Un lazo rosa y el Dr. Carabantes en su consulta.

Un lazo rosa y el Dr. Carabantes en su consulta. Canva/ Cedida

Salud

1.000 casos de cáncer de mama nuevos en Málaga al año: "Solo avanzaremos en la enfermedad con ensayos"

El oncólogo Francisco Carabantes del Hospital Regional de Málaga asegura que a lo largo de su vida, según las estimaciones, una de cada ocho mujeres luchará contra el cáncer de mama.

19 octubre, 2023 05:00

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Pese a que es médico adjunto del Servicio de Oncología del Hospital Regional de Málaga, donde lleva trabajando desde 1995, el doctor Francisco Carabantes reconoce que aún no se acostumbra a dar malas noticias, una de las labores más complicadas de su profesión. Ante la gran variedad de tumores que existen, en el Hospital Regional se coordinan por grupos de trabajo en función de cada uno de ellos y, de esta forma, también se dividen en grupos de atención al paciente. 

Este 19 de octubre se vuelve a conmemorar el Día mundial contra el cáncer de mama. A nivel andaluz, según la Sociedad Andaluza de Oncología Médica, unas 6.000 mujeres serán diagnosticadas de cáncer de mama este año, si bien más del 80% de ellas podrán superarlo, llevar una vida normal y mejorar su calidad de vida gracias a las últimas terapias avanzadas como los anticuerpos conjugados, la inmunoterapia u otros nuevos fármacos; o las técnicas de cribado o nuevos procedimientos de diagnóstico precoz de tumores de mama de tipo hereditario o genético.

Francisco Carabantes forma parte del Área de Ginecología y Mama en el marco de la UGCI de Oncología en el Regional de Málaga. Por su consulta pasan cientos de mujeres al año que descubren que tienen cáncer de mama. Hablamos con él para conocer más sobre esta enfermedad que, según las estimaciones, afectará a 1 de cada 8 mujeres a lo largo de su vida. En la provincia de Málaga, concretamente, se detectan más de 1.000 casos cada año.

¿Ha variado mucho en los últimos 20 años la capacidad de detectar el cáncer de mama?

Ha cambiado mucho la capacidad de detectarlo, la capacidad de tratarlo, la capacidad de abordarlo. Es decir, de 25 años hasta aquí, en el cáncer de mama ha cambiado todo. Hasta cuestiones que dependen nada más de la incidencia, porque realmente la incidencia del cáncer de mama ha aumentado mucho. Cada vez hay más casos.

Hay una sensación generalizada de que cada vez hay más casos de cáncer. Todos tenemos a alguien en la familia padeciendo alguno, por desgracia. ¿Notáis de verdad esa curva hacia arriba en la incidencia?

Vamos viendo que la incidencia va subiendo cada año, sí. Antiguamente es cierto que podría ser que los registros fueran peores que en la actualidad, que desde hace unas décadas el registro de datos ha mejorado mucho, pero está claro que la incidencia ha aumentado en todos los tumores, aunque no en la misma medida. Unos con más intensidad y otros con menos.

¿Por qué aumentan? La esperanza de vida es un motivo, nuestra esperanza de vida está aumentando. Si aumenta la esperanza de vida de la población, la posibilidad de desarrollar cáncer va en aumento.

Es una cosa simple. La población en nuestro país ha aumentado también. Ya no somos treinta y tantos, ya somos más de cincuenta millones. Aumenta la población. Efectivamente, los cribados pueden hacer que se detecten más, pero la idea ahí es que tenemos que detectarlos pronto aunque se detecten algunos más. 

Después, los estilos de vida que tenemos hoy en día no ayudan demasiado. Lo que comemos, el tabaco, el sedentarismo, el alcohol… Todo eso, sin darnos cuenta, es responsable de muchos de los cánceres que hoy tenemos.

Particularmente, yo no puedo comprender personalmente cómo la gente no entiende que fumar es malo. ¿Cuántos años llevamos diciendo esto? El alcohol es malo, el sedentarismo es malo, la comida basura es mala…

Pero ahí seguimos, haciendo una y otra vez lo mismo.

Absolutamente. Sumando eso con el aumento de la supervivencia, la longevidad de la vida de la población aumentando… Nos encontramos ese resultado.

Es 19 de octubre, Día Mundial contra el Cáncer de Mama. ¿Cuáles son los principales tratamientos ahora mismo frente al cáncer de mama? 

Bueno, hay tratamientos que son los tradicionales, a los que oficialmente siempre nos enfrentábamos, que todavía siguen vigentes, como son la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia. Pero claro, la quimioterapia y la hormonoterapia, en todas estas últimas décadas han ido cambiando… Se han ido sumando nuevos fármacos, se han ido sumando nuevas hormonas, y a esta quimio y a esta hormona además se han ido uniendo otros agentes biológicos, otros agentes antitumorales diferentes que dan otro tipo de resultados.

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¿Hay otros factores que incentiven el desarrollo de esta enfermedad?

