La movilidad personal en los grandes núcleos urbanos es algo más que un reto para todos los implicados, desde los usuarios hasta las propias administraciones que velan por el buen funcionamiento de todo el sistema. A la velocidad a la que se mueven las necesidades, o comes, o te comen.
Uno de los mayores éxitos en los últimos tiempos es el lanzamiento y la consolidación del sistema de carsharing, que no es más que vehículos de alquiler rápido para trayectos muy cortos, un sistema extremadamente flexible con el usuario que le permite disponer de un vehículo ecológico, de bajo coste, y con plena disposición para desplazarse por la ciudad.
¿En qué posición dejan este tipo de soluciones al vehículo privado? Es evidente que la existencia y la explosión del vehículo privado ha supuesto un antes y un después en nuestra sociedad, pero también es evidente que, a la velocidad a la que los tiempos cambian, su futuro, al menos tal y como lo conocemos, no es tan claro como parece.
El título que ilustra este artículo es algo más que una pregunta, es una reflexión que, a nivel personal, todos deberíamos hacernos en algún momento...más pronto que tarde. De primeras, la respuesta es evidente: no, no podemos olvidarnos del coche, al menos con nuestro modo de vida actual.
Sin embargo, si esa pregunta la transformamos en algo así como "¿puedo olvidarme la mayor parte del tiempo del coche?", la respuesta puede que siga siendo evidente...pero completamente diferente. Sí, es posible olvidarse del coche la inmensa mayoría del tiempo siempre y cuando el usuario cumpla una serie de requisitos.
Son varias las alternativas de carsharing disponibles en ciudades como Madrid, donde la demanda no ha parado de crecer desde el lanzamiento de la primera, car2go, hace ya tres años. Vehículos de tamaño reducido, fáciles de conducir y de propulsión 100% eléctrica, algo que garantiza el servicio sean cuales sean las condiciones atmosféricas. Estacionados en cualquier calle, facilitan los desplazamientos cotidianos con un coste de utilización que no supera los 0.25€/minuto.
Pero no sólo de pequeños coches eléctricos vive el hombre. Sí, los desplazamientos urbanos los tenemos salvados con este tipo de iniciativas, a las que hay que sumar otras como Ecooltra, una propuesta similar a la de car2go o emov, pero con scooters 100% eléctricas que, al igual que los sistemas de alquiler de coches antes mencionados, podemos gestionar desde una app de nuestro smartphone.
¿Qué pasa si tenemos que desplazarnos fuera del entorno urbano? Si queremos hacer un viaje, una de las plataformas más conocidas y utilizadas en España es Blablacar, una gran plataforma para compartir coche con la que se puede viajar con un coste sensiblemente más reducido que el tren o el autobús, disponiendo siempre de un vehículo que, si bien no conducimos, nos servirá como medio de transporte.
Todas estas soluciones de movilidad llegan motivadas por un cambio en los hábitos de consumo de los usuarios, que están modificando su actitud respecto al vehículo privado, tanto es así que dentro de pocos años dejará de ser "privado" tal y como lo conocemos, haciendo que el concepto de vehículo se desplace desde la "propiedad" hasta el "servicio", un cambio de tendencia que llegará antes de lo que muchos piensan.