La vida en la calle. Esa, quizá, sea una de las señas de identidad que impregnan el día a día de la cultura mediterránea. La facilidad con la adaptamos cualquier función de puertas para fuera acaba vertebrando parte del desarrollo social de cada uno. Desayunar, tomar el aperitivo, comer y cenar. Acciones claves de cualquier jornada (ya sea de diario o de festivo) que van acompañadas de una lista de sitios predilectos para ello.
Pero la nutrición, o el simple hecho de disfrutar del sentido del gusto, va más allá de estos cuatro escenarios. Entre el almuerzo y el último bocado del día existe un terreno por descubrir: la merienda. Málaga está repleta de lugares en los que poder cumplir con este requisito imprescindible de la alimentación, óptimas para todos los paladares.
Las opciones, en este sentido, son tan numerosas como personas hay en el mundo: dulce o salado; bocatas o tartas; café o zumo... Desde lugares en los que la decoración y la música conforman un espacio integrado a aquellos en los que la banda sonora está protagonizada por el ruido de las cucharillas con las tazas. Aquí te dejamos una lista con cuatro lugares imprescindibles en los que podrás disfrutar de una buena merienda en el Centro de Málaga.
Bella Julieta
Aunque tienen casi una decena de establecimientos repartidos por toda la provincia, la Bella Julieta cuenta con tres locales en el entorno del casco histórico de la ciudad (Puerta del Mar, Santa Lucía y calle Córdoda). Pese a que su aspecto puede parecer el destino ideal para parejas, lo cierto es que la carta ofrece una serie de platos idóneos para aquellos que quieran disfrutar de algo dulce o salado.
Las porciones de tarta (imprescindible la red Velvet) o los bagles representan perfectamente esa dualidad. Además, tienen una selección muy amplia de cafés (con siropes, nata, chocolate, canela...), batidos (muy recomendable el de praliné) y zumos naturales hechos a base de frutas.
La Tetería, San Agustín
Merece la pena visitar este icónico establecimiento de calle San Agustín. No solo por la oferta gastronómica, que también, sino porque se encuentra enclavado en unos de los lugares más bonitos de la ciudad. La estrechez de la vía, sumado a la belleza arquitectónica del espacio, convierte a esta Tetería en una magnífica opción para pasar un rato agradable en una tarde de verano.
En cuanto a la carta, destaca la variedad de tartas (Sacher o dulce de leche, sensacionales), crepes dulces y salados, stroissel de manzana con toffee de jengibre, gofres o pasteles árabes, entre otros. Además, la variedad de tés es enorme: el moruno, de obligatoria elección.
El último mono
Un lugar moderno, con una decoración acogedora y una configuración de mesas y sillas que invita a quedarse disfrutando de la vida. Estos son los elementos que conforman El último mono. Esta cafetería, ubicada en calle Duende, perpendicular a calle Nueva, mantiene una apuesta fuerte por las opciones veganas, aunque la variedad es muy amplia.
La sección que tienen de dulces (cookies, muffin, brownies) y salados (bocatas) son el complemento perfecto para acompañar a su especialidad: los zumos y licuados. En la pizarra central tienen una extensa variedad de ingredientes para hacerte tu bebida refrescante a base de frutas naturales.
Churrerías
Tejeringos, Casa Aranda, Café Madrid, la Malagueña. Poca presentación necesitan estos establecimientos que forman parte de las cafeterías más icónicas de la ciudad. La carta no tiene sorpresa ninguna, y quizá esa sea su mayor grandeza.
Aunque el verano no parece, a priori, el mejor momento del año para merendar unos churros con chocolate, lo cierto es que siempre es una buena ocasión para disfrutar de una de las mejores creaciones de las que podemos disfrutar en nuestra gastronomía.