Los humanos somos muy de etiquetar las cosas como mejor nos parece. Sólo tenemos que pensar en que cada nube que miramos nos recuerda a cualquier cosa. Por ello, y para facilitarnos la vida, denominamos elementos de las maneras más diversas, sin importar lo correctas que estas designaciones puedan ser.
Todo esto viene al caso para hablar esta semana de la escalera árabe de la sierra de Huma en Álora. Esta construcción, enclavada en el entorno de El Chorro, en el Paraje Natural Desfiladero de los Gaitanes, no es árabe ni por asomo, pero a alguien debió de parecerle que lleva la impronta de los moros y, venga, pues decimos que es morisca y punto pelota.
No importa, de todas formas, que desde principios del pasado siglo sea conocida así: sigue siendo un rincón singular de la provincia de Málaga que merece la pena visitar para disfrutar del hermoso entorno que la arropa.
Como escribimos, nadie sabe quién construyó este paso, pero quien lo hizo facilitó el tránsito por la parte central del accidente montañoso de los Castillones. De este modo, franqueándolo de una forma más sencilla, la escalera evita a los excursionistas tener que rodear la larga pared caliza, que tendríamos que sobrepasar con mucho esfuerzo (aunque hay quienes la superan escalando, ojo ahí), y permite el acceso al cortijo Can Pedrero, muy reconocible por su blancura andaluza.
Se atraviesa como se atraviese, de la manera lógica o a la manera de las cabras montesas (esa que, a la larga, hace que te tengan que rescatar con un helicóptero), las vistas a lo largo de todo el recorrido son impresionantes, marcadas por la red hidrológica malagueña. Una travesía llena de flora y monumentos geográficos, divertidos para aquellas personas que no pueden dejar pasar ni un fin de semana sin hacer una rutita.
Escalones cada uno de su padre y de su madre
La escalera árabe de Álora hace las cosas más sencillas, pero en un grado directamente proporcional a la dificultad original. Es por ello que, para superar la enorme grieta en la pared, emplea más de 250 escalones. Y ninguno tiene la misma forma ni las mismas dimensiones del anterior, por lo que la escalera árabe aloreña es una rompecaderas de primer nivel.
Labradas en roca viva, unas, construidas con piedras del entorno, otras, la serie de escalones, no obstante, cumple su cometido y logra salvar el acusado desnivel de la forma más cómoda posible; no nos pongamos exquisitos a estas alturas (nunca mejor dicho).
El sendero conductor
La ruta senderista propiamente dicha hacia la escalera árabe de Álora tiene su inicio en la estación de tren de El Chorro. Desde ahí, a poco menos de medio kilómetro, enlazamos con el sendero de Haza del Río que está debidamente señalizado.
Es un amplio camino que va ascendiendo a través de un pinar de pino carrasco. Su trazado mide poco más de cinco kilómetros y tiene una dificultad no demasiado elevada que nos restará unas dos horas de vida urbana.
Teniendo como horizonte la pared de sierra de Huma, el sendero se encamina hacia sus macizas estribaciones, que están repletas de yacimientos fósiles. Y es que estas tierras fueron línea de costa durante el más famoso de los periodos prehistóricos: el Jurásico.
Nuestro tranquilo paseo serpentea sobre el arroyo de El Chorro, por lo que durante el recorrido contemplaremos una estupenda panorámica de la ciudad mozárabe de Bobastro, el pantano del Conde de Guadalhorce y los tajos de Haza del Río que dan cobijo a una colonia de buitres leonados.
A medida que nos elevamos, las vistas revelan más cosas, como la central hidroeléctrica que está incrustada en el pantano, de la cual sólo se ve la chimenea que está sobre la sierra de la Pizarra, donde se encuentra la mesa de Villaverde.
En cualquier caso, si no nos queremos complicar la vida, escribir que la senda más directa, fácil y reconocible para disfrutar subiendo hasta esta construcción, es la etapa número 20 de la Gran Senda de Málaga. Una ruta que transita entre los embalses del Guadalhorce y la estación de El Chorro, es decir, entre Campillos y Álora.
Escalar simplemente porque la montaña está ahí
Por último, para los que gustan de los deportes de riesgo como la escalada, el entorno ofrece lugares donde montarnos a lomos de grandes pedruscos. Y es que el tajo de los Castillones es conocido entre los escaladores como las Frontales (Bajas, Medias y Altas) y cuenta con un itinerario mítico en una cueva, la vía Poema de Roca.
Escribir que la ruta para visitar la escalera no árabe de Álora es un modo diferente de conocer el entorno de El Chorro, una senda perfecta para lucirnos con nuestras cámaras réflex puestas en automático, haciendo fotos a las que luego meteremos mil filtros y con las que daremos envidia a nuestras amistades y antifans en Instagram.