En Málaga hay dos himnos que acumulan cientos de miles de reproducciones en YouTube y Facebook que todos los locales conocen. No son obra de ningún compositor de fama internacional, ni siquiera están subidos a las plataformas digitales a su nombre. Son temas hechos "para la gente", según su autor, Chandé. Esos himnos son Yo Bokerón, uno de los temas míticos dedicados al Málaga C.F, y Cautivo, un tema escrito para el Señor del barrio de la Trinidad.
Chandé, pese a llevar 22 años en el sector musical, tiene que compaginar su carrera con el negocio familiar, la Frutería Pepe, el local comercial activo más antiguo del barrio de la Victoria. Ni allí le llaman Juan Carlos. En su barrio, en su frutería, en su rinconcito, es conocido por todos como Chandé. "A veces se me olvida hasta mi nombre real", bromea.
Ser frutero y ser músico a la vez, de primeras, parece algo incompatible, pero con "mucho esfuerzo" y "ganas", todo se puede, según el artista. De hecho, un tema tan aplaudido por los malagueños como Cautivo lo escribió a las cuatro de la mañana en una furgoneta mientras compraba mercancía en Mercamálaga. "Pensé que después del éxito de Yo Bokerón tenía que dedicarle al otro equipo grande de la ciudad una canción. Y aunque yo sea victoriano, teniendo al Rocío, al Rescate, siendo incluso hermanos de la Humildad... no podemos negar que el equipo grande en lo cofrade es el Cautivo. Y allí nació ese tema que ya considero que es más de la gente que mío. Cada Cuaresma se me peta el móvil, todo el mundo la pone. La gente la comparte mucho", cuenta con emoción.
No se le caen los anillos al contar cómo en aquellos años en los que formaba parte de galas, como una que recuerda con cariño en el Festival de Málaga. "Me paró un muchacho en Mercamálaga esa misma madrugada para preguntarme si yo era el mismo que había actuado en la gala. Le dije que era yo, porque por suerte o por desgracia no he nacido en el mundillo ni tengo millones de seguidores y había que currar también esa noche", recuerda.
Ahora le pasa algo parecido cuando acompaña a su hijo a los bolos. Hace unos días su hijo actuó en Gaucín con David Jiménez y Lorena Santos. "Yo me pegué de seis de la mañana a tres de la tarde liado con la frutería. Me eché un rato y después tiramos para Gaucín, hasta las seis de la mañana del día siguiente. Son etapas distintas. Cuando mi hijo salió a cantar a las tres de la mañana yo ya tenía un ojo para un lado y otro para otro. No es lo mismo que el que va descansado sin obligaciones", cuenta.
22 años en la música le han dado para mucho. Desde vivir momentos preciosos como los que está viviendo ahora, que acaba de sacar un tema con su propio hijo, D'médici, que sigue sus pasos, a sus 22 años; hasta ver los desencantos de la profesión, los "hoy me acuerdo de ti y mañana no sé quién eres".
Chandé vivió su época dorada en 2013 con Díselo, uno de esos temas que no podías quitarte de la cabeza, producido por Sony Music. "Todos me llamaban: televisiones, radios... En el momento que se te acaba el contrato, todas las puertas se te cierran. No te dan oportunidades cuando vas bajo sellos más pequeños, cosa que jamás entenderé", dice.
"A mí me está costando que escuchen a mi hijo, D'médici. Es como 'Oye, que soy Chandé, soy el mismo, el del Díselo'", afirma. Ahora han lanzado juntos Báilalo, una canción muy bailable y veraniega, valga la redundancia, ideal para ser viral en la red social de moda, TikTok. El cantante quiere que este lanzamiento sirva para seguir luchando por hacerle un hueco en el sector, puesto que además es su mánager.
"Mi niño ha mamado lo que ha visto en casa", responde Chandé cuando se le pregunta sobre si su hijo ha seguido sus pasos. Así, recuerda cómo Los Rebujitos se lo llevaban a la feria cuando no era más que un crío y coincidían dando conciertos. "Una vez dábamos uno ellos, Decái y yo. Cuando les tocaba a Los Rebujitos no estaban porque estaban por ahí con mi hijo. Un espectáculo", recuerda riendo Chandé.
Asegura que le gusta mucho más el trap que a él, "le tira la música americana", pero siempre trata de adaptarlo a la música de nuestra tierra, siempre "de la manera más comercial posible, pero sin perder la rama flamenca". "Tiene otro tema flamenquito muy chulo que se llama No ni ná", cuenta con orgullo. D'médici escribe todos sus temas sin ayuda de su padre.
De hecho, Sonia, La Húngara, a la que Chandé compone muchos temas, contactó con él por Instagram para decirle que le gustaba mucho lo que hacía y que quería sacar algo con él. "Yo me quedé flipando, porque hablo con Sonia a diario con el tema de que le escribo canciones y la tía va y le habla por Instagram. No sabía que era mi hijo", declara entre risas. De hecho, han sacado un tema juntos con el sobrino de la artista sevillana.
Uno de los últimos vídeos de su hijo está grabado en Lagunillas, su barrio vecino. Todos los que ha grabado Chandé durante su carrera profesional están rodados en Málaga. "Si algo le he querido inculcar a él es el amor por nuestra tierra. Si podemos grabar algo aquí, siempre lo haremos aquí. Hay que darle publicidad a nuestra tierra y enseñar todo lo que tiene", responde.
Chandé asegura que, pese a que los años han pasado, su "caminito" es testigo de que él ha seguido creando música. Cree que los formatos han cambiado y eso ha hecho que mucha gente le haya perdido la pista. "Antes la gente esperaba tu disco. Aún me acuerdo cuando mi padre los vendía en un bar que abrió. El distribuidor le dijo a la discográfica que no vendía, y era porque mi padre los vendía todos directamente", recuerda con cariño. Pese a ello, intenta seguir la nueva forma de hacer música, lanzando temas cada dos o tres meses para que "tu público no se olvide de ti en Spotify, aunque haya quien no lo controle". "Hay gente que no sabe que he sacado seis o siete temas más después de Díselo, pero no he parado de trabajar", añade.