La alemana Opel vive uno de los años más agitados de su historia. Y es que tras la presentación de modelos muy importantes para la marca del rayo como la segunda generación del Insignia o la llegada de su primer eléctrico, el Ampera-e, hace apenas un par de meses se hizo oficial la adquisición de Opel por parte de PSA.
Ahora Opel ha celebrado ya de forma oficial el inicio de la producción de su nuevo SUV, el Crossland X, que viene a sustituir al Meriva. Este SUV-B recoge las tendencias de diseño de las últimas creaciones de la marca, y se construirá en exclusiva mundial en la planta que la marca alemana posee en Figueruelas, Zaragoza.
Este modelo es el segundo Opel surgido ya bajo el acuerdo conjunto con PSA junto con el Grandland X, estando éste último construido sobre la plataforma del Peugeot 3008. El Crossland X también compartirá numerosos componentes con modelos franceses, como algunos de sus motores de su gama, en la que encontramos, por ejemplo, el 1.2 Puretech de 130 CV.
El Crossland X es el resultado de una inversión superior a los 250 millones de euros por parte de la marca, que asegura, junto con la producción de la futura generación del Corsa (con tecnología PSA) la continuidad en términos laborales de la planta zaragozana de Figueruelas, una de las más importantes de Opel.
Este nuevo SUV-B da respuesta a un mercado que apuesta cada vez más por los SUV, dejando de lado otro tipo de carrocerías como las berlinas y los monovolúmenes, en clara capa caída desde hace ya varios años. El resultado es un pequeño crossover que entra directamente en la lucha con modelos ya consolidados como el Peugeot 2008 o el Renault Captur.
Con 4.21 metros de largo, el Crossland X es algo más pequeño que su hermano mayor, el Mokka X, aunque no renuncia a las últimas innovaciones en términos de equipamiento. Así, el Crossland X disfrutará de la última generación del sistema multimedia OnStar, pudiendo equipar además elementos como el Head-up Display o la iluminación LED total.