La cabalgata de Málaga cuenta con más de un siglo de vida. Sin embargo, el discurrir de estos 100 años no ha sido igual a lo largo del tiempo. Momentos de esplendor, y otros de menor brillantez, se han ido combinando a lo largo de las décadas hasta llegar a nuestros días.
Una de las características principales con las que cuenta esta fiesta está centrada, precisamente, en sus majestades los Reyes Magos. Es tradición que cada año, la figura de Melchor, Gaspar y Baltasar sea encarnada por un periodista, un cofrade y un político, respectivamente.
Para encontrar la explicación a este hecho hace falta echar la vista atrás. En 1923, Narciso Díaz de Escovar, junto a otros célebres personajes de la ciudad, consigue que en enero de 1923 se celebre la primera cabalgata de Málaga.
Las crónicas de la época relatan que el cortejo comenzó a formarse en el Paseo del Parque, al lado del Ayuntamiento, justo donde comienza en la actualidad. Según relata Mateo Avilés, historiador malagueño en su libro 'Breve historia de la cabalgata de Reyes en Málaga', realizaron dos paradas, una en la Casa Cuna, en la calle Ollerías, y en el Hospital Civil.
Tras algunas idas y venidas que interrumpieron la continuidad de la cabalgata, aunque se siguieron repartiendo regalos a los enfermos, tras la Guerra Civil es el Frente de Juventudes quien retoma la idea de celebrarla, incluyendo en dicho evento la representación de la Adoración al Niño Jesús en el portal de Belén que se instalaba en la Acera de la Marina.
Las transformaciones sociales que se dieron en nuestra ciudad a partir de los últimos años de la década de los 50 del pasado siglo tuvieron también su repercusión en esta mágica celebración al incorporarse a la misma entidades comerciales e instituciones locales.
De esta manera, en la cabalgata de 1957, la Agrupación de Cofradías y la Sociedad Excursionista se encargaron del montaje de la carroza del Rey Gaspar y desde entonces, ininterrumpidamente, este siempre es encarnado por un cofrade malagueño. ¿Qué pasa entonces con Melchor y Baltasar?
La respuesta está en la década de los años 80. Pedro Paricio había sido elegido primer alcalde de Málaga de la democracia tras las elecciones de 1979 y una de las decisiones que tomó el equipo de gobierno socialista fue la de "hacerse cargo" de la cabalgata tras algunas experiencias que "no habían terminado de convencer".
El entonces edil más joven de la corporación municipal, Curro Flores, en conversación con EL ESPAÑOL de Málaga, recuerda el momento exacto en el que "optaron por rescatar" el desfile del 5 de enero.
La primera propuesta, con la idea de que toda la ciudad se viera representada, fue elegir a un periodista y a un político para que completaran el elenco de Sus Majestades, asentando así las bases de una tradición que llega hasta nuestros días y "regularizando" de algún modo la figura de Sus Majestades.
De aquellos primeros años, conserva otras anécdotas que quizá ahora serían impensables: "Contraté a un domador de elefantes de un circo para que viniera, pero poco antes de empezar el pasacalles tuvimos un pequeño choque. Queríamos que fuera vestido como un marajá y apareció con un chándal. Yo me vine arriba y me subí encima del animal", describe entre risas.
El problema llegó cuando le tocó bajarse: "No era capaz de hacerlo, por lo que completé todo el recorrido encima del animal. De hecho, no me reconocieron hasta que volvíamos por calle Larios", rememora. "Fue muy peligroso. Sobre todo cuando se colocaron los fotógrafos delante y se puso de pie".
Curro Flores rescata por unos momentos la nostalgia que nos lleva a otra época: "Hasta que conseguimos unas carrozas más dignas, todas las hacíamos nosotros. Nos íbamos al Puerto y allí, en un hangar situado en las proximidades del mercado mayorista, nos poníamos a trabajar junto a otros artistas. Aquellas cabalgatas eran preciosas", comenta.
Desde esa década de los 80, en Málaga está vigente la tradición de que el rey Melchor esté encarnado por un periodista y el rey Baltasar, por un político. Aunque ha habido dos excepciones: en 2018 Baltasar fue Brahima Traore, un africano afincado en Málaga que huyó del conflicto de Costa de Marfil. El otro, en 2023, cuando fue encarnado por Hady Coulibaly, que emigró a España huyendo de la guerra en Mali.