Fue el pasado 8 de agosto sobre la una de la tarde en la playa de Los Álamos. Un par de enfermeras de paisano salvaron la vida a un hombre cordobés de 78 años que se había desvanecido en el agua, quedando en estado cianótico y con respiración muy forzada. Según los testigos, "sin ellas el hombre no habría podido contarlo".
Laura, que es enfermera, y su madre estaban caminando por la orilla de la playa como suelen hacer habitualmente. Cuando llevaban unos diez minutos andando, se toparon con un corrillo bastante grande de personas. Estaban mirando algo. "En un principio mi madre creyó que era una medusa gigante. Luego le dije que podía ser un delfín muerto, que ahora están apareciendo muchos", explica Laura a este periódico.
Sin embargo, no se trataba de ninguna de las dos opciones que Laura y su madre comentaban. "Había Policía y me di cuenta de que había algo que no iba bien", añade. Se trataba de un hombre 78 años. A la llegada de la enfermera, el hombre se encontraba en posición lateral de seguridad gracias a otro héroe anónimo que lo sacó del agua.
Según Laura, el hombre tenía el rostro del color de una berenjena, totalmente "cianótico". Apenas respiraba y su expresión denotaba que estaba agonizando por una hipoxia. No había tiempo que perder. Se identificó como enfermera a autoridades y socorristas y se puso al mando de la situación ante la situación de "shock" que tenía alrededor.
"Me lancé como un toro de miura. El hombre estaba ya en parada respiratoria y aunque hicieron bien en ponerlo en posición de seguridad, así no se salva a una persona. A los ocho o diez minutos de hipoxia cerebral disminuyen muchísimo las posibilidades de supervivencia en un estado óptimo de salud", expresa Laura. Aún le quedan quemaduras en las rodillas del rato que se tiró asistiendo a la víctima sobre la arena.
Lo primero que solicitó es que se trasladara al señor a una zona de arena seca, para posteriormente pedir un DESA -desfibrilador externo automático-. Antes le realizó la apertura de la vía aérea. "Cuando escuché ese sonido tan característico que determina que la apertura de la vía es efectiva, similar al de cuando abres una lata, me alegré muchísimo. Pensé: respira".
Cuando menos se lo esperó, el equipo de socorrista le trajo a Laura todo el material que necesitaba, incluido ese deseado DESA. Pidió que secaran el pecho de la víctima y, sobre todo, que el que no fuese a colaborar, se retirara. Quería silencio y poder dirigir la situación de la manera más óptima. Y así lo hizo. "Es que cada minuto que pasa perjudica o beneficia a la víctima. Tenía que escuchar bien el DESA", matiza.
Mientras tanto, apareció otra chica enfermera dispuesta a ayudar a Laura. "¿Saber dar Ambu?", le preguntó Laura. 'Dar Ambu' significa administrar el oxígeno a la víctima mediante la aplicación de presión positiva intermitente de ventilación mediante el empleo de un 'resucitador manual' en forma de globo.
A la respuesta positiva de la chica, que se puso manos a la obra de forma inmediata, Laura se puso a canalizar vía venosa sorprendida por el gran equipo que tenían los socorristas de Torremolinos. "Vi como la playa se convirtió en cuestión de segundos en un hospital. Tenía un fonendo, medicación... los chicos de socorrismo me prepararon el suero... Fue un trabajo en equipo brutal, pero era importante tener todos esos materiales", manifiesta.
El hombre comenzó a cambiar de color de un momento a otro, aunque Laura reconoce que su nivel de conciencia seguía bajo y solo respondía a estímulos dolorosos de una manera muy lenta, lo que le preocupó. "Me daba la impresión de que había algún problema neurológico, no sé si pudo sufrir un ictus. No he conseguido ponerme en contacto con alguien de su familia", explica.
La ambulancia llegó y, según Laura, "el paciente estaba aliñado", como dicen en el ámbito de la Medicina coloquialmente. El paciente llegó a las urgencias del Hospital Clínico de Málaga en estado crítico. Allí fue intubado y pasó a la UCI, de donde finalmente salió y ya se encuentra en casa junto a su familia, según ha podido saber la enfermera. "Aún recuerdo la carita de su mujer... me alegro muchísimo de que esté bien", expresa Laura.
Cuando sacaron al paciente de la playa de Los Álamos, la joven se fundió en un abrazo con la otra enfermera que dio Ambu. "Hicimos equipazo junto con los chicos socorristas, que no tenían por qué saber hacer todo este proceso. Ellos no estudiaron enfermería, sino primeros auxilios para socorrer. Su actuación fue muy buena, ayudando en todo lo que pudieron", cuenta.