El Duque de Edimburgo siempre ha sido un gran aficionado a los coches. Sobre todo a los modelos ingleses puesto que se le ha visto con numerosos vehículos de Land Rover, Jaguar o Aston Martin, entre otros. Tal es así que incluso hace unos días conocimos que Felipe de Edimburgo tuvo un Aston Martin con numerosos 'gadgets' que bien podían considerarse como artilugios de una película de James Bond.
Este amor por los coches ha quedado una vez más patente en su funeral, celebrado este sábado. En concreto, en el coche fúnebre, puesto que el ataúd fue transportado en un vehículo que él mismo estuvo ayudando a construir desde el año 2003, hace ya 16 años, tal y como reconoce la BBC, de fuentes del Palacio de Buckingham.