En la sociedad actual no podemos ignorar que hay grupos que se enfrentan a desafíos mucho más significativos que otros. Uno de esos grupos son las personas con discapacidad. Más especialmente si se habla de discapacidad intelectual. Esta presenta sus propias dificultades y obstáculos, así como estigmas que limitan las oportunidades y su pleno desarrollo.

Proyectos como el I Campus de verano para jóvenes con discapacidad intelectual de la Universidad de Málaga, que dio comienzo el pasado martes 4 de julio, buscan crear un entorno inclusivo que valore y respete la diversidad de capacidades de personas como Sofía.

Esta chica malagueña de 27 años está participando junto a una veintena de jóvenes más en este programa que pretende mejorar la autonomía con diversas actividades enfocadas a adquirir habilidades y competencias necesarias para su desarrollo personal y laboral. Estas actividades incluyen talleres sobre redes sociales, arquitectura, liderazgo, búsqueda de empleo y pintura, la que dice que ha sido su favorita. 

Este programa, en colaboración con la Fundación ONCE y bajo el marco del Programa UniDiversidad, tiene como lema ‘El arte como motor de empleabilidad de personas con discapacidad intelectual’ y cuenta con la cofinanciación del Fondo Social Europeo. Aunque cientos de jóvenes españoles ya han participado en estos campamentos a nivel nacional, es la primera vez que se lleva a cabo en Málaga. La iniciativa busca proporcionar un espacio de convivencia y formación a jóvenes con discapacidad intelectual para aumentar sus oportunidades de inclusión social y laboral. 

Son un ejemplo de determinación y superación, demostrando que las personas con discapacidad intelectual tienen talentos y habilidades únicas que merecen ser reconocidos y valorados. Joshua, un monitor, señala: “Nadie puede tener una visión real de la discapacidad e inclusión hasta que se embarca en un proyecto como este”. Aunque existen otras formas de ayudar, afirma que no se puede comprender al 100% las dificultades a las que se enfrentan las personas con discapacidad si no se les tiene en cuenta. 

A través del campamento, están ganando confianza en sí mismos y han demostrado su capacidad para adaptarse a nuevas experiencias y disfrutar de nuevas oportunidades. Sus monitores y la dirección del programa los definen como personas muy cariñosas, con ganas de aprender y actitud. Sofía siempre tiene una sonrisa en su cara, le gusta estar con sus compañeros y amigos, y siempre trata de ayudar a quienes lo necesitan. 

Para ella, el campamento ofrece la oportunidad de cumplir sus sueños. Aspira a trabajar en un museo, ya que es algo que le apasiona desde hace un tiempo. También le encanta estar con niños y ayudar a los demás. En general le gusta la música, el arte y la cultura. Cuenta que Noelia Franco es su cantante favorita y disfruta como nadie de los cómics de Mortadelo y Filemón.

Los participantes están explorando distintas posibilidades de empleo mientras disfrutan de experiencias inclusivas en deportes, ocio y cultura, como un espectáculo de yoga-flamenco en la playa y sesiones de gimnasia en el Museo de Arte Contemporáneo CAC de Málaga. 

El estigma asociado a la discapacidad intelectual sigue siendo significativo. Por esta razón, eventos como los Campus de Verano UniDiversidad son importantes para que los jóvenes adquieran autoestima. Además, es esencial para las familias ver que sus hijos tienen la oportunidad de integrarse, adquirir títulos y superarse cada día. Los participantes del campamento son jóvenes que ya han estado integrados en otros cursos y talleres, en su mayoría relacionados con el arte y la cultura.

Lola, una de las ponentes y profesora de dibujo y pintura, destaca que el arte es una de las formas más inclusivas de expresión, ya que permite a los participantes mostrar su magia, pensamientos y habilidades. La experiencia de trabajar con jóvenes con discapacidad intelectual le ha permitido replantearse ciertas barreras y lecciones de vida.

Tanto los ponentes como los organizadores del campamento aprenden mucho de esta experiencia. “A menudo, creemos que conocemos el mundo que nos rodea, pero hay mucho que desconocemos”, añade Lola. Los alumnos son el corazón del proyecto y su experiencia resulta extremadamente gratificante para los monitores, como Joshua, quien destaca la importancia de reflexionar y mantenernos conectados con la realidad a través de estas experiencias.

El campamento cuenta con la participación de diversos ponentes destacados en sus respectivos campos. Los museos se consideran lugares altamente inclusivos y con un fuerte carácter social. Museos como el Museo del Prado en Madrid, el Thyssen, el Pompidou y el Picasso en Málaga son espacios adaptados para la inclusión.

Como comenta Joshua, la autenticidad de estos alumnos les obliga a detenerse y reflexionar, colocando los pies firmemente en el suelo. Afirma que es importante reconocer que muchas personas no pueden llevar una vida plena debido a las barreras y las puertas cerradas que el resto de la sociedad les imponen.

En la inauguración del campus estuvieron presentes la vicerrectora adjunta de Atención al Estudiante de la UMA, María Jesús Martínez Silvente; Isabel Martínez Lozano, directora de Programas con Universidades y Promoción del Talento Joven en Fundación ONCE, y Carlos Miranda, vicedecano de Cultura de la Facultad de Bellas Artes de la UMA. La Universidad de Málaga es reconocida por ser una de las más inclusivas, y el programa y la organización del campus han sido elogiados por el Ministerio de Universidades, incluso se ha solicitado exponer el programa en la Expo de Dubái.

Los organizadores han expresado su deseo de que este tipo de campamentos puedan continuar en el futuro, reconociendo su importancia para la inclusión y el desarrollo personal de los jóvenes con discapacidad intelectual. Asimismo, recalcan que es importante que el programa de resultados reales y no se quede en un intento de inclusión. La sociedad debe dar un paso más allá y abrir puertas hacia la inclusión.