La sequía que asola la provincia de Málaga y la escasa previsión de que vuelva la lluvia está provocando que en algunos municipios los agricultores se agarren a lo poco que les queda: la fe.
Este domingo, la localidad malagueña de Alozaina sacó en procesión al patrón de los agricultores, San Isidro Labrador, "ante la persistente sequía".
Las rogativas 'pro pluvia', como se conocen a este tipo de procesiones, forman parte de una tradición ancestral y muy arraigada en este municipio, de poco más de 2.000 habitantes y un potente sector agrícola enfocado al cultivo de la aceituna. De hecho, también la celebraron el pasado 2022.
Por más peregrino que resulte, estos ritos dan testimonio de la alarmante situación que sobreviene en la provincia. Según los datos del Centro Meteorológico, Málaga está inmersa en uno de los periodos más secos de los últimos 30 años.
"Llevamos un periodo de cuatro años significativamente por debajo de la media de lluvias en la provincia de Málaga" explicaba Jesús Riesco, director del Centro Meteorológico hace unas semanas a EL ESPAÑOL de Málaga. Según las cifras que manejaba entonces, entre enero y marzo habían caído, de media, únicamente 51 mm, "un 28% de la media del periodo 1991-2020".
Desde Asaja ya han alertado de que esta "desesperada situación de sequía" está dejando al campo malagueño "en disposición de desastre". De hecho, la mitad de la cosecha de cultivos herbáceos de secano de invierno ya está perdida y la siembra primaveral se ha paralizado en muchos casos.