Según la Red Europea para la Promoción de la Salud en el Trabajo, la salud empresarial se define como “los esfuerzos combinados de empleadores, empleados y la sociedad para mejorar la salud y el bienestar de las personas en el trabajo”. Una definición tan amplia no podía sino incluir esferas igualmente bastas, como la búsqueda de modelos organizativos laborales que promuevan el bienestar de los empleados o la mejora de los esfuerzos de conciliación, por ejemplo.

Sin embargo, de entre todos los aspectos que recoge este concepto, hay uno que es el más esencial y, a su vez, el más concreto: la limpieza de un negocio o empresa como factor base para velar por la salud de los trabajadores.

Así es: la higiene de un negocio u oficina es una dimensión fundamental que, además de para los trabajadores, también influye de forma determinante en la imagen de la empresa y su atractivo para los clientes potenciales que la visitan.

A todo esto, se ha de añadir el impacto que ha supuesto la pandemia del COVID 19 para recordar lo vital de las labores de limpieza y desinfección, dejando claro que este factor ya no sólo es una cuestión de bienestar laboral, sino de seguridad básica para empleados y clientes de cualquier negocio.

Sin embargo, a pensar de este aprendizaje, aún hay muchos equipos de limpieza que no ofrecen el nivel de calidad en materia de higiene y desinfección que los comercios y negocios demandan, haciendo difícil para estas empresas encontrar un servicio de confianza.

Por ello, hemos acudido a los profesionales de Limsama, empresa malagueña de limpieza que, con más de 20 años de experiencia y más de 1.600 clientes en su haber, posee algunas de las mejores referencias de la provincia por su servicio y organización a medida de sus clientes. Junto a ellos, vamos a recordar qué debe ofrecer un buen servicio de limpieza para empresas además de los beneficios para la salud global de la compañía que se derivan del mismo.

El primer paso y más importante, es que el equipo de limpieza de un negocio debe contar con una organización clara y firme, de forma que las rutinas de limpieza y desinfección de superficies, objetos, y toda área de la empresa, se realice con regularidad y adelantándose a cualquier imprevisto. Para ello, se debe dar con una empresa con experiencia y un protocolo de trabajo claro.

Por otro lado, el equipo de limpieza debe contar con cualificación y tener clara la diferencia entre limpiar y desinfectar, y la empresa debe proveer productos adecuados para cada uno de estos fines. Si bien la limpieza elimina la suciedad y el polvo, productos que no sean específicamente desinfectantes no tienen por qué eliminar los microorganismos patógenos que se acumulan sobre las distintas superficies de un negocio. La desinfección significa reducir el nivel de gérmenes de un espacio o superficie a un mínimo seguro, y los productos para ello pueden requerir diversos tiempos de actuación, por ejemplo, que deben preverse en el plan de actuación de todo servicio de limpieza para empresas.

Asimismo, las empresas de limpieza deben contar con formación y rutinas específicas para negocios que exigen medidas particulares en higiene y desinfección, como pueden ser los locales de hostelería.

A estas buenas prácticas de un servicio de limpieza se deben unir las medidas de promoción de la higiene en los empleados, como recordar la importancia del lavado de manos frecuente, fundamental especialmente en negocios que manejen dinero en metálico, por ejemplo.

Si se cumplen estas directrices, los comercios y empresas no sólo estarán apostando por mejorar su índice de salud empresarial desde la base, sino que notarán otra serie de beneficios.

En primer lugar y más importante, la apuesta por una limpieza y desinfección de calidad es un factor que evita de manera directa la aparición y contagio de enfermedades entre trabajadores. Esto, además de influir directamente en la salud de las personas, limita la expansión de enfermedades en la plantilla, situación que pude afectar notablemente el trabajo diario de pequeñas y medianas empresas.

Por otro lado, recordando el citado impacto de la higiene en la imagen de un negocio, las personas que visitan un comercio limpio y cuidado se sienten más cómodas y propicias para consumir en él. Esto, a su vez, supone un beneficio económico para las empresas, además de un elemento motivador para los empleados. Si bien esta ventaja es más evidente en comercios abiertos al público, se ha comprobado cómo una correcta higiene y limpieza de oficinas también redunda en mayor comodidad y productividad del personal.

Derivado de lo anterior, ya que la imagen que ofrece una empresa que vela por su limpieza y desinfección es de preocupación por la salud de sus empleados, con ello también se fortalece la relación entre empresa y trabajadores, favoreciendo un vínculo positivo.

Si tenemos que resaltar un último beneficio, este será que un espacio limpio, sea cual sea, es fuente de tranquilidad y bienestar lo que, aplicado a espacios de trabajo como negocios y oficinas, se traduce en una reducción de distracciones y estrés, mejorando el clima laboral.

Llegados a este punto, ha quedado claro que contar con un equipo de limpieza con protocolos de calidad y que sea fuente de confianza es un seguro de tranquilidad y salud empresarial, tanto para empresarios como para trabajadores. Ahora, sólo queda comprobar cómo evoluciona la creciente importancia de la higiene de los espacios de trabajo, y cómo los negocios de Málaga y el resto del territorio se van haciendo eco de las novedades en materia de salud empresarial.