Antonio con sus padres.

Antonio con sus padres. Alba Rosado

Vivir

Antonio, el niño malagueño que nació sin ojos y ama la música: su sueño es conocer a Pablo López

Publicada

Antonio cumplirá el próximo 30 de enero 5 añitos, pero pese a ser tan pequeño, la mochila vital que cuelga en su espalda tiene más batallas ganadas que la de cualquier militar. Nació sin globos oculares y, por tanto, padece anoftalmia bilateral, una enfermedad rara que se presenta en uno de cada 20.000 niños en España. 

Sus padres son muy jóvenes. Miguel tiene 32 y su madre, Rocío, tiene 29, pero ambos se han llenado de valor para lograr que la vida de Antonio transcurra con la mayor normalidad posible, aunque el camino haya sido muy complicado. 

El embarazo de Rocío fue muy tranquilo hasta el último momento. Ninguno de los controles médicos y ecografías detectaron que algo iba mal en el desarrollo del pequeño hasta la recta final del embarazo, cuando los profesionales sí que vieron que el feto no cogía todo el peso que debía. Pero ni rastro de la anoftalmia.

Así, en el parto, que tuvo lugar en el Hospital Clínico de Málaga, Rocío percibió que su hijo no abría los ojos, algo que le extrañó mucho. Le comentaron que podía venir con los párpados sellados, algo habitual en neonatos que requiere de una pequeña cirugía, pero al día siguiente llegó el peor de los diagnósticos. Tras ser trasladados madre e hijo hasta el Hospital Materno Infantil, descubren por primera vez un nombre que les iba a marcar de por vida: anoftalmia bilateral. El pequeño Antonio no tenía ojos. 

A la familia se le vino el mundo encima. Tras el diagnóstico, Miguel recuerda que cayó al suelo al enterarse y Rocío comenzó a tener pensamientos muy delicados que se traducían en un "¿Por qué a mí?". Todo ello en unos tiempos en los que la Covid y el confinamiento estaban a la vuelta de la esquina. "La que mejor se lo tomó fue su tía, de 13 años. Ella decía que no le importaba qué le pasara, que ella ya tenía a su sobrino aquí", recuerda Rocío, algo emocionada. 

El Materno lo derivó al Hospital de La Paz, en Madrid. Pero el confinamiento se adelantó a la cita, prevista para junio de 2020. Pasaron esos meses en casa de los padres de Rocío. Miguel lo decidió así por miedo a que le pasara algo grave a ella, por su estado psicológico. 

"En una de las veces que estábamos bañándolo, no me lo podía creer, pero abrió sus párpados", cuenta Merche, la abuela del pequeño, que puede revivir ese momento una y otra vez. Aquello fue un paso que parecía, de inicio, totalmente imposible y que mostraba las ganas de avanzar del pequeño Antonio, que fue un guerrero desde que apenas tenía unos meses.

Antonio durante sus primeros meses de vida.

Antonio durante sus primeros meses de vida.

Viendo que España estaba en las redes sociales en lugar de en las calles, a la familia se le ocurrió abrir una página de Facebook que se llamara Seamos los ojos de Antonio, donde en la actualidad rozan los 250.000 seguidores. Una plataforma que sirvió para Rocío de desahogo y que ella misma define como "una salvación". "Sin sus titas virtuales no sé qué hubiera sido de nosotros", sostiene la joven. 

Cuando las medidas sanitarias disminuyen, les llega el nombre de un profesional sevillano que les cambiaría pocos meses después la vida. José María Martínez, de Visión Martínez, que tras conocer el caso del pequeño Antonio, decidió recibirle en su consulta y atenderle de forma totalmente gratuita, pues sabía que su seno familiar era trabajador y sin grandes recursos.

"Para nosotros fue como un ángel y sigue siéndolo. No sabemos qué hubiera sido de su 'currito', así le llama ya con cariño, sin él", cuenta la abuela del menor. Martínez comenzó trabajando el espacio que no tenía en las cuencas Antonio a través de unos conformadores que al principio tenían el tamaño de una lenteja.

Así lograron llegar a la primera operación de las cuatro que ha tenido en total, corriendo solo con los gastos de la última la Seguridad Social. Todas las veces que Antonio ha pasado por quirófano ha sido para lograr ampliarle la cavidad donde se ubican las prótesis oculares con las que cuenta. Para ello, le han extraído "carne" de su propia boca y grasa de la zona que rodea a la pelvis. "Para que se entienda, él tiene algo parecido al ojo de una muñeca en estos momentos", declara su padre.

Antonio adora a sus padres.

Antonio adora a sus padres.

Pero estos trámites son muy costosos. "Para la primera hicimos un evento en plena pandemia en la Caja Blanca. Recuerdo que actuaron gratis artistas como Chandé o su hijo. Sin embargo, como no se podía llenar el aforo completo, no pudimos recoger ni la mitad de lo que necesitábamos; pero abrimos una fila cero y la gente se volcó consiguiendo lo que nos hacía falta; devolvimos lo que sobró. Nosotros somos para eso muy claros, no queremos nada extra de nadie", cuenta Miguel.

Santiago Ortiz, oftalmólogo de Granada, ha sido quien ha operado al pequeño en todas las ocasiones. Destacan su trabajo y el del anestesista, Antonio, quienes se han portado "a la perfección" con ellos. "Santiago peleó para que la última operación nos entrara por la Seguridad Social. Al principio nos decían que esto era algo de estética, cosa que nos entendemos, porque los niños con esta enfermedad, si no se tratan, se convierten en niños calavera, porque se les deforma la cara, lo que puede conllevar otros problemas", advierte Rocío, quien remarca que este profesional tampoco les cobra "la mano de obra", solo el uso de las instalaciones donde interviene a Antonio.

