin sus EPI, su calzado de seguridad, sus gafas de protección, su casco, en el futuro nos verán como a salvajes que no supimos detectar, prevenir y proteger de la enfermedad mental y su peor consecuencia, el suicidio.

La propia exministra Ana Palacio, en su debate con el presidente del Consejo Económico y Social, Antón Costas, nos recordó este aspecto de los incentivos fiscales en EE. UU., pero también de la necesidad en la EU de modernizar y aligerar. Puso el ejemplo de los plazos larguísimos y las memorias extensísimas necesarias para acceder a programas en la UE, algo agravado en España frente a EE. UU. Literalmente 7 páginas y 7 días para disponer de un incentivo, principalmente fiscal a la innovación.

En España, Hacienda entiende que los incentivos fiscales le quitan ingresos. En EE. UU. Se entiende que el incentivo es precisamente eso, algo que anima a la realización de una inversión que, de otra manera probablemente no se haría y que no detrae por tanto ingresos a la Hacienda, todo lo contrario, generará externalidades vía los impuestos a las personas físicas, aranceles, y otros impuestos indirectos y producirá externalidades positivas sobre la economía. Cuando en lugar de dar una subvención a un proyecto que puede o no salir, lo haces vía incentivos fiscales, garantizas que los recursos públicos van a proyectos que tienen éxito, ya que si no lo tienen el incentivo no se aplica. Por otra parte, ganas en velocidad y simplificas el proceso. La innovación va de ser los primeros y hay muchas reformas necesarias pendientes para que nuestras empresas puedan competir en términos de reciprocidad e igualdad.

María de Quesada ha escrito “La niña amarilla”, Ed. Vergara (Penguin, 3ª Ed. 2023). Relatos suicidas desde el amor, cada capítulo es un caso real en primera persona. La autora y periodista relata en uno su propia experiencia, la de un intento de suicido en 1995. Le da voz a otros casos reales ocultos tras el tabú y el estigma que rodea el suicido.

Tuvimos IA y cuántica, innovación, industrialización y formación, pero también sesiones interesantísimas en el campo de la fotónica con el Dr. Torner del ICFO y el Dr. Valero del Centro Nacional de Supercomputación.

Los chinos hacen ya años que anunciaron que habían establecido comunicaciones cuánticas satelitales, algo que aún en occidente solo se ha conseguido en distancias discretas y en comunicaciones terrestres. Entrelazar fotones parece magia. Los avances en fotónica nos han facilitado el mundo actual y aún hay mucho por conocer y avanzar en sus aplicaciones a la computación y comunicaciones cuánticas.

El Dr. Torner, gran comunicador, decía que el electrón es un bicho que disfruta al habitar espacios muy pequeños y por eso podemos hacer transistores tan pequeños que en un milímetro cuadrado de pueden construir cientos de miles. Llamó al silicio el material de la gran revolución tecnológica. Sobre los fotones, todo lo contrario, no paran, a la velocidad de la luz en el aire y el vacío y a 120.000 km/s en la fibra nos permiten al acceso instantáneo a enormes cantidades de información.

Son unos 500 investigadores en su centro (les llama icfonians) pero ya hay más de 2000 que han pasado por él y trabajan en todo el mundo. Nos animó mucho a conocerlos. Nos gustan las vistas de gente interesante, nos repitió muchas veces. Cada vez hay mas compañías tecnológicas en estos campos, del propio ICFO han salido varias y en Valencia hay un clúster pujante que he mencionado varias veces en esta columna. Las redes 6G, la computación y las comunicaciones cuánticas, a la vuelta de la esquina serán transformadoras. Combinadas con la IA serán disrupciones. Los grandes modelos de lenguaje, la IA generativa, que hay consenso en que es ineficiente y usa mucha fuerza bruta, se van a optimizar. Ya oímos hablar de pequeños modelos de lenguaje, con muchos menos parámetros, más adecuados para fines específicos.

Sandbox, una empresa que tiene actividad y uno de sus líderes en Málaga está en eso, en las comunicaciones cuánticas. No es ciencia ficción. Es el futuro, y los chinos están en él al menos desde 2017.

No hemos parado de recibir de allí, de China, noticias de la expedición de la Junta, posibles conexiones directas, electrolizadores, producción de hidrogeno verde o almacenamiento, en Corea del Sur se celebraba a la vez el GINI, Global Innovation Network Initiative. Ahí ha estado Málaga también, en una especie de Red Impulso mundial. La semana próxima estará el Gobierno de España con empresarios e instituciones como Tecnalia en China. Mirar a Asia, tender puentes, conectar destinos, empresas, instituciones, universidades, ciudades y personas es retomar lo que un día arrancó Magallanes y remató Elcano, la primera globalización. Volver a mirar a Oriente y Occidente, Hispanoamérica y a Asia conectándolas con Europa. La mayor concentración de crecimiento de la clase media en el mundo se encuentra a ambos lados del Pacífico. Dice la bitácora que cuando salieron del laberinto de canales y encontraron el estrecho que lleva su nombre, descubriendo el Pacífico, Magallanes hizo disparar salvas de artillería. Y bien hizo en celebrarlo.

La salud laboral un día incorporará la psicosocial, los riesgos laborales serán también aquellos que producen enfermedades mentales, y los EPI’s, muchas veces los EPI’s serán el humanismo, el dialogo, la gestión de la comunicación, la frustración, las emociones. La inmensa mayoría de las personas que intentan suicidarse no quieren acabar con su vida sino con un inmenso dolor que nadie ve. Cambiaremos los ansiolíticos por la empatía.

La salud psicosocial, como la gestiona Afforhealth, no será la excepción sino la norma. Metro de Málaga, Cajamar, o Acotral ya trabajan con ellos.

Siempre hemos planteado la tecnología para el bien, el humanismo digital. Tecnología para la vida. Technology for Good. El próximo día 10 es el día mundial de la prevención del suicidio, una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud, a la que a veces hacemos más caso por la Viruela del Mono que por esta pandemia. Todos podemos hacer más.

El futuro está a la vuelta de la esquina en progresión exponencial. Nuestra mente solo percibe y proyecta de manera lineal. Sí, lo que va a pasar, lo hará a mayor escala y más rápido de lo que imaginamos. Durante 8 años Pedro Mier, a la cabeza de Ametic, nos ha puesto las pilas a comienzo de curso con un inteligente mix de conocimiento, reflexión, debate y tecnología.

El oficio de CEO es de alto riesgo. El de Santander, también ha cambiado esta semana, Ignacio Juliá, proveniente de ING asume el nuevo reto. Tampoco en la salida pude notar un solo detalle a Ángel Rivera de que sería la última vez que nos veíamos en su calidad de consejero delegado de Santander España. Es de bien nacidos agradecer la contribución de Pedro y de Ángel a que estos años hayan tenido inicios de curso de gran nivel con la prosperidad compartida, el impacto en la sociedad y en las personas siempre presente. Gracias. Buen comienzo de curso.