La magnitud de los centenares de incendios que están arrasando Canadá se proyecta en Málaga, a más de 7.000 kilómetros de distancia. El cielo de la provincia ha amanecido este miércoles cubierto de materia en suspensión, en concreto, de partículas de hollín que han cruzado el Atlántico y están extendiéndose por Europa.

La nube entró por la parte más occidental de Andalucía y, desde la noche del pasado martes, se percibe en los cielos de Málaga. "Se nota en esa opacidad que hay en la  atmósfera", apunta el director del Centro Meteorológico de la Agencia Estatal de Meteorología en Málaga, Jesús Riesco, en declaraciones a Europa Press. 

Según la Aemet, se trata de un episodio ciertamente insólito por la larga trayectoria que las partículas han recorrido y está afectando a toda la Península, aunque no es algo nuevo. El año pasado, apunta Riesco, hubo una nube de erupciones volcánicas de Sudamérica que llegó a Málaga.

La situación atmosférica se mantendrá durante este miércoles y jueves, aunque es difícil de predecir su evolución, lo normal es que "se irá dispersando, salvo que los incendios continúen" o la situación en Canadá empeore.

Según Riesco, esas partículas de hollín están presentes en capas altas y no en superficie, por lo que "no representa, en principio, nada peligroso" para los ciudadanos ni afecta a la calidad del aire. "Nada tiene que ver con la situación que viven ciudades norteamericanas, donde está produciendo, entre otros, importante reducción de visibilidad" debido al humo.

Este fenómeno es parecido al de la calina, pero no tiene nada que ver: "Tiene una repercusión similar, en lugar de partículas de hollín lo que nos llega es polvo en suspensión procedente del desierto del Sáhara". 

BAJADA DE TEMPERATURAS

Además de su impacto en los cielos, puede tener cierta incidencia en las temperaturas, que pueden verse afectadas a la baja. Este miércoles y jueves los termómetros continuarán en las zonas de costa malagueña por encima de los 30 grados, como consecuencia de los vientos de componente oeste flojos, que se retirarán para dar paso a brisas que harán bajar las temperaturas en la franja litoral, explica el director del Centro Meteorológico.

Sin embargo, a partir del fin de semana, el viento de levante podría volver y se alcanzarán máximas en torno a los 29 grados, unas temperaturas "típicas de esta época de verano".

Lo más destacado de estos días, según Riesco, son las mínimas bastante altas, por encima de 23 grados en las zonas de costa. 

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