"La última operación fue una maravilla. Ahora Antonio está muy bien, se le ha quedado todo estupendamente", dice su padre con una sonrisa, feliz por ver a su hijo contento y tranquilo pese a todo lo que ha sufrido.

La anoftalmia puede venir acompañada de la siringomielia, el desarrollo de un quiste lleno de líquido dentro de la médula espinal que puede afectar a la movilidad de la persona que la padece, pero en este sentido, afortunadamente, Antonio hasta el momento no ha tenido ningún problema y este quiste está "parado".

Antonio con su madre, Rocío.

Antonio con su madre, Rocío.

Seamos los ojos de Antonio

La plataforma Seamos los ojos de Antonio les ha ayudado mucho a todos, pero para Rocío ha sido una espada de doble filo. Por una parte, gracias a todas sus seguidoras, reconoce que pudo darse cuenta de que "lo que le pasaba a Antonio no era nada malo" y que el pequeño brilla "con luz propia y es querido por todo el mundo".

Sin embargo, esa exposición en redes también ha hecho llegar a su muro a los haters, que han llegado a decirle que su hijo "tenía que haber nacido muerto" o incluso que ella "no era capaz de hacer hijos", pero sí a "un extraterrestre". "Pero lo único que han logrado es hacerla más fuerte", dice Miguel orgulloso. A ello, la propia Rocío añade que "ya me río", pero que aguantar semejantes comentarios, entiende que por parte de personas adultas, "ha sido muy duro".

Una lección a diario

Sabe que de nada le sirve enfadarse o llorar cuando el verdadero afectado de esta historia cada día se levanta con la sonrisa más grande posible. "El otro día me quedé sin palabras. Veníamos del cole y hacía mucho viento, lo que suele hacer que todos nos quejemos... Pues él soltó un 'mira Mami, hace viento, qué bonito es el viento, ¡me encanta!'", recuerda Rocío, que casi se emociona pensando en lo mucho que su hijo valora la vida.

Entre revisiones médicas y diferentes terapias, los padres de Antonio tratan de que sus días sean lo más divertidos posibles, al menos acordes a los que debería tener un niño de su edad. Así, entre juegos, ha sido como han descubierto que si hay algo que le apasiona a este niño es, sin duda, la música.

Antonio tiene pasión con Pablo López.

En su casa siempre han escuchado música de todos los estilos posibles, lo que ha dado a Antonio una importante cultura musical. Igual te canta por los Backstreet Boys, que por Laura Pausini o Camarón. Pero si hay alguien que le gusta por encima de todos los mencionados antes ese es el cantautor malagueño Pablo López, para él "El López". 

Ayuda para cumplir un sueño

Un día tenían puesto en casa el programa de La Voz, donde el de Fuengirola participa últimamente como coach y Antonio se quedó absolutamente embelesado con su voz. La familia asegura que ninguno era fan de López antes y que nunca habían escuchado uno de sus temas. "Fue un flechazo. Él no paraba de decir 'es el López', 'es el López', cosa que no entendemos, porque jamás se lo hemos puesto", dicen entre risas sus familiares.

Así empezó una verdadera historia de amor con su ídolo. Temas como El Patio, La niña de la linterna, El Gato Tu enemigo forman parte del día a día de esta familia que ya se declara fan incondicional del cantante ante las sonrisas que este, sin saberlo, saca a su hijo día tras día. Incluso cuando tiene un berrinche, la voz del fuengiroleño sirve para calmarle. "Ahora le ha dado por montarse en el coche de su abuelo, totalmente obsesionado, y cómo no, con el López a toda voz", dice Merche.

"Yo quiero conocer al López", suelta en un momento de la conversación de la familia con EL ESPAÑOL de Málaga Antonio, que empezó la charla dormido y la ha acabado bailando y cantando los temas del artista. Sin duda, el sueño más grande de su vida es poder abrazar a Pablo López, palparlo para descubrir cómo es físicamente y agradecerle en primera persona todo lo que le aporta en su día a día.

"Nosotros alucinamos porque si le dices que imite a Pablo López, hace exactamente lo mismo que él con el piano. Se pone como loco. Jamás lo entenderemos porque él no lo ve", cuenta Merche, su abuela, con una sonrisa. 

Tanta es su pasión con la música que ha empezado a recibir clases de piano, además de otras de percusión. Lección a lección, este niño malagueño está avanzando a pasos agigantados y espera que a final de curso pueda sorprender a su familia tocando uno de los temas de Pablo López. 

El pequeño Antonio con su familia viendo a Pablo López.

El pequeño Antonio con su familia viendo a Pablo López.

"Sus tías virtuales le regalaron una entrada para ir al concierto de Pablo López en La Malagueta este verano. Se lo pasó en grande y encima montó una fiesta allí. La gente de alrededor flipaba porque es que él disfruta mucho de la música y es un niño muy feliz para lo pequeñito que es", cuenta su madre orgullosa.

Al parecer, el pequeño no paraba de preguntar si estaba en La Voz, pues al final es donde cree que aparece siempre Pablo López. La familia trató de explicarle que estaba rodeado de fans del cantante que también disfrutaban de su música como él. "Se volvió loco con el himno del Unicaja, lo descubrió en ese concierto y desde entonces no para de cantarlo", relata la familia.

Ahora hacen un llamamiento a la familia del cantante, a su discográfica e incluso a sus amigos. Un abrazo de Pablo López y un rato compartiendo canciones con él haría a este crío el más feliz del mundo entero. "Ojalá la gente se lo haga llegar y consigamos que Pablo se entere de su existencia, porque no suele usar las redes. Lo agradeceríamos muchísimo", zanjan.