'Familias Despiertas': el proyecto que ayuda a prevenir un TCA gracias a la experiencia de Carolina
El alma de esta escuela malagueña de familias es reivindicar el derecho de todos los niños, niñas y adolescentes a estar nutridos física y psicológicamente.
21 noviembre, 2021 08:24Noticias relacionadas
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Cuando tenía 20 años, a Carolina le cambió la vida una anorexia nerviosa que llegaba como consecuencia de un peligroso cóctel: la restricción alimenticia, la obsesión por el deporte y, sobre todo, la incapacidad para gestionar sus emociones.
"No empecé tan joven como suele ocurrir, es mucho más común en adolescentes, pero también afecta a personas más mayores y yo puedo reconocer que, con 43 años que tengo ahora, quizás me curé hace un año gracias al análisis psicoanalítico. He estado trabajando contra ella veinte años", explica Carolina Herrera.
Esta difícil y dura experiencia le otorgó a la malagueña todas las herramientas necesarias para trabajar en ver de dónde salía este trastorno y ver el rumbo que estaba tomando su vida. Así, funda la escuela 'Familias Despiertas'. Un proyecto que define como el resultado de la superación y el esfuerzo que hacen las personas que sufren los TCA, como fue su caso.
Con este proyecto, Carolina se centra en, sobre todo, concienciar sobre estos trastornos y prevenir en las familias, especialmente con aquellas que tienen adolescentes. Además, ha promovido dos hashtags virales: #ColesSinUltraprocesados y #ParquesSinUltraprocesados para fomentar que las familias ofrezcan a sus hijos una dieta saludable desde la infancia.
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"Todo comenzó hace dos años, cuando empecé a compartir en mis redes sociales los desayunos que mis niños llevaban al cole. Me di cuenta que ellos eran 'los raros' por llevar fruta en lugar de ultraprocesados", cuenta Herrera.
Ese es el alma de la escuela 'Familias Despiertas': reivindicar el derecho de todos los niños, niñas y adolescentes a estar nutridos física y psicológicamente. Cuentan con diferentes programas donde abordan aspectos como la alimentación, la salud mental, el deporte, el sueño, la socialización y el uso de las tecnologías.
"Es primordial que a los niños se les vaya indicando desde muy pequeños, por ejemplo, el azúcar que tiene cada alimento y lo que supone para ellos, pero sin mencionar palabras como la salud mental o la obesidad infantil. Se les debe ir dando pautas que vayan comprendiendo poco a poco", detalla.
Aquella obsesión que tenía por lo saludable se ha transformado en ganas de ayudar a los demás. "La sociedad puede hacer mucho, pero tenemos que tener en cuenta que en las familias se deben establecer las bases de los valores que les damos sobre la alimentación, por eso creé este movimiento. Cualquier adicción se puede prevenir desde la familia", añade.
Además, Carolina Herrera insiste en que otro de los objetivos que tiene su proyecto es visibilizar los trastornos de la alimentación que se viven en soledad y en silencio. Como fue su caso. "De lunes a viernes te pones la careta. Yo era muy responsable y trabajadora en mi puesto trabajo y nadie percibía o, al menos, no se atrevían a preguntar si yo estaba bien", comenta.
Consejos para familias
Si la familia tiene la enfermedad instaurada, reconoce que no es "intrusista" y recomienda que lleven a los adolescentes a un profesional que se dedique a ello. Ella se encarga, insiste, de "prevenir" para evitar que siga creciendo un dato que le preocupa mucho. "Ya llegan circulares a los centros escolares para que estén atentos a posibles actitudes poco normales en niños. La tercera causa de muerte en adolescentes ya es la salud mental, donde se engloban los TCA. Es un gran problema", lamenta.
Por ello, Carolina recomienda cinco puntos básicos que las familias deben cumplir para evitar este problema. Por un lado, destaca que los padres deben tener autoconocimiento. "Si nosotros no hacemos este proceso es complicado. No puedes enseñar algo a tu hijo que ni tú mismo sabes- Si le dices que todos debéis colaborar en casa, pero luego solo ve cómo lo hace la madre, el niño o la niña adquiere unos valores que no son los que quieres mostrarle", añade.
El segundo punto se centra en la comunicación y los valores. Herrera cree que se pueden poner normas y límites para que los pequeños sean responsables sin necesidad de ser especialmente dictatoriales, sino a través del amor y el respeto como base para fomentar la responsabilidad en los más pequeños.
Ligado con el punto anterior, hace hincapié en que los padres deben saber decir 'no' para trabajar la frustración. "A veces temen a decir 'no' a los niños y es algo súper importante saber que no es algo negativo para nuestros hijos, sino todo lo contrario. A la larga es un favor que les hacemos", cuenta.
Y, por último: comer alimentos "de verdad" y practicar deportes que le gusten y no supongan una obligación o algo molesto para ellos. Añadir a su rutina la actividad física es sinónimo de salud en el futuro.