Esta semana comienza la estación más fría, el invierno, trayendo consigo unas temperaturas muy bajas y unas condiciones meteorológicas que pueden suponer una complicación y un peligro para la circulación si no se toman las medidas adecuadas.
El neumático de invierno es todavía un desconocido en muchas zonas de España, un elemento de seguridad que en otras zonas como el norte de Europa se considera obligatorio para circular en determinados periodos del año. Pero, ¿qué es un neumático y qué lo diferencia de uno de verano?
Un neumático denominado "de invierno" está especialmente concebido para la circulación sistemática por zonas de bajas temperaturas -por debajo de 7ºC- y condiciones climáticas adversas como nieve y hielo. Es, de hecho, una alternativa legal a las cadenas, permitiendo, con su uso, prescindir de ellas.
Las diferencias respecto a los neumáticos de verano se centran sobre todo en su composición y en su dibujo. Los componentes que se utilizan en la fabricación de un neumático de invierno están específicamente escogidos para ofrecer una flexibilidad y un agarre óptimos por debajo de los 7ºC, límite en el que, por debajo, el neumático de verano comienza a perder facultades al endurecerse sus compuestos, limitando la adherencia.
Además de los compuestos utilizados, la banda de rodadura de los neumáticos de invierno es generalmente más profunda que la de los neumáticos de verano, permitiendo una mejor evacuación de nieve y agua. Los neumáticos de invierno, además, tienen en su banda de rodadura una serie de laminillas que actúan como ganchos al pisar hielo o nieve, mejorando la direccionabilidad y el agarre del vehículo.
Pese al desconocimiento que impera sobre este tipo de gomas, los neumáticos de invierno son una excelente alternativa a las cadenas, pudiéndose utilizar durante toda la temporada fría son la seguridad de una respuesta sensiblemente mejor que la de un neumático de verano. Los neumáticos de invierno se identifican por el 3PMSF (Three Peak Mountain Snow Flake), un símbolo que representa una montaña de tres picos con un copo de nieve en su interior.
Conviene no confundir los neumáticos de invierno con los neumáticos de clavos, un tipo de compuesto más extremo e indicado para zonas de nieve extrema. Éstos últimos son neumáticos muy agresivos con el asfalto, por lo que la legislación es mucho más restrictiva con ellos. En España, por ejemplo, están permitidos siempre y cuando los clavos sean redondeados y no sobresalgan más de dos milímetros de la superficie del neumático.