Cris estaba deseosa de darle un cambio a su vida. Pese a que se tituló como maestra infantil porque amaba a los niños, agobiada por las oposiciones y las condiciones del mercado laboral, decidió cumplir el sueño que siempre tuvo en mente, poniendo en marcha un proyecto con el que siempre soñó: un quiosco donde "todos los adultos volvieran a su infancia". Bajo ese lema y de la mano de su madre, Lourdes, que le dio el empujón que le faltaba, nació Camino, un quiosco situado en la barriada de El Duende, junto al recinto ferial de Málaga capital, pero que llega a cualquier punto de España gracias a TikTok, donde ya acumula más de 20.000 seguidores.
El quiosco, a unos pasos de su casa, llevaba muchos meses cerrados y ambas sintieron que tenían que hacerse con la licencia pertinente para llenarlo de chuches de toda la vida. "Para nosotras fue un doble reto, por un lado había que hacer el quiosco que habíamos visto durante nuestra infancia y, aparte, que el barrio volviera a tener una tiendecita como esta", declara Cris a EL ESPAÑOL de Málaga.
El 22 de diciembre de 2022 comenzaba la aventura y, a día de hoy, ni ella ni su madre se arrepienten de la decisión. Le pusieron Camino porque fueron "muchas casualidades" las que les llevaron a abrir el negocio. "Somos muy creyentes en las señales y no sé por qué, veíamos plumas por todas partes... Todo el rato había señales... Y al final, le pusimos Camino, porque todo nos trajo hasta aquí", cuenta Cris con una sonrisa.
Pese a la apertura de decenas de bazares que han acabado provocando el cierre de muchos quioscos, así como las tarifas de los ayuntamientos, Cris asegura que la magia que hace que un quiosco funcione es sin duda darle tu propia seña de identidad. "Si lo haces, suele funcionar. Para ejemplo, el nuestro", cuenta.
Cris tenía claro que, además de ofrecer al cliente chuches clásicas, tenía claro desde el inicio que contaría con unas cajas para ocasiones especiales. "La idea al montar el negocio es que íbamos a ofrecer cajas para días importantes como el día de la Madre, Reyes Magos, cumples... y estas las venderíamos a cualquier parte del país", cuenta.
En este sentido, les ha ayudado mucho pegar a la puerta de Instagram y, concretamente, de TikTok, una red social que les ha dado muchas alegrías. Apenas un mes después de empezar a rodar, decidieron grabar su primer vídeo en esta plataforma donde la gente empezó a seguir a Cris por su dulzura. Ellas querían mostrarles que contaban con golosinas poco vistas en la actualidad, como el clásico caramelo Drácula. Su hermana --que aparece en muchos vídeos-- fue la gran culpable de que su hermana se hiciera tiktoker. "Me dijo que todo el mundo estaba en esta red social y así fue. Creo que sin TikTok no estaríamos ahora", confiesa. Y es que si no estás en TikTok, no existes.
Estuvieron un mes viralizándose semana tras semana. Grabar cómo montaban las cajas especiales fue parte de su éxito. Cada vez les pedían más clientes y comenzaron a notar que el negocio despegaba. "Nos hemos dado cuenta que en el norte apenas hay quioscos y la mayoría de pedidos vienen de zonas como El País Vasco. Les da añoranza porque ya no tienen esos quioscos. En Andalucía quedan pocos, pero aún tenemos, por eso me piden menos", relata.
Cris anima a todos los emprendedores a que se aventuren a dar el salto, sobre todo si no están felices con la vida que llevaban. En su caso, empezó a estudiar unas oposiciones que se cancelaron, algo que le generó mucha frustración. Su propia profesora le invitó a que si tenía otra cosa, se dedicara a ello, pues el futuro estaba muy complicado. "Siempre quise ser seño de infantil porque me gustaba, pero la realidad es que si no es por el Estado, los sueldos son muy precarios y las posibilidades de una mejor vida se reducen", lamenta, a la par que bromea: "Aunque me he metido a ser autonóma... que tampoco es fácil, porque en un negocio como este no sabes nunca qué va a pasar".
Pese a ello, sonríe contando que tener un quiosco también la mantiene unida a los niños, algunos de sus clientes. De hecho, en los expositores ha puesto también a la venta juguetes educativos como guiño a su anterior profesión. "Pero pese a que vienen niños, mi clientela está entre los 30 y los 50, que vienen llamados por productos que llevaban años sin ver", sostiene. Las favoritas del público en el propio quiosco y en pedidos online: las chuches ácidas. "Me encanta también cuando me piden cajas sorpresa, confían en mí y yo les echo lo que quiero. Me encanta sorprenderles, porque tenemos muchísima variedad", comenta.
Cris y Lourdes con su labor labran el camino a muchos adultos que quieren sacar el niño que llevan dentro en momentos en los que la sociedad es más aspera que dulce. "Nos hace tan felices que vengan con el coche a vernos desde La Cala del Moral, Marbella, Rincón de la Victoria... Vienen hasta desde otros puntos de Andalucía porque coincide que vienen a Málaga porque tienen médico o algo y deciden venir a Camino", zanja.