Opel ha desvelado por fin el aspecto definitivo de su nueva creación, el segundo modelo SUV de la marca. Hablamos del Crossland X, un pequeño SUV-B que hace días comenzaba a mostrarse de forma muy sutil, pero que la marca alemana ha lanzado de forma definitiva como sustituto del Meriva.
Opel siempre ha contado con una completa gama de monovolúmenes, conocidos por su practicidad y su modularidad. Sin embargo, el mercado ha tendido cada vez más a alejarse de este tipo de vehículos para acoger a los SUV y crossover, tipos de coche aún más polivalentes en su aspecto exterior.
Es por ello que desde la marca del rayo han decidido no renovar al pequeño Meriva, sustituyéndolo por un SUV muy compacto que luchará en uno de los segmentos más competidos del momento, el de los B-SUVs, donde se verá las caras con modelos como el Peugeot 2008 o el Renault Captur.
El Crossland X disfruta de una imagen similar a la del Mokka X, el otro SUV de la marca, con un frontal llamativo pero unas líneas generales bastante suaves. Destacan las protecciones en plástico visto tanto en los bajos como en los pasos de rueda, así como unas líneas de cintura ascendentes que realzan la robustez del conjunto.
En la parte trasera nos encontramos con un diseño que recuerda en cierta manera al del recién estrenado Opel Ampera-e, el nuevo eléctrico de la marca, que llegará al mercado en los próximos meses. Los grupos ópticos con tecnología LED y la prolongación en contraste del techo mejoran la percepción del conjunto.
En el interior nos encontramos con un habitáculo que mezcla las líneas del Corsa y las del Astra, ofreciendo una buena calidad aparente. El salpicadero está dominado por una gran pantalla central, táctil, desde la que se pueden controlar la mayoría de sistemas del vehículo. No faltarán elementos como un techo panorámico o, incluso, un sistema de proyección de información Head-Up display.
El pequeño Crossland X mide 4.21 metros, algo menos que el Astra, siendo nueve centímetros más corto que el Meriva al que sustituye. Dispondrá de motores diésel y gasolina de tres y cuatro cilindros, todos ellos sobrealimentados, que se podrán combinar con cajas de cambio manuales y automáticas de 5 y 6 velocidades.