2017 ha sido un año muy importante tanto para PSA como para General Motors. Y es que estos dos gigantes de la industria automovilística llegaron a un acuerdo a mediados de año para la adquisición, por parte del grupo francés, del fabricante alemán Opel, propiedad de GM desde hacía décadas.
Esta operación, valorada en aproximadamente 1.300 millones de euros, supuso una importante transacción para el grupo galo, que se convirtió en el segundo conglomerado automovilístico más grande de Europa, tan sólo por detrás del todopoderoso Grupo Volkswagen, al que pretenden alcanzar en los próximos años en cifras de ventas.
Sin embargo, parece que no es oro todo lo que reluce. Conocemos ahora que el Grupo PSA se siente, digamoslo así, "engañado" por parte de General Motors, al que reclama la nada desdeñable cantidad de 800 millones de euros, al parecer debido a un desfase en la estrategia de reducción de emisiones contaminantes llevada a cabo por GM.
Las emisiones de CO2 son uno de los caballos de batalla de los fabricantes de automóviles, a los que la Unión Europea les exige reducir paulatinamente las emisiones medias de su gama de vehículos. Tal es así, que para 2021 el límite está fijado en los 95 gr/km, una cifra sensiblemente inferior a los 130 gr/km actuales.
Parece que General Motors confió buena parte de la reducción de emisiones de Opel en la introducción de un único modelo, el eléctrico Ampera-e, un modelo de última tecnología que, no obstante, reporta a PSA unas pérdidas de 10.000€ por cada unidad vendida. Tal es así que PSA ha decidido suspender temporalmente su venta en algunos países como Noruega, subiendo su precio 5.700€ en el resto de mercados.
PSA ya sabía de antemano que Opel no llegaría a cumplir el objetivo de emisiones fijado por la UE para 2021, sobrepasando en 3 gr/km el límite establecido. El problema viene cuando PSA se está viendo forzada a, incluso, plantearse la suspensión de ventas del Ampera-e, lo que haría que Opel superase los límites hasta por 10 gr/km, algo que supondría multas millonarias para PSA.
Visto el panorama, parece que PSA está dispuesta a emprender acciones legales contra General Motors, a la que reclamará 800 millones de euros en concepto de daños y perjuicios. Según informa Reuters, GM no ha recibido hasta la fecha ninguna demanda, aunque es muy posible que se materialice en cuestión de días.