El mercado automovilístico es uno de los más volátiles de cuantos existan. Tendente a seguir modas, cuando una propuesta triunfa, suele hacerlo de forma rotunda, sin ningún tipo de discusión. Lo mismo sucede al contrario, cuando algo no cuaja, es muy difícil que remonte el vuelo.
En España hemos asistido a una transformación de los gustos del cliente medio de un tiempo a esta parte. Podemos decir que desde principios de siglo -años 2000/2005- a nuestros días, el mercado de automóviles se diferencia bastante, con variaciones en las ventas que han hecho decaer algunos segmentos para levantar de forma casi explosiva otros.
Uno de los segmentos que más ha avanzado es, sin ningún género de dudas, el de los SUV. En los años mencionados, allá por 2002, los "todo terrenos" más populares seguían siendo modelos como el Nissan Terrano o el Mitsubishi Montero, auténticos 4x4 con un enfoque poco práctico en entornos urbanos o de carretera.
Empezaban a asomar la cabeza modelos como el BMW X5, recién lanzado al mercado, el Mercedes-Benz ML o el Land Rover Freelander, colocándose el Toyota RAV4 como el mejor exponente de lo que actualmente conocemos como "SUV", un término acuñado a finales del siglo pasado haciendo referencia a la capacidades prácticas y lúdicas de estos vehículos.
Para hacernos una idea, del Toyota RAV4 se vendieron en 2002 6.373 unidades, siendo el 3º modelo más vendido de todo el mercado de su segmento. El lider de 2002 fue el Terrano con 8.200 unidades matriculadas. En 2015, el tercer clasificado fue el VW Tiguan, del que se vendieron 13.903 unidades en todo el año, mientras que el que más ventas registró fue el Nissan Qashqai con 23.832 unidades, es decir, casi el triple que en 2002.
Además de las cifras de ventas, es importante destacar el dato de la variedad de oferta, y es que a día de hoy prácticamente todas las marcas ofrecen en su gama al menos un modelo SUV. Este tipo de vehículo ha supuesto una auténtica revolución en el mercado, desplazando a otro tipo de vehículos.
La sensación de seguridad que aporta ir sentado más alto que el resto del tráfico, unido a una mayor practicidad y a una imagen robusta hacen que el SUV triunfe con facilidad. A día de hoy muchos SUV ni siquiera equipan sistemas de tracción total, pero aún así suponen una alternativa a berlinas y vehículos familiares.
Sin embargo, un SUV suele llevar consigo una serie de gastos añadidos respecto a un turismo normal, como pueden ser los neumáticos, normalmente de medidas mayores o un mayor consumo debido a un mayor volumen. Además, un SUV nunca será tan estable en una maniobra de emergencia como un turismo equivalente, algo que no siempre se tiene en cuenta.
No obstante, el éxito del SUV parece imparable, y hasta las marcas más insospechadas han optado por unirse a la corriente, con incorporaciones como Maserati con su Levante, Alfa Romeo con su Stelvio o Bentley con su Bentayga. Atrás quedan ya las expresiones de sorpresa que provocó Porsche en 2002 cuando lanzó su primer SUV, el Cayenne. Cualquier tiempo pasado...