Se llama Labienhecha y es una firma sostenible de complementos cien por cien malagueña, pero, tras ella, está un pequeño taller ubicado en la capital conformado por once mujeres. En concreto: Irene, Marta, Cris, Ana, Belia, Sol, Raquel, Ani, Anaïs, Irene y Vanesa.
Todas ellas estaban trabajando comprometidas en cuerpo y alma con un proyecto que ha tenido que verse obligado a parar a finales de enero. Esas once mujeres trabajaban en todo el proceso de creación, desde el primer paso hasta el último.
Desde la idea al bolso. Desde el bolso a la caja. Desde la web hasta la traducción. Desde la contabilidad a la comunicación. Todas formaban una cadena humana en una empresa totalmente gestionada por ellas. Un proyecto con el que muchos soñarían, pero que ha tenido que parar pese al trabajo de cada una de ellas.
¿Y por qué para Labienhecha? Según cuenta el equipo, este parón se debe a la situación económica de la empresa, que estaba muy delicada. El pasado mes de octubre las chicas descubrieron que Labienhecha empezaba a no ser rentable y que los problemas financieros se tenían que solucionar cuanto antes. Por ello, subieron los precios y reestructuraron desde su equipo hasta su forma de trabajar.
Lograron seguir hacia delante, lograron dar con esa tecla que hace que el proyecto fuese rentable, pero, en palabras del equipo, llegan demasiado tarde. No podían solucionar en meses lo que no se había hecho durante dos años.
"Sabemos que suena drástico, pero para nosotras esta es la decisión más responsable que podemos tomar y, sobre todo, la que más protege nuestro proyecto y los valores por los que trabajamos cada día", expresa Irene, una periodista reinventada que es también el germen principal de Labienhecha.
Aunque les duela, paran porque, aunque ahora sí son rentables, han pasado unos meses muy difíciles y, en la actualidad, no cuentan con el dinero necesario para poder seguir trabajando como hacían normalmente en su pequeño taller. Les resulta imposible.
"Es lógico: no hemos podido solucionar los errores de dos años en dos meses. Y, más lógico aún: si no hay dinero, no podemos seguir. Porque ni podemos seguir así, ni podemos seguir tirando del carro sin solucionar problemas que vienen de largo", expresa el equipo en su página web.
Así, el equipo no siente este parón como una derrota, porque como siempre han dicho, "Labienhecha es, o no será" y no están dispuestas a vender la esencia de la marca y van a luchar por darle el futuro que se merece.
Piden ayuda
La solución para las chicas de Labienhecha, que no pierden la esperanza en el proyecto es que, ahora, que al fin tienen un modelo de negocio validado, logren una financiación sana, sin vender sus valores.
"Según muchos entendidos, lo que necesitamos es una inyección de inversión que, hasta el momento, no hemos visto nada clara. Nos recomiendan que pongamos nuestro proyecto en manos de inversores que, a cambio de su dinero, van a decirnos cómo hacer y qué hacer y sinceramente, no creemos que esta sea la solución. O, al menos, una solución que respete nuestro proyecto", explican.
Pese a ello, el equipo de Labienhecha reconoce que está seguro de la existencia de miles de personas en el mundo con capacidad de invertir que sí respeten su proyecto y quieran hacerlo crecer, pero hasta ahora, no han tenido la suerte de conocerlas.
Mientras consiguen esa inyección económica, van a trabajar buscando subvenciones y quieren apostar por una financiación alternativa que permita que Labienhecha consiga salvarse de esa soga al cuello. "Y aunque en este país esto de ser bienhecha o de ser un proyecto ético cueste tanto dinero y sacrificio, lo vamos a conseguir", dicen.
La mitad del camino ya se ha conseguido
Las chicas de Labienhecha lanzaron una llamada de auxilio al mundo a través de sus redes sociales el pasado 21 de enero. En ella, Labienhecha explicaba que quería reunir el dinero necesario para afrontar las deudas que tenía y, así, "poder salir del hoyo". Por ello, han puesto todos los productos de la marca que tenían disponibles en liquidación, e incluso materiales, para cerrar la tienda online hasta que llegue el momento en el que se vean con la fuerza suficiente de renacer.
En esta liquidación, todos los productos están al 20% de descuento introduciendo el código CREOENLABIENHECHA. Pero, las chicas además ofrecen otra oferta y, según ellas, es la mejor sin lugar a dudas. Si compras sin utilizar el código de descuento, a cambio, te aseguran que accederás a la mejor oferta que hagan en toda su vida. "Vamos a devolverte el importe de lo que te gastes en algo que vale muchísimo más que eso. Y, si quieres, formarás parte de nuestro futuro. No podemos contar más", explican.
Sus productos
Todos los productos salen de un pequeño taller donde crean el producto, ecológico y 'made in Málaga', siempre manteniendo la importancia de crear consciencia en torno a lo sostenible y, por otro lado, empoderando a la mujer en el emprendimiento a través de sus once trabajadoras.
Su producto estrella es el bolso. Llevan nombre de mujer y son de mil colores. Algunos modelos son: Carmelita, Encarnita (La mayor) o Jacinta. Y todos ellos tienen un diseño único y versátil con el eco-cuero como protagonista.
Además de la marca y sus diseños de bolsos, monederos o pendientes, desde Labienhecha también venden materiales sostenibles y ayudan a otros diseñadores, pequeñas marcas, empresas o interesados a crear sus proyectos o, simplemente, a descubrir el mundo artesanal gracias a las actividades que van organizando.
En la campaña de Navidad la marca vendía la experiencia de acudir al taller personalmente a realizar con tus propias manos uno de sus productos guiada por algunas de las trabajadoras del equipo. Ingenio y creatividad no les falta a estas malagueñas, pero ahora necesitan tu ayuda. Larga vida a Labienhecha.