Podríamos decir que es el Tesla español. Pero su creador, prefiere buscar la inspiración en otras compañías como Patagonia, la firma de ropa sostenible. Sea la comparativa con una empresa u otra, lo cierto es que el objetivo es muy similar: entrar en un sector industrial muy competitivo, complejo y asentado… y romper las normas.
Con esta revolución, lo que se busca es crear una disrupción con un producto honesto, que llegue al consumidor y que cree una comunidad de seguidores, en lugar de clientes…
Quien nos resume las líneas generales de esta estrategia es Antonio Espinosa de los Monteros. Se trata de un joven emprendedor, arquitecto de formación, que ya cuenta con experiencias previas montando empresas.
El siguiente reto que se ha propuesto Antonio es cambiar las reglas del automóvil. Antonio cree que los coches necesitan inversiones excesivas por los metales sobre los que están construidos y la maquinaria para su fabricación. Y también cree que es el momento perfecto por la llegada del coche eléctrico, que ha abierto la veda a otros países como China por la tecnología de las baterías.
Con estas premisas ha creado la empresa Liux, que pretende convertirse en una nueva marca de automóviles española. Una compañía que competiría con el resto de fabricantes mundiales, algunos de ellos con más de 100 años de antigüedad. Para conseguirlo tiene marcado en rojo en el calendario el año 2024, fecha en la que empezaría a fabricarse este coche eléctrico.
Liux, el coche más sostenible
"Empezamos con Liux hace dos años, en octubre de 2020. Previamente ya tenía experiencia montando empresas como Auara, una marca de agua de la que soy el responsable y con la que invertimos los beneficios en llevar este líquido vital a países en desarrollo", afirma Antonio Espinosa de los Monteros a EL ESPAÑOL en una visita a Santa Pola donde tienen sus instalaciones.
"Por aquel entonces busqué qué sectores eran los más contaminantes y vi que el transporte y la industria estaban entre los primeros. Así que pensé que se podía hacer algo diferente. Ahí fue cuando surgió la idea era llevar a cabo una movilidad muy sostenible", señala. "No se trataba de meter baterías a un coche y ya está", afirma. "Quería que Liux fuera la marca más sostenible y que además fuera accesible para todos, un coche con una carrocería de origen vegetal al 90% y con baterías fácilmente extraíbles", afirma.
Una vez fijado el concepto, el siguiente paso era formalizar el equipo. "Me hablaron de David Sancho, que era una persona que había presentado un coche en Le Mans. Él estaba en Santa Pola (Alicante) porque colaboraba con un astillero en el diseño de un barco, así que le contacté y le convencí para que fuera mi socio y formara conmigo la empresa", recuerda orgulloso.
"Con Liux somos la primera empresa de tipo ‘start-up’ que quiere competir con un OEM (fabricante de coches) de la industria del automóvil. No ha habido ninguna anterior, porque hasta ahora las marcas innovadoras de eléctricos han sido ‘spin-off’ de compañías convencionales", afirma.
"Y levantar una ronda de financiación en Estados Unidos o China es más fácil que en España", continúa. "Sin embargo, comenzamos a buscar financiación y levantamos una primera ronda de financiación de dos millones de euros. Con esta cantidad montamos la empresa, de la que David y yo tenemos a partes iguales el 85% del accionariado y el 15% restante está en manos de inversores", dice.
"Una inversión con varios ‘business angels’ (algunos de ellos también relacionados con el automóvil) que nos ha permitido tener un equipo de 20 personas y crear el Liux Animal, el primer prototipo que tendrá su puesta de largo el próximo 10 de noviembre en un evento que se celebrará en La Nave, en Madrid", señala.
Un coche mediano con una silueta deportiva
Para conocer los detalles del coche, es entonces David Sancho el que toma la palabra. Según Sancho este primer coche es de tamaño compacto (mediano) con una altura muy baja (en torno a 1,34 metros), un peso razonable (1.700 kilos) y que se caracteriza por dos aspectos claves: el primero el sistema de baterías. Y el segundo que utiliza fibras y resinas en parte de la carrocería.
Comenzando por las baterías, cuenta con un bastidor o chasis de aluminio. Sin embargo, la clave, según comenta Sancho, es que las baterías no forman parte de la estructura del vehículo. "Estas se pueden retirar y colocar de forma sencilla subiendo el coche a un elevador. "Esto nos permite una gran flexibilidad", afirma Sancho.
"Hay que tener en cuenta que la obsolescencia en los coches eléctricos es muy alta. Por ello hemos optado por estos paquetes de baterías que son fáciles de desligar del chasis y no forman parte de la estructura del bastidor", afirma. "De esta manera, si el día de mañana las baterías tienen otra tecnología, es fácil quitarlas y poner otras", comenta.
Un eléctrico de 600 kilómetros de autonomía
En relación con las características técnicas de la batería, estos responsables de Liux nos cuentan que inicialmente han sido suministradas por Panasonic, si bien "no nos casamos con nadie". Lo que hacen ellos es recibir las celdas (el corazón de la batería) que después unen en módulos o como ellos llaman paquetes de baterías.
El coche, por tanto, puede tener dos o cuatro paquetes de batería. "Cada paquete de baterías pesa unos 100 kilos y tiene 23 kWh de capacidad", afirma. "Así que la versión inicial tendrá dos paquetes de baterías con 45 kWh y la más capaz ofrecerá 90 kWh de capacidad en cuatro paquetes de baterías", nos dice.
