Los ayuntamientos tienen dificultades a la hora de sancionar a los clientes del alquiler vacacional en caso de incumplimientos o problemas como el ruido, por lo que buscan herramientas jurídicas y soluciones como las que ha planteado el de Málaga, que la tarjeta de crédito sirva de garantía.
En muchas ocasiones, los turistas ya se han marchado a sus países de origen cuando llega una sanción debido a algún "comportamiento desagradable" durante su estancia, por lo que una opción sería poder cobrar la multa con cargo a la tarjeta de crédito del cliente, ha explicado a EFE el concejal de Turismo de Málaga, Jacobo Florido.
La propuesta del Ayuntamiento de Málaga se fija en el sistema empleado por las empresas de alquiler de coches, en el que se incluye la tarjeta de crédito del conductor cuando se realiza el contrato.
De esta forma, en caso de que se produzca algún problema, como puede ser un exceso de ruido, si lo verifica la Policía Local y desemboca en una sanción, se podría iniciar un proceso para cobrar al inquilino.
La solución planteada va más allá, al sugerir que los gestores de las viviendas turísticas sean responsables subsidiarios, de manera que "el que esté al mando sea corresponsable" de los clientes que se alojan en el inmueble.
Florido ha señalado que el Consistorio ha expuesto esta opción en conversaciones con representantes de la alianza turística Exceltur, ya que "hay muchas sentencias en las que la Justicia echa las sanciones para atrás, y a las autoridades locales no les dejan potestad" en esta materia.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Profesionales de Viviendas Turísticas y Apartamentos Turísticos de Andalucía (AVVA PRO), Carlos Pérez-Lanzac, ve bien que haya mecanismos para poder "controlar y penalizar a los malos actores", aunque cree que es "más complicado" que el gestor sea "responsable de actos de terceros".
Pérez-Lanzac ha afirmado a EFE que la incidencia de problemas relacionados con el ruido es muy pequeña en la capital malagueña, de aproximadamente el 0,05 %, y ha recordado que es la segunda ciudad de Europa que ha certificado con el sello weRespect las viviendas turísticas que favorecen la convivencia vecinal.
Además, más de mil alojamientos del centro de la ciudad cuentan desde el pasado julio con un sistema de medidores de ruido y de conserjes nocturnos que acuden a las viviendas ante cualquier incidencia de ruido o quejas de vecinos, mediante un acuerdo alcanzado con la empresa Roomonitor, ha recordado.
Actualmente se negocia un nuevo decreto para la regulación de las viviendas con fines turísticos, que la Junta confía en sacar adelante antes de que acabe el año, e incide en la profesionalización del sector, según Pérez-Lanzac