La poeta Anne Carson escribió: "Seguir siendo humano supone romper un límite. / Ámalo si puedes. Ámalo si te atreves". Y algo así pasa con Fitur, la Feria Internacional de Turismo que cada año se celebra en Madrid porque, desde luego, atreverse a amarla es romper, no uno, sino muchos límites: el de la paciencia, el de lo surrealista, el de la supresión de la realidad, el de las ganas de vivir. Digan lo que digan, todo el que asiste a Fitur, odia Fitur. Los representantes públicos, los periodistas y enviados especiales, las azafatas, los trabajadores de IFEMA, los taxistas que se agolpan a sus puertas, los touroperadores, los charlatanes y vendehumos que acuden a intentar colar una idea turística supuestamente novedosa y rompedora, los que ven este encuentro como un Lejano Oeste virgen, un territorio que conquistar, pensado para los más audaces, los más fuertes, lo más locos...
Quizás las únicas personas que disfrutan de esta vuelta por el mundo en 80 mil expositores sea el público general que acude para rellenar bolsas y bolsas de folletos y más folletos (¿que usan de combustible para sus chimeneas?, a saber; y ya ni eso queda, porque en Fritur se ha dado un ocaso del papel, apostando por medidas más respetuosas con el medio ambiente, como la descarga de itinerarios y promociones directamente a los móviles, algo que, por otra parte, ha dejado muy tocadas a las empresas de impresión). Busquen lo que busquen en Fitur las personas que no son profesionales del turismo, deseo, sinceramente, que alguna vez lo encuentren. Mientras, alguien debería realizar su perfil psicológico.
Fitur es la inauguración oficial del Año de la Marmota, la gran bajona que, irónicamente, se sube como la cuesta de enero; una cita tan recia que ni siquiera la Covid ha impedido que se deje de celebrar: en 2021 se desarrolló a finales de mayo. Un evento en el que cabe todo, cualquier cosa, como el pistoletazo de salida oficioso que era la tradicional cena del pescaíto frito que Torremolinos organizaba cada año. Un encuentro que, ay, no podemos sino echar de menos y que ojalá se recupere lo antes posible.
En cualquier caso, después de esta entrada más larga que una jornada deambulando como pollo sin cabeza por la acarosa moqueta del propio Fitur, hay que reconocer que la feria de turismo madrileña es el lugar donde se debe estar en el momento de su puesta en escena. Sí o sí, hay que ir a Fitur. Porque, no es de Madrid al cielo, sino de Madrid al mundo, y de esta verbena promocional surgen poderosos atractivos y focos de atención entre las que destacan las diversas ofertas de la provincia de Málaga, la Costa del Sol y sus pueblos de interior.
Es por ello que a Fitur acuden todos los alcaldes, concejales, delegados y consejeros de Turismo para presentar sus grandes proyectos. Algunos son repetidos y simplemente se busca recordar que siguen ahí, pero otros son verdaderos bombazos que brillan con luz propia. Que lleguen a buen puerto... ah, campeón, eso es harina de otro costal, tal y como veremos a continuación.
Un parque para atraernos a todos
Corría el año 2015 cuando el alcalde de Rincón de la Victoria, Francisco Salado, y actual presidente de la Diputación de Málaga, presentó en Fitur el proyecto de un parque temático que se llamaría La Comarca, destinado a hacer las delicias de los más frikis de la casa (si se puede considerar friki a alguien que adora las cosas ‘mainstream’). Inspirado en el universo imaginado por J. R. R. Tolkien, autor de ‘El hobbit’ y ‘El Señor de los Anillos’, el proyecto de este reclamo hablaba de un espacio natural de 12 hectáreas de extensión, y prometía ser único en Andalucía, según informó el propio Salado junto al presidente de la Diputación de entonces, Elías Bendodo.
De este modo, La Comarca estaba llamado a ser uno de los atractivos turísticos, paisajísticos y de ocio más emblemáticos de Rincón y, por extensión, de la provincia de Málaga, en el que hasta los materiales usados tendrían un escaso impacto medioambiental para ofrecer una imagen integrada. Un espacio singular, que contaba con una inversión de 1,7 millones de euros, en el cual el deporte, la naturaleza y el ocio familiar se darían la mano en un recinto de gran belleza ambientado en los cuentos y la magia de los elfos.
