La angustia le ahoga. Descubrir con 41 años que era adoptada no fue un trago fácil. Se llama Eva Alcázar y reside en Elche, pero nació en Málaga. Pertenece a ese enorme grupo de personas adoptadas en España que buscan conocer sus orígenes. La incertidumbre le inunda conforme va pasando cada minuto de su vida, por lo que ha decidido usar las redes sociales para publicar su caso en busca de respuestas. Su caso ha acabado haciéndose viral.
Eva nació el 28 de marzo de 1979 en el Hospital Civil de Málaga, pero su nacimiento no fue registrado hasta dos años más tarde, en 1981, algo que desde el principio siempre le ha extrañado, según explica a este periodico. Este detalle es muy común en casos de bebés robados. Según ha podido saber este periódico, algunos llegan a registrarse hasta diez años más tarde del nacimiento.
Eva lleva los apellidos de sus padres adoptivos. Su padre adoptivo murió cuando tenía cinco años y su madre hace tan solo diez meses. Ambos guardaron en secreto la adopción de Eva, algo que la mujer no termina de entender en la actualidad. Se enteró de la noticia hace solo dos años, en 2020. Su madre adoptiva, enferma de cáncer y alzhéimer, comenzó a comportarse muy mal con ella mientras le servía la cena.
La mujer le dijo que ella no era su hija y comenzó a insultarla en pleno brote derivado de su enfermedad. Le gritó que ella era gitana e hizo hincapié, de nuevo, en que no era su hija. "Me extrañó porque jamás me había dicho algo así, tenía un mal presentimiento. Así que decidí llamar a una sobrina suya, de 70 años, para preguntarle y quitarme las dudas, porque mi madre estaba hasta pegándome y comencé a enfadarme", cuenta.
Al llamar a esta familiar, recibe una noticia inesperada: "No era yo la que tendría que decirte esto. Eres adoptada, Eva". Esa frase retumbó en su cabeza. No podía creerlo. "Me he tirado 16 años cuidando a mi madre en una cama, ya murió hace 10 meses. Me dio un ataque de ansiedad en cuanto me enteré y tuvieron que llevarme al hospital, porque jamás había pensado que yo podía ser adoptada. Me volví loca, no me lo esperaba", relata.
Desde entonces, hay cientos de preguntas en su cabeza a las que quiere dar solución. Quiere conocer sus orígenes y de dónde viene. Llegó a preguntarle mil veces a su madre, en momentos lúcidos, al respecto, pero nada.
La única información que tiene viene de su familia, que sabe lo que su madre les contó antes de morir, algo que tampoco tiene del todo contrastado ante la ausencia de papeles. "Mi madre se ha llevado mucho a la tumba", apunta. Por fechas, Eva Alcázar no descarta ni que sea una niña robada. Las asociaciones estiman que pudo haber 300.000 niños robados entre los 40 y los 90.
Los ínfimos datos
Eva busca a su madre biológica con el perfil de una mujer gitana que ahora rondará los 60 años. Su familia le contó que fue una niña de quince años la que la tuvo. Un dato curioso es que antes de saber que era adoptada, Eva ya formaba parte del culto gitano. “Vivo incluso en un barrio de gitanos en Elche. Lo llevaré en la sangre”, detalla. Le dijeron, además, que esa mujer gitana pertenecía a ‘Los Carros’. “Mucha gente en Facebook me ha dicho que es más probable que sea a ‘Los Charros’ y, de hecho, no lo descarto. Cuadra más. Me han dicho que muchos se trasladaron a Granada”, dice Alcázar.
Su familia asegura que su primer biberón se lo dio su madre adoptiva. “No sé que pasó en ese hospital”, añade angustiada. Pasó dos años con su madre adoptiva en Málaga y después se trasladó a Granada hasta que falleció su padre, cuando ella tan solo tenía cinco años, para después emigrar a Elche, donde ha residido el resto de su vida.
Durante estos dos años, Eva hubiese querido contratar a un profesional para estudiar su caso, pero no ha podido permitírselo económicamente. Sin embargo, ha estado moviéndose para conocer información al respecto y poder seguir creando hipótesis.
Según relata, su madre adoptiva trabajaba haciendo labores del hogar en una casa y su padre realizaba labores de pastoreo. Ambos trabajaban para personas de alto estatus. Al fallecer su padre, “dos personas con bastante caché” se ofrecen a pagar el sepelio de su padre. “En los papeles aparecen los apellidos Ruiz y Tiror. Fue un entierro por todo lo alto”, expresa.
Así, cree que es probable que alguien de este entorno pudiera ayudar a sus padres a gestionar la adopción. “Ellos eran analfabetos, alguien tuvo que ayudarles en el papeleo”, dice. Según le consta, su familia pagó un millón de pesetas para adoptarla. Las asociaciones señalan que el pago por niños robados oscilaba entre un millón y dos millones de pesetas en la época.
“No sé si soy una niña robada. Mi familia siempre me ha dicho que mi madre adoptiva ató todo muy bien para que mi madre biológica no pudiera reclamarme cuando creciera”, dice Eva, deseando que alguien arroje algo de luz a su caso.
Alcázar sospecha que su madre biológica pudo quedar embarazada de una persona perteneciente a una familia de alto nivel adquisitivo. “Tener un bebé con una menor podía ensuciar el nombre de su familia y de ahí decidir adoptarlo. Lo que no sé si fue algo legal o hicieron creer a mi madre biológica que había muerto. Es algo muy difícil, esto solo son suposiciones. También pudieron darme en adopción mis abuelos por no aceptar que su hija menor me tuviera, expresa.
Eva tiene lagunas recordando cómo algunas personas la visitaban para llevarle regalos cuando era niña. “Un familiar me dijo que llegaron a enviarle dinero a mi madre en varias ocasiones”, relata Eva que argumenta que ella “era muy pequeña entonces”.
Todos sus familiares hacen hincapié en que Eva siempre fue una niña “muy deseada”. “Mis padres querían una niña. Sé que se fueron para el hospital con una mochila llena de ropa de bebé en mi búsqueda. El tema está en saber qué pasó en ese hospital. Mi madre adoptiva no podía tener hijos de manera natural”, dice.
La búsqueda
La madre adoptiva de Eva murió hace diez meses y el Día de la Madre lo pasó muy mal. “Ya no tenía a ninguna y una madre es una madre”. Quiere saber sus orígenes para poder presentarle a su madre biológica sus dos nietas, ambas menores. "Si doy con ella y me rechaza, pues otro palo más", dice Eva.
En Elche solo tiene a su marido y sus dos pequeñas, por eso quiere saber si tiene padres, hermanos y tíos. “Una madre es una madre. Tengo algunos familiares lejanos, pero que solo cuentan contigo para desearte ‘Feliz Navidad’. Si necesitas un plato de comida la que te lo pone es tu madre”, reconoce. Ha llegado incluso a llamar a programas de televisión donde buscan familiares con los que no tienes relación, pero le dijeron que “sin apellidos no podían hacer nada”.
Eva pide colaboración ciudadana, especialmente a la etnia gitana. Todo aquel que disponga de cualquier pista que pueda servirle para saber más sobre su madre biológica puede contactar con ella en su Facebook Eva Alcázar. "Solo quiero saber de dónde vengo ya que mi madre no quiso contarme toda la verdad", zanja.