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La Feria del Centro de Málaga, marcada por un ambiente más conservador y recatado que otros años

El casco antiguo limita sus celebraciones a la Plaza de la Constitución y los malagueños recuerdan con nostalgia cuando las fiestas inundaban las calles.

24 agosto, 2024 07:00

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Plaza Uncibay está mansa, sosegada, como si las fiestas locales no la hubieran rozado ni de cerca. Más tranquila que cualquier viernes del año a las 23:00 de la noche. Solo gente sentada de forma ordenada comiendo en los bares. Plaza Mitjana se reparte entre sus dos restaurantes abiertos las diez personas que transitan por allí. Plaza de la Merced es un páramo totalmente desolado que parece haber sido desalojado por la fuerza.

A medida que se baja por la calle Granada va sonando algo del alegre murmullo de las masas. La Feria del Centro ya no se desarrolla en el Centro Málaga, se ha convertido casi en un festejo acotado a la Plaza de la Constitución.

Esta celebración, que en que su día era un botellón masivo que se ramificaba incontroladamente por todo el casco antiguo, actualmente se ha convertido en una verbena alrededor de Plaza de la Constitución y calle Larios. Una forma mucho más eficiente, limpia y ordenada de organizar las fiestas, pero, para muchos, un formato bastante más aburrido.

Restaurantes de Plaza Uncibay

Restaurantes de Plaza Uncibay Adrián Gámiz

Lejos de la estampa de otras ediciones, los malagueños ya no bullen en masa por las calles colindantes con las plazas armados del rosado vaso de Cartojal. "En nuestra época el Centro era mucho más divertido, se convertía en una fiesta gigante donde toda Málaga venía a celebrar. Siempre te encontrabas a gente que conocías y era una interacción continua. Esto ya no es lo que era", comenta un grupo de treintañeros malagueños que está tomando una copa en el escenario de animación de la Plaza de la Constitución.

Paseando y charlando con la gente que habita estas calles el viernes de Feria, es fácil percatarse de que la mayoría viene de fuera. Valencianos, extremeños, catalanes madrileños e incluso bilbaínos. Los malagueños brillan menos en cantidad. Muchos buscan la fiesta descontrolada que imaginan en las festividades del sur y encuentran un ambiente mucho más conservador. "La verdad es que ayer (por el jueves) estuvimos en el recinto ferial y había bastante más ambiente que aquí", grita eufórico un grupo de chicos de Madrid que viene de despedida de soltero.

Este grupo no es una rara avis y es que el Centro se ha transformado en un caldo de cultivo perfecto para las despedidas de solteros. Si ya es muy común verlas cualquier fin de semana, el fenómeno se multiplica en Feria.

Grupo de despedida de soltero

Grupo de despedida de soltero Adrián Gámiz

Con sus particulares camisetas con fotos degradando al novio y sus fanáticos gritos futboleros al ritmo de "Gibraltar es español", son, sin duda, los que ponen una marcha más a la Feria del Centro. Las chicas también se despiden de su soltería, aunque de una forma más discreta, paseando elegantes con sus vestidos a la contra de la novia.

A pesar del reducido radio de acción con el que actualmente cuenta la Feria del casco histórico, sigue teniendo los colores andaluces que tanto atraen a la gente de fuera. En cualquier esquina colindante con la plaza mayor basta una guitarra, tres acordes mal tocados y un grupo entonado de vino moscatel para formar una fiesta independiente. Natural, sencillo y práctico, una fórmula que nunca falla y que por mucho que se evolucione, no cambia.

Grupo de despedida bailando en la calle

Grupo de despedida bailando en la calle Adrián Gámiz

Los nostálgicos dirán que la Feria ya no es lo que era. Si en el Real algunos puristas se quejan de que "todo es reguetón, parecemos cada vez más Ibiza", en el Centro otros apuntan la pérdida del descontrol de años pasados.

Calles mucho más limpias, seguras y habitables para los pocos malagueños que quedan en el Centro. Un espacio mucho más adulto donde la participación de las juventudes parece ser menor.