Hay diferentes factores que se han asociado con el aumento de riesgo del cáncer de mama. Yo pienso que el factor más determinante, o más importante, es la edad. El envejecimiento en sí es el factor más determinante para desarrollar cáncer de mama. Si uno mira las tablas de edad general, se puede observar que a medida que aumenta la edad, aumenta el riesgo, sobre todo a partir de los 50..

Y sobre este factor hay un montón de factores adicionales y más específicos como la menopausia tardía, la edad del primer embarazo retrasado por encima de los 35 años –que eso cada día es más frecuente–, la disminución en el número de embarazos, que se dé o no lactancia materna o que se reduzca el tiempo de esta.

Todos estos factores hacen que la exposición en la vida de las mujeres a los estrógenos sea mayor, con lo cual, aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de mama.

Después tenemos factores hereditarios, porque sí sabemos también hoy que hay un grupo de cánceres de mama, en torno a un 5 o un 10%, que se consideran que son heredados. Y ahí lo que se transmite de una generación a otra es una mutación que va a ser la responsable del desarrollo del cáncer.

Apunta que la edad es primordial ¿Cada cuánto tiempo se debería hacer una mamografía y a partir de qué edad tienen que estar más pendientes todavía de esas revisiones rutinarias?

En la población general con riesgo promedio, la mamografía se ha estado recomendando hacerla como cribado de la enfermedad, entre los 50 y 69 años. Ese era el período recomendado. ¿Qué ocurre? Que estamos asistiendo a un aumento de la incidencia de la enfermedad por encima de los 50 años. Por encima de los 50 años también vemos que se están dando cada vez más casos. 

Y como la esperanza de vida que tenemos es más larga, pues por arriba también parece que conviene ampliar la horquilla de la edad de cribado. Entonces, hay una idea general de que actualmente hay un cierto consenso entre todos los expertos que tendremos que tender a hacer un cribado poblacional general entre los 45 y 74 años. 

Yo sé que Andalucía ya amplió la horquilla y ahora va, creo recordar, desde los 47 a los 71. Y esa es la recomendación general que tenemos.

Ya después depende del caso concreto, ¿no?

Esa es la segunda cuestión. Esto es una idea general. Después hay pacientes que sabemos que tienen un riesgo mayor de desarrollar la enfermedad. En estos pacientes que tienen un mayor riesgo, evidentemente, el inicio de seguimiento o de cribado tiene que empezar antes.

Hoy en día hay estrategias que recomiendan empezar incluso a los 30 años en esas mujeres con mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama. Mujeres como, por ejemplo, las portadoras de una de esas mutaciones que yo te comentaba antes, de las mutaciones patogénicas. 

Ahí se recomienda empezar a los 30 años. O, bueno, otra estrategia es empezar 5 años antes del caso más joven que tengan en su familia, pues estas mujeres pueden tener una carga ya familiar previa de pacientes que han padecido esa enfermedad. Además, en estos casos de mutación patogénica de alto riesgo, además de la mamografía, se recomienda hacer una resonancia.

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El cáncer de mama es tipo de cáncer más investigado en estos momentos. ¿Cree que es precisamente por la gran incidencia que tiene? ¿O hay otros motivos que llevan también a que cada vez más investigadores se centren en él?

Bueno, yo creo que se une con muchas otras cosas. La fundamental es la incidencia. Hay una incidencia enorme. Este es el cáncer más frecuente en las mujeres. Si tenemos en cuenta los datos y las estimaciones que dicen que una de cada ocho mujeres van a tener cáncer de mama, estamos ante un problema público que hay que estudiar. Es evidente. 

También ayuda que los resultados terapéuticos han animado mucho, al ser positivos. Yo creo que también hay una sensibilidad especial para atender a esta enfermedad.

¿Hay alguna estadística, maneja algún dato, incluso de su propio hospital, de cuántos casos se detectan al año?

Tras hablarlo con los servicios de anatomía patológica, creo que los casos nuevos de cáncer de mama en el Hospital Regional están en torno a los 350 casos nuevos al año. Si a ello le sumamos los comarcales, pues podemos ponernos en más de 1.000 perfectamente.

¿Y qué hay del triple negativo? Parece que está costando avanzar más en él, pese a todo lo que se está creciendo en cuanto a tecnología.

Como comentaba, el cáncer en los últimos cinco años. Sobre todo desde principios de este siglo, cuando unos investigadores estudiaron la intuición o el talento para ver el cáncer de mama en un punto de vista molecular y permitir así que pudiésemos clasificarlos en diferentes tipos. Hay cuatro subtipos de cáncer de mama, luminal A, luminal B, HER2 y triple negativo. De estos cuatro, lo que caracterizaba a cada uno de ellos era un comportamiento biológico diferente. Y los enfoques terapéuticos también son diferentes en cada uno de ellos.

Los resultados de todos ellos también son diferentes. Tienen diferentes pronósticos. En todos ellos, nos gustaría que el pronóstico fuera excelente, pero es verdad que hay un subtipo, el triple negativo, en el que destaca su comportamiento agresivo.