Un proyecto sumamente curioso que se proyectaba para finales del propio 2015 que, sin embargo, pocos días después de su presentación se topaba con el primer escollo: los derechos de autor. Los fastidiosos derechos de autor.
Porque Rincón de la Victoria no había adquirido los derechos de explotación de los personajes o los lugares de las novelas de Tolkien. Así, según el alcalde, el parque La Comarca se basaría en diseños propios: "Es como si hago un parque de los cuentos", afirmó en declaraciones recogidas por diario Sur: "Yo no voy a copiar los personajes de la película. No puedo copiar el personaje de Blancanieves de Disney, pero sí hablar de Blancanieves y de los siete enanitos. Es como si hago un parque de los unicornios o los dragones: ¿son de alguien? No, es mitología, literatura universal". "Mi pueblo está en una comarca, que es La Axarquía. Hay 200 justificaciones posibles [para llamar La Comarca al parque]. Nadie tiene un copyright de la palabra comarca".
El parque llegó a salir a concurso en abril de 2015, y Rincón recibió una veintena de ofertas para llevarlo a cabo. Pero lo último que se sabe, sin embargo, de este proyecto es una noticia de 2018, cuando se volvió a aplazar para 2019 la creación de este parque periurbano de no-inspiración tolkiana, que contó con una reserva de un millón de euros de los presupuestos de ese año para su construcción, dinero que al final se empleó en otros menesteres.
Una idea que se podrá criticar tanto como se quiera, pero que, al menos, sacó del tedio a los periodistas convocados en Madrid en aquel 2015, hastiados de informar de las sopas perotas y el Tajo de Ronda.
Unas sendas y un camino que son reales
Disculpen el juego de palabras, pero nos vienen al pelo porque la Gran Senda de Málaga y el Caminito del Rey fueron durante mucho tiempo piedra angular en la que se basó la promoción turística de la provincia en Fitur.
La rehabilitación y la recuperación del Caminito del Rey ya se empezó a mover en 2006, cuando la Diputación malagueña, en colaboración con la Junta de Andalucía, incluyó en sus presupuestos de aquel año un plan en firme. Desde entonces, cada año se daban pasos más o menos continuistas que eran una oportunidad de presentar algo en Fitur. De hecho, en enero de 2009 salió a concurso la redacción del proyecto, con un presupuesto de 5 millones de euros, lo que el Patronato de Turismo de la Costa del Sol y el ente supramunicipal aprovecharon para hacer del futuro renovado paso del Paraje Natural del Desfiladero de los Gaitanes, un futuro referente turístico que presentar en Madrid. Lo futurible, se entiende, juega un papel muy importante en estos saraos.
El resto, como se dice, es historia: tras innumerables retrasos, al final las obras comenzaron en 2014 y el Caminito del Rey se abrió al público el 28 de marzo de 2015, convirtiéndose al instante en uno de los grandes atractivos de la provincia de Málaga.
En ocasiones, las ideas para ensalzar un foco promocional turístico se basan en elementos que son, en apariencia, fáciles de sacar adelante. Uno de estos planes es el proyecto de la Gran Senda de Málaga, que comenzó su andadura, aunque parezca más lejano, en 2014.
La Gran Senda supone un recorrido circular por los caminos y senderos de la provincia a lo largo de 650 kilómetros que, poco a poco, está dando empuje a la economía y el empleo de las diversas comarcas mediante el turismo activo y de naturaleza. Una idea sencilla que crece en fama y que atrae a cada vez más senderistas, de aquí y de fuera.
Otra promoción que salió bien, fue la que llevó a cabo Antequera en Fitur 2016, al presentar la candidatura de su Sitio de los Dólmenes para ser elegido Patrimonio Mundial de la Unesco. Bajo el lema de Patrimonio Excepcional, el alcalde antequerano, Manolo Barón, marcó como meta común de toda la provincia malagueña este objetivo. La jugada se cerró redonda, pero, bueno, no era algo que dependiera de nadie que no fuera parte del jurado de la Unesco, así que poco se podía hacer, más que usar la presentación como medio y fin de promoción turística.
