Filtrado sólo uno días antes de su presentación en Ginebra, McLaren ha presentado oficialmente hoy su nuevo 720S, el relevo del 650S. Y lo ha hecho presentando un superdeportivo que recuerda en dimensiones a su antecesor, pero que en apariencia se asimila más a una versión más light del McLaren P1, la joya de la corona de la firma británica.
Precisamente del P1 toma muchos elementos, empezando por el cierre de las puertas en forma vertical, frontal y perfiles mucho más trabajado aerodinámicamente con el objetivo de plantar cara a los grande superdeportivos italianos, entre los que se encuentran el Lamborghini Huracán o el Ferrari 488 GTB. Con 720 CV -70 más de los que erogaba el propulsor del McLaren 650S- gracias a su propulsor V8 twin-turbo en posición posterior y central, el nuevo modelo de la firma de Woking promete ser un gran contendiente.
No sólo recibe más potencia, sino que la cura de adelgazamiento a la que ha sido sometido respecto a la anterior generación ha permitido que la relación peso/potencia mejora, con un peso total en vacío de apenas 1.283 kilógramos. Con estas cifras objetivas quedaba claro que las prestaciones se traducirían en un espectacular 0 a 100 km/h, de sólo 2,9 segundos, mientras que el 0 a 200 km/h se logra en apenas 7,8 s. La velocidad punta se sitúa en los 324 km/h.
La aerodinámica, el aerofreno y el potente sistema de frenos permite al 720S hacer una frenada de 200 km/h hasta detenerse por completo en sólo 4,6 segundos y 117 metros recorridos, unos datos difícilmente mejorables. Según declaraciones de sus propios creadores, cada panel de la carrocería y cada ángulo responden a una necesidad funcional del vehículo, algo que explica la ausencia de grandes entradas de aire para refrigerar el potente propulsor. Ese flujo de aire se consigue redirigiéndolo a través de los numerosos aditamentos aerodinámicos y voladizos que presenta su carrocería.
En cuanto al interior, presenta numerosas innovaciones tecnológicas, entre ellas un curioso cuadro de instrumentos escamoteable que permite al conductor únicamente centrarse en el velocímetro, las revoluciones del motor y la marcha engranada. La dirección asistida hidráulica y el chasis activo lo hacen aún más eficiente en pista. Los interesados podrán hacerse con una unidad por apenas 240.000 euros, con tres niveles distintos de equipamiento.