La primera vez que Pablo Alborán fue a un concierto fue en el Cervantes. Era de Carlos Núñez. Su relación con el teatro que luce el bello techo de Ferrándiz no es más que 'honor a las bellas artes', como figura en el mismo. No era más que un niño cuando entró allí por primera vez y este lunes ha cumplido un sueño: el Blanco Moreno se subía a las tablas del Cervantes como Pablo Alborán "para dejarme la piel por mi tierra".
No se olvida de sus raíces cada vez que viene a la tierra que le vio nacer como artista. "Yo me recorrí toda Málaga de un lado a otro", expresó el artista. "¡En Nómadas! ¡En Bukaro's!", le respondieron desde uno de los palcos mientras que Alborán asentía con la cabeza. "Málaga siempre ha sido la que me ha agarrado la mano y me ha dicho pa'lante", dijo, emocionado.
Ha sido muy largo el camino hacia el éxito. El malagueño ha querido dedicar Si hubieras querido a Bego, una amiga que estaba entre el público. "Esta canción es una de las que poníamos cuando íbamos en el coche porque decíamos que no había mejor promoción que esa. No te busco más porque te mueres de la vergüenza", le decía, mientras que la joven se emocionaba desde el patio de butacas.
Pese a estas breves intervenciones, la música fue la protagonista. Dos horas de concierto fueron suficientes para que Alborán llevara a su público a otro planeta. "De Málaga a Saturno, familia", decía antes de interpretar uno de los temas más coreados del concierto.
La esperada gira de teatros cumple de sobras las altas expectativas que sus seguidoras le ponían. Vimos mil facetas de Alborán: la acústica, la flamenca, la gamberra, la emocional, la bailonga o la cachonda. Esto mismo lo trasladó al público, que rio, bailó, lloró y se abrazó con sus canciones. Todo un cóctel de emociones. "Málaga, os debo tanto...", expresó.
No faltaron los clásicos a piano y guitarra como Solamente Tú, Quién o Tanto, que generaron un ambiente especial en el teatro. Inició la noche Hablemos de amor, pero tampoco faltaron otras de su último álbum, Vértigo como De carne y hueso, La fiesta, Tabú o Dicen, las tres que convirtieron al Cervantes en una sala de baile improvisada.
Pero a la noche no le faltaron sorpresas. Una explosión de alegría inundó a sus seguidoras cuando oyeron los primeros acordes de Ecos y Volvería, dos de los temas más queridos del artista que desde hace unas giras no aparecían en sus conciertos. Para muchos, Ecos es un tema que resume la historia de sus vidas. También se les saltaron las lágrimas a más de uno con la interpretación que hizo de Tu refugio a capela. Su voz llenó todo el recinto, que quedó enmudecido.
Espectacular fue la versión de Sobreviviré, el clásico tema de Manzanita, que ya hizo en su día en los Goya y que una de las malagueñas de su equipo en La Voz ya interpretó en el talent. Una canción que en la garganta de Pablo es pura emoción. "Hace lo que quiere con la voz, es un genio", decía entre el público una seguidora, que ha cumplido "un sueño" viéndole en un templo como el Cervantes de manera tan íntima.
Y tanto quiere el malagueño a su tierra que hasta cantó una canción inédita. Les dio a elegir entre descubrir un trozo de un tema lento o algo más movido. Finalmente, eligió uno de sus guitarras, José, también malagueño. "Para ellos algo rapidito", dijo. Con él también cantó un tema algo más flamenco con el que se que volvió a demostrar la impresionante versatilidad del malagueño.
El broche final lo puso Llueve sobre mojado. "Familia, arriba, ¡que nos vamos!", comunicó el cantante al público, incitando que el Cervantes desde los patios de butacas a paraíso se convirtiera en una algarabía donde todo el mundo acabó saltando con una sonrisa.
Los conciertos de Alborán deberían estar recetados por el médico de cabecera. El chute de energía y las ganas de sonreír no se te van. Con Pablo Alborán nos vamos a donde él quiera. A Saturno, a Marte... pero siempre con el planeta Málaga por bandera, porque con él en el corazón siempre se crece.