Manuel y Francisco, pacientes de ictus de Málaga: "Empecé a sufrir dolores y no supe reconocer lo que me pasaba"
- Los malagueños aseguran que para salir adelante hay que tener actitud y no venirse abajo ante ningún problema.
- En el Hospital Clínico tratan al año a unas 1.500 personas con esta enfermedad.
- Más información: El Centro Andaluz de Teleictus revoluciona la atención en Málaga: 922 pacientes tratados en los últimos cinco años.
Perder la visión en un momento determinado mientras se realiza alguna actividad cotidiana durante unos minutos, perder fuerza en los brazos o confundir ideas al hablar, es decir, “querer decir buenos días, voy a hacer la comida y acabar diciendo me voy al cine” son síntomas de ictus y si alguien sufre alguna de estas dolencias debe acudir a las urgencias de un hospital para ser tratado, según explica Carlos de la Cruz, jefe de Servicio de Neurología del Hospital Virgen de la Victoria de Málaga.
Dos malagueños que han conseguido sobrevivir al ictus son Manuel y Francisco. A ambos les ha cambiado la vida y continúan trabajando para vivir con las secuelas de esta enfermedad, pero con ganas de seguir adelante y de ayudar a todos los que sufren un ictus en Málaga.
Manuel Luque sufrió un ictus hace casi siete años. Una noche como cualquier otra se despertó porque le dolía el cuerpo, pero no le dio importancia y se volvió a dormir. "Empecé a sufrir dolores y no supe reconocer lo que me pasaba", sostiene. A la mañana siguiente fue cuando comenzó a asustarse.
“No era capaz de llamar a mi hijo, me expresaba mal y mi niño no entendía porque su padre hablaba así”, explica. En ese momento, decidieron llamar a su cuñada que vivía cerca y era enfermera. Ella al llegar a su casa, observó que había vomitado y se dio cuenta de lo que le estaba pasando.
Cuando llegó la ayuda, perdió el conocimiento y cuenta que a su mujer “le dijeron que tenía un 99% de posibilidades de morir”. Tras ser operado y despertar se dio cuenta de que no era capaz de expresarse, ni de leer, ni conocer los nombres de otras personas.
Era director de un centro educativo en Málaga y tuvo que darse de baja. Desde entonces ha ido trabajando poco a poco para mejorar y salir adelante. “He tenido la suerte de que me han ayudado muchas personas, tanto física como psicológicamente”, asegura.
En cuanto a las razones por las que sufrió el ictus cree que pudo ser el estrés “porque físicamente no me he tratado mal, no fumo y siempre he hecho deporte”. Cierto es que esta enfermedad y sus secuelas no le han parado. Ha decidido aprender a tocar el piano y va a clase todas las semanas.
Sufrió un ictus durante una operación de corazón
Francisco Manuel Jara es un enfermo cardiópata “de toda la vida”. Hace dos décadas le cambiaron una válvula del corazón y en 2016 se la volvieron a cambiar. Todo comenzó a complicarse a finales de ese año empezó a tener problemas y le intervinieron varias veces.
Al siguiente febrero le tuvieron que intervenir para modificar la válvula mistral y ahí sufrió el ictus. “Los médicos tuvieron que elegir entre tratar el ictus o el corazón y decidieron operar el corazón”, explica el malagueño.
Estuvo 20 días en coma y tras dos meses ingresado en el hospital pudo volver a su casa, aunque continuó yendo al médico para ser tratado con rehabilitadores neuronales y para mejorar su afasia.
Antes jugaba al fútbol un día sí y otro también, ahora, al superar en gran medida la parálisis de su pierna derecha causada por el ictus, no puede hacer tanto deporte, ha tenido que cambiar su rutina. Por ello, su día a día consiste en cuidar de su familia, de su casa y estar con sus hijos. Eso sí, el mantenerse activo es su mayor prioridad.
Los dos malagueños aconsejan a todos los pacientes de ictus que hay que tener actitud y no venirse abajo ante ningún problema para sobrevivir a esta enfermedad y aprender a vivir con ella.
Segunda causa de muerte en España
Actualmente, esta enfermedad es la primera causa de discapacidad en adultos y la segunda causa de muerte. La diferencia entre sobrevivir a esta enfermedad está, en que se trate a tiempo o no, según los expertos. El conseguir atención médica antes de las tres horas es crucial para evitar secuelas graves.
En la unidad de Ictus del Hospital Clínico tratan al año a alrededor de 1.500 personas de un ictus. Durante este año, el equipo de ictus, asiste al mes a más de un centenar de pacientes, ha conseguido tratar a 240 personas con la reperfusión del vaso ocluido en el caso del código ictus. Cabe señalar que este procedimiento mejora sensiblemente el pronóstico de recuperación y supervivencia.