Este es el pueblo de Granada donde mejor se come: combinan la creatividad y la tradición en sus platos
La olla de San Antón, el revuelto de morcilla o el solomillo de la sierra son algunos de los palatos que se pueden comer en este municipio a 13 kilómetros de la capital.
23 septiembre, 2024 11:00La gastronomía granadina, originaria de Andalucía al sur de España, es conocida por su variedad. En la comunidad autónoma hay una cocina variada que combina ingredientes del mar y la tierra, y ha sido influenciada por varias culturas.
Cada provincia andaluza tiene sus platos típicos. Cada uno busca hacer honor a sus raíces al usar productos locales. En el caso de Granada, su gastronomía se va extendiendo poco a poco.
La provincia se caracteriza por su amplia oferta en la capital, pero en los diferentes municipios que la forman también ofrecen una gran variedad de platos. Uno de los pueblos en el que mejor se cope de Granada es Monachil que se encuentra en el Parque Natural y Parque Nacional de Sierra Nevada.
Este pintoresco municipio es conocido por su entorno montañoso y su proximidad a la Sierra Nevada, lo que ha influido en su gastronomía. La comida en Monachil está basada en productos locales y en recetas sencillas pero sabrosas, que nacen de la necesidad de preparar platos nutritivos para el clima frío de la sierra.
Entre sus platos locales más famosos están la olla de San Antón. Esta comida es típica del invierno granadino y se trata de un guiso hecho con habas secas, arroz, tocino, morcillo y costillas. También se suma a las migas que se elaboran con pan migado, ajo, aceite de oliva y a veces acompañadas con embutidos como chorizo, morcilla, panceta o pimientos fritos.
En Monachil también se sirve el plato alpujarreño en el que se incluyen ingredientes como papas a lo pobre (patatas fritas en rodajas con pimientos y cebolla), chorizo, morcilla y huevos fritos, todo en un plato abundante.
Tal es el nivel de la cocina en esta localidad que uno de sus restaurantes se ha ganado un lugar especial en la escena culinaria combinando tradición y creatividad. Se trata de La Cantina de Diego y ya cuenta con la distinción Bib Gourmand de la Guía Michelin.
Entre las especialidades del restaurante se encuentran el revuelto de morcilla de Monachil y los tacos de bacalao fritos con tomate. El solomillo de la sierra con guarnición es otro de los platos estrella. Para el postre, la Marcelina, un dulce típico de la zona, según resaltan.
Todo empezó con un pequeño huerto familiar junto al río. Allí, Diego y María José, entre tomates, calabacines y lechugas, crearon un espacio para abrir, solo en verano: una pequeña terraza con una diminuta cocina, según explican en su web.
En ella, Diego preparaba platos con los productos que tenía al alcance de la mano, y los amigos disfrutaban comiendo a la sombra de los cerezos y las higueras. Poco a poco, durante los cuatro años en los que mantuvieron aquel pequeño negocio, se ganaron una clientela fiel.
Así nació La Cantina de Diego, un restaurante familiar que mantiene la cercanía y la calidad en sus productos, reflejo de ese proyecto pionero. La oferta culinaria va cambiando con el calendario, en función de la temporalidad de sus principales productos.