La red de aeropuertos de aviones ligeros y ultraligeros de la provincia de Málaga podría verse incrementada en los próximos años si prospera el proyecto de construcción de una de estas instalaciones en el municipio de Ronda.
La iniciativa privada avanza en su tramitación, como demuestra que el Ministerio de Transporte haya abierto recientemente el proceso de información pública del obligado estudio de impacto ambiental.
Tomando en consideración los detalles contenidos en la documentación oficia, la instalación aeronáutica estará compuesta por una pista de 650 metros de longitud, inscrita en una franja 2.610 metros cuadrados, y dos plataformas de estacionamiento para aeronaves.
Vinculados a las plataformas se construirán unos hangares con capacidad para albergar a 10 aeronaves del tipo European Light Aircraft (ELA) y ultraligeros (ULM). El aeródromo se plantea en una terreno de unos 325.000 metros cuadrados que actualmente ocupa una explotación agro-ganadera, dedicada a la cría de ganado porcino, y que ha sido adquirida por la entidad responsable de la propuesta.
La finca se encuentra a unos 6 kilómetros al nordeste de Ronda, cerca de Arriate, y a 2,86 kilómetros al este de la Reserva de la Biosfera Intercontinental del Mediterráneo.
Dentro de la tramitación, además de los necesarios permisos ambientales y a la Administración estatal, se suma la petición de un expediente de mejora al Ayuntamiento rondeño con el fin de limpiar y descontaminar de vertidos (basuras, chatarras, purines y estiércol) las edificaciones existentes y su entorno, que conformaron en su día un típico cortijo andaluz con su vivienda e instalaciones accesorias para aperos y ganado.
La previsión es que estas construcciones sean restauradas y destinadas a usos recreativos, incluyendo una granja/huerta ecológica destinada al autoconsumo y recreo familiar. La intención es que este aeródromo sea destinado al uso de la aviación ligera recreativa y deportiva, "sin menoscabo de que pueda ser utilizada eventualmente para otros usos de interés público tales como base para aeronaves agroforestales, evacuaciones sanitarias o posicionamiento de retenes/aljibes para los medios de lucha contra incendios".
Detalles ambientales
En el estudio de impacto ambiental que acompaña la actuación se pone de relieve que será un aeródromo con una actividad "muy limitada y de reducidísimo impacto para su entorno", rebajando a apenas 5 operaciones diarias las previstas con aeronaves ligeras y ultraligeras. En contraste con estos detalles, los responsables del informe hablan de las “ las molestias e impacto” que produce una actividad "mucho más intensiva" como es el paso de varias carreteras en las inmediaciones.
Los técnicos aluden a que los vuelos estarán limitados a operaciones VFR (reglas de vuelo visual) y éstas están limitadas a condiciones VMC (condiciones meteorológicas visuales), lo que implica una visibilidad mínima de 5 kilómetros y ausencia de fenómenos adversos.
Esto garantiza el cumplimiento básico de este tipo de operación aérea, que no es otro que “ver y evitar”, incluyendo la evasión ante colisiones con la avifauna que tratándose aeronaves ligeras, altamente maniobrables y de relativamente baja velocidad de crucero.
A este factor se suman que las aeronaves tripuladas operan, fuera del entorno de del aeródromo, preferiblemente a 3000 AGL (más de 800 metros de altura) o superior. Esto no sólo permite reducir el impacto acústico, sino que favorece la dispersión de sus gases de combustión y reduce su consumo.
El proyecto prevé que la zona que utilizarán las aeronaves en sus maniobras relacionadas con el aeródromo estarán circunscritas a un radio de menos de 1 kilómetro de la instalación, "siendo los vuelos que realizan las aeronaves en el resto de espacio aéreo del entorno del aeródromo no controlados y de ninguna manera gestionados desde el aeródromo más allá de la posibilidad de su gestor de recomendar a los usuarios evitar aquellas zonas sensibles que se detecten en sus proximidades y que no se encuentren restringidas por la normativa aplicable".
En el documento sí se señala la ausencia de restricciones de carácter medioambiental "en un radio de más de 40 kilómetros del aeródromo proyectado". Pese a ello, las aeronaves "deberán atender a las limitaciones generales que impiden, por ejemplo, el sobrevuelo de poblaciones a alturas inferiores a los 2000 AGL (600 metros)".
En la documentación se incorporan ciertas observaciones realizadas por organismos autonómicos, así como por la entidad Ecologistas en Acción, que muestra su preocupación por el impacto que el aeródromo planteado pueda tener sobre el turismo. Frente a esta tesis, los promotores destacan que lo que se busca con esta infraestructura es "ofrecer un nuevo vector de entrada a un entorno aislado, en términos de accesibilidad, de turismo de calidad y alta capacidad adquisitiva".