"La primera versión ofrecerá una autonomía de 300 kilómetros y la más capaz tendrá unos 600 kilómetros de autonomía", señala. "Además, contarán con la tecnología de 800 voltios lo que permitirá las cargas rápidas", continúa. Estas baterías son las encargadas de llevar la energía a un motor BorgWarner, que actúa sobre el eje trasero.
Carrocería de origen vegetal
Asimismo, la segunda pata de este proyecto es el material de la parte superior de la carrocería. "Estudiamos cuáles eran las principales debilidades de los fabricantes de coches. Y vimos que la mayor inversión procedía de la estampación y matricería y el consumo energético de las fábricas", señala Sancho.
"Por ello decidimos utilizar procesos que prescindieran de la estampación y decidimos apostar por los ‘composites’ formados por tejido y resina, que juntos hacen un compuesto", comenta.
Lo que se trataba por tanto según los responsables de Liux es de fabricar un coche con una carrocería de origen vegetal al 90% y con un 25% menos de piezas y materiales. Unos componentes, además, que fueran "simples, fáciles de desmontar, reparar y reciclar", señalan. "Además, los moldes de la carrocería se fabrican con impresión 3D, creando así un proceso sostenible y flexible", afirman.
"En este sentido, desechamos la fibra de carbono porque contamina mucho. Así que nos fuimos al lino y a la resina biobasada, una resina que en el 90% es soja y vainilla. Esto nos permite, además, recuperar el material una vez que el coche acaba su vida útil y transformar este material en otros objetos que pueden ser incluso tablas de surf o patinetes incluso", señala.
Según Sancho, por tanto, al utilizar estos materiales prescinden de la estampación y de los habituales metales, reduciendo enormemente el gasto de la fabricación del vehículo y de la inversión en una factoría. "En relación con la seguridad, este coche lo presentaremos a las pruebas de EuroNCAP que mide la seguridad de los vehículos. Estamos convencidos de que podemos conseguir más seguridad que con un vehículo incluso fabricado en aluminio, porque este composite es ultrarresistente", afirma Sancho.
50.000 coches al año
"El proyecto es muy ambicioso", afirma Antonio Espinosa de los Monteros. "Una vez que tenemos el prototipo el siguiente paso en lo que estamos trabajando es conseguir levantar otra ronda de financiación, esta vez de alrededor de 100 millones de euros. Y con ello ya podríamos la primera microfábrica", señala.
"Estimamos que esta primera microfábrica, que se establecería en España, contaría con 25.000 metros cuadrados de nave y otras tantos de campa. Podría fabricar entre 4.500 y 5.000 unidades el primer año en 2024. Después, en un segundo año (2025) estaríamos en torno a 15.000 unidades y en 2026 ya podríamos hablar de 50.000 coches", afirma. "Además, en el momento en el que alcancemos las 30.000 unidades, ya seremos rentables", señala.
"Nuestra idea es acercar las microfábricas a los lugares de venta. Lo que no buscamos es hacer los coches en un lugar para que luego tengan que desplazarse en barco a miles de kilómetros. Nuestros coches se producirán cerca de su distribución", señala.
Asimismo, otro aspecto clave del coche será que se comercializa por venta directa (sin intermediarios y por internet) y que la posventa (todo aquello relacionado con las reparaciones) se realizarán ellos talleres que la compañía Bridgestone tiene en Europa.
"Unos talleres que en España se conocen bajo la marca First Stop", afirma este emprendedor. Asimismo, Espinosa de los Monteros también espera poder anunciar pronto una garantía del coche que iría incluso más allá de los tres años obligatorios por ley.
Un diseño realizado en tres meses
Si bien Antonio y David, son la pata empresarial y tecnológica; el apartado emocional y estético del coche le corresponde a Antonio Garrido, el director de diseño.
Este creativo nos cuenta cómo el principal reto de Liux ha sido crear el coche en tiempo récord. "Normalmente un fabricante cuenta con un plazo de tres años para diseñar y desarrollar un coche", señala.
"Y nosotros teníamos unos plazos cortísimos, el diseño se cerró en tres meses y el desarrollo del coche lo hemos hecho entre seis y ocho meses", señala. "Por ello, para acelerar el proceso utilizamos gafas de 3D de realidad virtual que nos permitieron validar muchas ideas y descartar otros prototipos", afirma.
"Junto al corto tiempo, otro reto era la altura del vehículo. Los coches eléctricos suelen ser más altos, por la situación de las baterías en la parte baja del mismo. Sin embargo, nosotros buscábamos un coche más bajo, de solo 1,35 metros", afirma. "Así que por ello tuvimos que optimizar toda la zona donde se sitúan las baterías", señala. "Y cierra la lista de desafíos, la ausencia del pilar central y el sistema de puertas, en el que las traseras se abren en dirección contraria a la marcha", afirma.
Un director de diseño, además, que asegura que tendrá mucho más trabajo en los próximos años. "Nuestra ambición es que Liux no sea solo un único modelo, sino que sea una marca de coches, que sea escalable y que también haya un SUV, un coche pequeño un GT", continúa… Pero esto ya serán los nuevos capítulos de la historia de esta marca que acaba de empezar y que cuenta con una melodía embriagadora.
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