3 de cada 4 españoles cree que los ciclistas incumplen las normas de tráfico
La bicicleta se ha convertido en uno de los medios de transportes más utilizados en los grandes núcleos urbanos gracias a su practicidad, rapidez, mínima invasión de espacio y nulo impacto medioambiental, sin emisiones contaminantes ni utilización de materiales peligrosos.
Sin embargo, a día de hoy la convivencia entre los ciclistas, los peatones y los conductores no es la ideal, ya que, de momento, la mayoría de las ciudades no están preparadas ni pensadas para una correcta circulación de las bicicletas en los núcleos urbanos, que aún utilizan esquemas pensados hace décadas, cuando los coches eran los vehículos preferidos para los desplazamientos urbanos.
Un estudio llevado a cabo por la Organización de Consumidores y Usuarios OCU revela que aún queda mucho camino por recorrer en ambos sentidos, tanto por parte de los conductores como por parte de los ciclistas. Las administraciones también deben reforzar esta tendencia.
Uno de los datos más destacables el del 74% de los encuestados que piensan que los ciclistas no respetan las normas de circulación, dificultando la convivencia. Incluso entre los propios ciclistas se da pie a esta afirmación, con un 68% de los ciclistas encuestados que lo afirman.
El deficiente diseño y estado de los carriles-bici de las ciudades es también un foco de conflictos, ya que el 63% de los encuestados opina que existen problemas entre los peatones y los ciclistas, porcentaje que desciende hasta el 57% de los encuestados que el mal diseño de estas vías es una fuente de problemas entre ciclistas y conductores.
No obstante, la utilización de las bicicletas está cada vez más aceptado entre los usuarios de las vías urbanas. Un 68% de los encuestados opinan que las autoridades locales deberían fomentar el uso de la bici, una afirmación con la que sólo están en firme desacuerdo un 17% de los encuestados.
La falta de respeto de las normas de circulación por parte de los ciclistas puede suponer un grave peligro tanto para su propia integridad como para la de su entorno, ya sean peatones o conductores. Una de las mayores quejas por parte de los peatones es la de la invasión de aceras y tramos peatonales por parte de los ciclistas, una fuente de conflictos que se solventaría con la correcta adecuación de vías específicamente diseñadas para los ciclistas.