Esta semana comienza en Glasgow, en Escocia, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático. Se trata de un encuentro donde se busca aprobar planes para reducir las emisiones de CO2 para 2030 como principal objetivo.
Una tendencia que ha obligado a la industria del automóvil a dar un giro radical y apostar por el coche eléctrico. Tanto es así que en Europa desde 2035 se quiere prohibir la venta de coches de gasolina, diésel, híbridos e incluso enchufables para dejar solo los eléctricos.
Sin embargo, muchos de estos políticos que por un lado buscan la reducción de emisiones… por el otro no cunden con el ejemplo. Y una prueba de ello la hemos podido ver en el encuentro del G20, el grupo de países más industrializados. Allí, en Roma, si bien se ha acordado fijar el techo del calentamiento global en 1,5 grados, la ausencia del coche eléctrico ha sido una constante en los desplazamientos de los principales líderes.
Uno de los dirigentes que más polémica ha suscitado por sus movimientos en Roma ha sido Joe Biden, con una caravana de decenas de coches, la mayoría de ellos, muy contaminantes por su gran peso por el blindaje y su enorme volumen. De hecho, algunos medios como New York Post han llegado a señalar que la caravana que llevaba Biden superaba los 80 vehículos.
Según recoge el Daily Mail el motivo de que esta caravana fuera mayor que en otras ocasiones, se debe a las restricciones por la Covid que limitan la capacidad de los coches para que viajen las personas que acompañen normalmente al presidente de Estados Unidos.
Esto produjo que el 'cortejo' presidencial de Biden utilizado en Roma, cuando fue a reunirse con el papa Francisco, fuera excesivamente largo, tal y como recoge un periodista de 'The Washington Post' en una cuenta de una conocida red social.
En este sentido, uno de los coches utilizados por Biden en esta caravana es la limusina presidencial heredada del Donald Trump que, hoy, no parece que tenga ningún tipo de electrificación, lo que no permite reducir las emisiones de CO2.
Este coche utilizado por Biden es el Cadillac One, también apodado como 'The Beast' (la bestia) y fue estrenado por Trump en 2018.
El Cadillac One siempre acompaña al presidente de los Estados Unidos y de ello se encarga el Servicio Secreto. De hecho, este Cadillac One junto con el resto de modelos de la caravana que hemos podido ver en Roma son transportados en avión al lugar donde acude el presidente cuando hay visitas oficiales.
No obstante, Biden no ha sido el único líder mundial en acudir a la cumbre en coches potentes, pesados y contaminantes. De hecho, el fabricante de vehículos deportivos Maserati, que está solo un pequeño escalón por debajo de otro constructor mítico como es Ferrari, ha sido el elegido como coche oficial de la cumbre del G20.
Para ello, Maserati ha cedido una flota de 40 vehículos para el transporte de los jefes de Estado y de Gobierno durante este evento diplomático.
En cuanto a los vehículos suministrados por Maserati, destacan el Quattroporte (una berlina sin electrificación que puede tener entre 350 y 580 CV de potencia); el Levante (un poderoso SUV con entre 275 CV y 580 CV) y el Ghibli (que es el único que puede tener una versión híbrida con 330 CV de potencia).
Los coches oficiales en España: diésel y muy viejos
Estas situaciones demuestran una vez más lo alejados que están los políticos de la realidad que impera en continentes como Europa.
Por un lado, obligan a los fabricantes (y a la sociedad) a ser cada vez más estrictos con la reducción de emisiones y también a comercializar (y comprar) solo vehículos eléctricos en 2035.
Por otro, en países como España el parque de vehículos oficiales sigue siendo muy elevado y principalmente compuesto de vehículos viejos y diésel.
Según los datos últimos datos conocidos en 2021 del Registro de Vehículos del Sector Público Estatal, actualmente la flota está integrada por 36.512 vehículos, de los que 30.526 son de propiedad pública y 2.591 están disponibles en régimen de renting o leasing.
Pues bien, de ellos, cerca de 5.800 vehículos, algo menos del 20% tienen más de 10 años de antigüedad.
Cuánto contaminan los coches
Según la Agencia Europa de Medio Ambiente de todas las emisiones contaminantes de la Unión Europea, el 30% se corresponde con el transporte.
El resto de actividades que contamina, según el Gobierno de España, son la industria (con cerca del 20%), la generación de electricidad (con el 13%), la agricultura y ganadería (12 %), los combustibles en el sector residencial, comercial e institucional (9%) y los residuos (4%), entre otros.
Por lo tanto, es el transporte es la actividad más contaminante. Y dentro del transporte el transporte por carretera es el causante del 72% de emisiones (el 60% los coches). Por este motivo, en la actualidad existe una cruzada contra el coche de combustión en Europa.
Sin embargo, el principal desafío de la electrificación del automóvil es que, hoy en día, todavía los usuarios no quieren un coche electrificado por su alto coste, la autonomía limitada y las dudas que causa esta tecnología por la deficiente red de carga.
En este sentido, en España solo el 2,4% de los coches que se venden son eléctricos puros.
Otra cuestión son los híbridos enchufables que tienen una cuota de mercado en 2021 del 4,7%. Por último, son los híbridos, con un 25% de cuota los coches electrificados con mayor demanda en España.
Por ello, desde aquí pensamos que si realmente no queda otra que dar el salto al coche eléctrico, al menos los líderes gubernamentales deberían cundir con el ejemplo y desplazarse en vehículos de cero emisiones.