Una idea que con el tiempo se ha demostrado buenísima y muy rentable es la del Festival Starlite, que tuvo su presentación en Fitur 2012. Un evento musical que, desde ese año, y con permiso de las pandemias, se celebra cada verano y atrae a un numerosísimo público, pero que en su momento levantó no pocas cejas en señal de incredulidad.
Aprovechando el espacio marbellero de la cantera de Nagüeles, Starlite ofrece conciertos en un anfiteatro de roca al aire libre, con una programación diaria de conciertos con una larga duración, que lo convierte en el festival más extenso de Europa. Hoy, nadie duda que aquellas cejas levantadas estaban muy equivocadas.
Parque Jurásico a la malagueña
Y ahora, un plan de desarrollo que actualmente parece que está como el gato de Schrödinger, vivo y muerto al mismo tiempo: un parque temático de dinosaurios en la provincia.
La primera localidad en venirse arriba y dar pasos en esta loca dirección fue Mijas. En Fitur 2010, los chichilargos querían sorprender al mundo con este proyecto pionero en España que preveía albergar un parque de mayores dimensiones que los de Teruel o Asturias y ser un referente científico y de ocio, al estilo de otros espacios existentes en Miami, Dubai o Londres. ¡Toma ya!
El recinto, de hasta 24 hectáreas, se llamaría Jurapark Mijas, con réplicas de animales prehistóricos, y se abriría en un plazo de dos años para recibir, según las previsiones, medio millón de visitantes anuales.
Pero Mijas no fue la única localidad que quiso hacer un parque de dinosaurios. De nuevo, Rincón de la Victoria apuesta por lo novedoso y en Fitur 2020 presenta su proyecto Dino Málaga que tenía prevista su apertura en el verano del pasado año 2021.
Esta era una idea a la que llevaban dando vueltas desde agosto de 2019, momento en que el Consistorio firmaba un acuerdo con la empresa Paalwin Park para la concesión de los terrenos en los que se ubicará este parque y su explotación durante los próximos 25 años. Luego llegó la Covid y se convirtió en una excusa perfecta para todos aquellos que quisieran justificar retrasos y cancelaciones.
Sin embargo, Rincón de la Victoria no da por extinto su parque de dinosaurios y el pasado mes de abril el proyecto fue catalogado de interés público municipal en sesión plenaria, ya que, con un presupuesto de más de 5 millones de euros, el Ayuntamiento rinconero considera que es una de las inversiones turísticas privadas más ambiciosas que se han realizado en la localidad.
No sabemos qué nos deparará el futuro, pero nosotros vamos más allá y no sólo nos preguntamos, como hacía el personaje de Ian Malcolm en Parque Jurásico, si podremos ver dinosaurios en un parque de dinosaurios: queremos saber si finalmente llegaremos a ver el propio parque.
Un proyecto de regalo
Para concluir, una idea que no llegó a nada y que no nos resistimos a incluir en este reportaje aunque no fue presentado en Fitur (pero sí tuvo conexiones directas con la feria de turismo madrileña): Disney planteó la posibilidad de construir en Manilva un campamento juvenil pionero en Europa.
¡BOOM!
Así es, en 2006, según la prensa de la época, la multinacional Disney se puso en contacto con el Ayuntamiento manilveño para abrir un albergue en su localidad, para lo cual el municipio debía ceder una parcela de 200.000 metros cuadrados. La cosa llevaba en marcha, al parecer, desde 2004 y el campamento se ubicaría en el entorno de Los Pajaritos, siendo un espacio de carácter recreativo y formativo con amplias instalaciones deportivas.
Las relaciones entre Manilva y Disney habían comenzado con la celebración del Torneo de Golf Familiar Disney-Villa de Manilva, en el club de Golf la Duquesa, un encuentro que se llevó a cabo gracias a los contactos realizados en Fitur. ¡Para que luego digan que trasponer a Madrid no sirve para nada!
Y, ¿en qué quedó la cosa? Bueno, ¿acaso tu chiquillo te ha pedido que en verano le mandes al Campamento Campanilla? Pues eso.