El triple negativo realmente es el de peor pronóstico. Avances se han conseguido en todos los subtipos, aunque es verdad que no de manera pareja. Los resultados y los avances conseguidos en los subtipos luminales o en HER2, han sido mucho más importantes, mucho más llamativos, que los conseguidos en el triple negativo. Pero respecto al triple negativo ya se están añadiendo nuevas estrategias que están mejorando los resultados. Ya se están aportando nuevas formas de tratarlo que están mejorando también la supervivencia y esa esperanza de tenerla. Yo espero que en los próximos años el triple negativo, al igual que los otros subtipos, puedan disponer de mejores terapias.

Hoy, de las cosas nuevas que se han incorporado al triple negativo, está el uso de la inmunoterapia. La inmunoterapia, que en los otros subtipos no se ha visto un beneficio hasta ahora importante como para permitir su uso en la asistencia clínica, en el triple negativo ya sí la tenemos. 

Tenemos ya ensayos que demuestran el beneficio, con lo cual ya está incluido en nuestra práctica asistencial. Y además se han incorporado otras nuevas drogas de quimioterapia asociadas a algunos antivirus. Y este fármaco también se ha incorporado a su uso en el triple negativo. Y estos dos tipos de tratamiento están mejorando el pronóstico.

Qué importantes son los ensayos en estos casos…

Si no es por los ensayos clínicos es que esto no avanza. Todo lo que hemos conseguido es a base de ensayos clínicos. No hay otra forma de avanzar en esta enfermedad, sino a través de los ensayos.

Sobre todo porque encima tampoco se pone demasiado dinero para la investigación...

Claro, es que realmente la investigación se está haciendo solamente desde un punto de vista de que el dinero parte de multinacionales, laboratorios… todos ellos privados. A partir de ahí sale lo que se desarrolla. Lo que aporta el dinero público es solo un granito.

Gracias a ese soporte que tienen los laboratorios privados vamos avanzando. Y nos gustaría que los sistemas públicos, no solo enEspaña, sino en todos los países, se aportara más. Porque yo creo que la queja de todos los investigadores en el mundo es que se necesita más dinero. A quien le pregunte, se lo dirá. Todo lo que se pueda aportar es un bien para nuestro futuro. Eso está clarísimo. No se trata de dinero únicamente, supone mucho estar en medio punto más o menos.

Se detectan más de mil casos al año en la provincia. Hay algunos pacientes que se han quejado públicamente sobre cómo se comunica la enfermedad al paciente. ¿Cómo trabajan ustedes para humanizar el cáncer de mama?

Eso tiene mucho de lo que hablar. No es cuestión de humanizar solo el cáncer de mama, sino la medicina en general. Es un punto que llevamos desde hace años en los objetivos del hospital. 

Había que tratar de humanizar, porque a veces la medicina ya se estaba volviendo tan técnica que parecía que estábamos más en una industria que en una atención sanitaria a una persona. Y eso es lo que nunca se puede olvidar. 

Eso lo deben tener claro tanto dentro de servicios como equipos y en todos los hospitales. Debemos trabajar para que se favorezca todo para que la llegada de cualquier paciente al hospital esté llena de humanidad y se note una cierta calidez. Hay mucho camino que recorrer para mejorarlo todo lo posible.

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Muchas veces pensamos en los oncólogos y decimos: "Madre mía, ¿qué haríamos sin ellos?" Pero la figura del oncólogo también se lleva muchísimas caras y muchísimos nombres a casa con historias duras detrás. Cuénteme como vive la enfermedad usted desde el otro lado. ¿Cómo es tener que dar malas noticias?

Yo llevo muchos años y a eso nunca uno jamás se acostumbra. Cuando tú tienes que dar malas noticias, es un golpe para el paciente, pero también es un golpe para quien lo tiene que decir. Dar esa noticia, como entenderás, no es algo que me resulte fácil. Pero claro, es que es mi trabajo y soy consciente de que tengo que hacerlo.

Para poder ayudar a la persona que tengo enfrente, primero tengo que informarla. Y esa información es vital como tú la hagas. El concepto de humanidad que antes apuntaba es importante, pero también el de realidad, porque tú necesitas a una paciente bien informada que se rehaga del golpe y que siga luchando.

Entonces hay que estar acompañando con toda esa información. El profesional no va, lo suelta y se va hasta dentro de un mes. Eso debe ser algo paulatino. Y siempre, muchas veces, cuando doy malas noticias, al siguiente día vuelvo a hablar con ellas, porque hay que asesorarlas. Imagínate las dudas que surgen ahí. Hay que intentar darles solución para que la paciente lo entienda todo y tenga fuerza para continuar.

Un proceso constante, continuo.

Continuo, sí. Continuo. Siempre hay dudas, siempre hay cosas. Hoy la información es tremenda en cualquier sitio al que te asomas tras una pantalla. Le das a la tecla de Internet y encuentras páginas que dan una información veraz, pero hay otras páginas que lo que hacen es desinformar. 

Cada vez hay más personas que acceden a un ordenador o a un móvil en la búsqueda de soluciones cuando le llenan enormes dudas. Tenemos que estar ahí para intentar reconducir todas esas dudas.