La firma británica Lotus cuenta con un generoso plantel de vehículos de pretensiones deportivas, en los que la dinámica de conducción y las sensaciones al volante son los puntos prioritarios en la experiencia de su pilotaje. Estas sensaciones se magnifican cuanto menos "filtros" se interpongan entre la carretera y el conductor.
Es por ello que Lotus acaba de lanzar una nueva versión de su modelo de acceso, el Elise. Denominado Elise Sprint, trata de sintetizar al máximo el espíritu del fabricante inglés, apostando por la ligereza en lugar de potencia, algo muy coherente con el espíritu de la marca, que siempre ha ofrecido vehículos relativamente poco potentes pero con unas sensaciones de primer orden.
El Elise Sprint se venderá en dos versiones denominadas Sprint y Sprint 220, haciendo ésta última mención a su potencia. Estas variantes tienen como punto clave su bajo peso, ya que descienden, por primera vez, de los 800 kg de peso, fijando la báscula en 798 kg.
Esta cura de adelgazamiento, que se ha llevado por delante más de 40 kg, incluye paneles de carrocería aligerados, cristales más finos, utilización de materiales plásticos reforzados en algunas partes, asientos tipo bucket más ligeros o llantas de aleación forjadas, entre otros.
Estéticamente estas versiones se diferencian por una decoración exclusiva que incluye pegatinas y paragolpes deportivos, mientras que las mencionadas llantas de aleación cuentan con un diseño específico. En el interior destaca la presencia de un nuevo mueble para la caja de cambios, que deja a la vista parte del mecanismo de la misma.
Disponible con dos motorizaciones de 134 y 217 CV, estos Lotus destacan por unas prestaciones más que decentes gracias a una favorable relación peso-potencia. No faltan tampoco un completo sistema de gestión electrónica del motor que permite modificar su comportamiento, a lo que hay que añadir un equipo de frenos específico y una suspensión puesta a punto para mejorar la dinámica en curva.