La familia de Sibora Gagani, la joven italo-albanesa cuyo cadáver fue hallado emparedado en la vivienda que compartía en vida con su pareja, asegura que solo quieren que Marco diga la verdad, absolutamente convencidos de que alguien tuvo que ayudarle en el asesinato de Sibora. Así, esperan que "nunca vuelva a Italia".

Estas declaraciones llegan después de que el italiano haya confesado por carta que mató a Paula y que a Sibora la emparedó, pero no la mató. Es decir, envolvió su cuerpo en bolsas, lo cubrió de cal y lo introdujo en una caja de madera con un ramo de flores en el pecho y construyó una falsa pared para esconderlo; pero no la asesinó.

El investigado está declarando este martes ante el juez después de haber hecho esta confesión que tampoco ha sorprendido demasiado a la familia, que ya sospechaba de ese grado de perfeccionismo en el que llevó a cabo todo el proceso e insisten en que esperan que la justicia luche por dar con posibles cómplices, pero sobre todo que Marco diga de una vez la verdad y confiese quién le ayudó

Marco ha expresado que todo es mucho "más complejo" de lo que parece y ha recordado a los investigadores que fue él quien dio "la información clave" a la Policía de Torremolinos sobre dónde estaba el cadáver de Sibora, pero, apunta, los agentes le han "vendido" mintiendo y diciendo que es el responsable de la muerte de la italo-albanesa, cosa que, según su versión, no es cierta. Así, ha reiterado que está "arrepentido por hacer algo tan asqueroso":



Sibora Gagani se mudó con Marco R. a la Costa del Sol en 2011 y desapareció el 7 de julio de 2014, poco después de romper su relación con él, fecha desde la que su familia, que reside en Italia, no sabía de su paradero. Aunque le llamaron en varias ocasiones, Marco decía no saber nada de ella.



La investigación por la desaparición de Gagani se reanudó a los pocos días de que Marco R. fuera arrestado por la muerte a puñaladas de su expareja Paula en otra vivienda de Torremolinos. En su paso por comisaría, le dijo a los agentes frente a una foto de Sibora que se había pasado con ella y que quería colaborar. Les contó que estaba emparedada en un piso que habitaron juntos. Tras varios registros en el inmueble, que ya pertenece a otra familia, encontraron los restos tras una falsa pared.