El 4C es uno de los modelos más icónicos de cuantos hayan visto la luz a manos de la italiana Alfa Romeo. La firma del biscione lanzó, en 2013, un pequeño deportivo con un planteamiento extremadamente agresivo que pretendía luchar sin compromisos con modelos de la talla del Lotus Elise o el Porsche Cayman.
Para ello, Alfa Romeo puso toda la carne en el asador, utilizando todos los recursos de los que disponía: un diseño arrebatador inspirado en los más bellos Alfa Romeo, monocasco de fibra de carbono, motor central-trasero con turbocompresor, tracción trasera, cambio automático de doble embrague...todo ello con un peso que apenas alcanzaba los 900 kg.
A día de hoy, el Alfa Romeo 4C ya se ha convertido en un histórico de la marca, una pieza casi de coleccionista capaz de alcanzar los 280 km/h y de acelerar de 0 a 100 km/h en apenas 4.3 segundos. Sin embargo, las normas anticontaminación, unidas a un coste de fabricación muy alto, han hecho peligrar la continuidad del 4C.
De cualquier modo, el 4C seguirá existiendo, aunque en palabras del jefe de ingeniería de Maserati y Alfa Romeo Roverto Fedeli su planteamiento cambiará ligeramente en busca de un posicionamiento menos radical, para competir con garantías con el recién estrenado Alpine A110, manteniendo su condición de "coche halo" de la marca italiana.
Se esperan cambios en la configuración tanto de su dirección -que hasta ahora no cuenta ni siquiera con asistencia- así como en la suspensión, extremadamente rígida hasta ahora y que previsiblemente relajará su ajuste para resultar más cómoda. Además, se espera una profunda actualización a nivel mecánico.
Y es que el actual propulsor 1.75 TBi podría ser modificado para cumplir con las normas anticontaminación actuales, y, si no fuese posible, se acabaría por sustituir en favor del 2.0 Turbo que utilizan en la actualidad los Alfa Giulia y Stelvio. Lo que no llegará de ninguna forma es la transmisión manual, confiando de nuevo en una transmisión automática de doble embrague.