En estos días en EL ESPAÑOL hemos realizado una prueba a uno de los coches más esperados de los últimos meses. Se trata del Tesla Model X Plaid, un coche eléctrico que se caracteriza por dos hechos relevantes.
El primero de ellos es que incorpora un nuevo volante ‘cortado’ por la parte superior y similar al que se utilizan en los videojuegos (se conoce como volante ‘yoke’). Y el segundo aspecto que nos parece sorprendente es su potencia, puesto que es uno de los coches más potentes del mercado con 1.020 CV según asegura Tesla. Y comenzamos este análisis hablando del volante, puesto que es uno de los aspectos que más nos ha llamado la atención. Un volante, por tanto, que tiene aspectos positivos, pero también otros que no nos ha gustado tanto.
Hay que tener en cuenta que este tipo de volantes, los que se conocen como yoke y no son un aro completo, es más que probable que se extiendan cada vez más. Incluso, también es probable que en un futuro no excesivamente lejano, el volante desparezca por completo con la conducción autónoma. Si bien, no obstante, también hay que tener clara una cuestión. Se trata de que no todos los volantes de tipo ‘yoke’ son iguales. Hasta ahora podemos decir que hay solo dos en el mercado. Este de Tesla, que ha sido el primero en llegar a España; y en unos meses también lo hará Lexus, con el modelo RZ, que también puede incorporar un volante sin aro superior.
En este sentido, si bien es cierto que Tesla ha golpeado primero, también hay que reconocer que no es el más innovador. Y decimos esto, porque conocemos también el volante que ofrece Lexus con el nuevo RZ, y este último es más tecnológico. En concreto, las diferencias que existen entre el volante de Tesla y el volante de Lexus, es que el de Tesla es un volante con un funcionamiento tradicional, con una columna de la dirección mecánica, que hace girar las ruedas aplicando cuando se gira el volante (tiene hasta tres vueltas completas).
Sin embargo, Lexus con su volante elimina la conexión mecánica y la columna de la dirección para sustituirla por una dirección por cable, completamente electrónica. De esta manera, el usuario solo podrá girar hasta un máximo de 150 grados el volante y sin necesidad de cruzar las manos (a diferencia del de Tesla).
Al volante del Tesla con el volante ‘yoke’
Una vez dentro del Tesla Model X Plaid con el volante yoke lo primero nos sorprende por el tamaño del volante, ya que es más grande de lo que pensábamos. Y también nos llama la atención el espacio libre que deja para poder ver el cuadro de instrumentos a la perfección.
Esto último, es importante, puesto que en algunos coches la visibilidad del cuadro queda reducida por el volante. Por tanto, podemos decir que Tesla en este sentido ha acertado totalmente.
En cuanto a la posición, también tenemos que reconocer que nos gusta y nos sentimos cómodos, ya que podemos conducir fácilmente con los codos apoyados en sendos reposabrazos. De hecho, nos da la sensación de que es un volante muy confortable para realizar trayectos largos sin que los brazos se nos cansen en exceso.
Comenzamos el recorrido de nuestra prueba saliendo del centro de Tesla de Fuenlabrada, en Madrid, y lo cierto es que iniciamos la marcha ya directamente en autovías y autopistas. Y en estas circunstancias tenemos que decir que este volante cortado es una delicia. Es muy suave, razonablemente directo y, sobre todo, con una buena ergonomía, manteniendo una posición en las tres menos cuarto de las agujas del reloj.
No obstante, si bien apreciamos que la posición al volante es buena; durante la marcha aparecen otros aspectos que ya no nos gustan tanto. Y aquí tenemos que señalar que cambia distribución de, prácticamente, todos los botones y palancas.
Por ejemplo, los primeros que nos llama la atención son los intermitentes. Tesla dice adiós a la tradicional palanca que indica el cambio de dirección y los sustituye por dos botones. Se trata de algo tan novedoso que requiere adaptación. En nuestro, caso que tuvimos el coche durante algo más de dos días, no conseguimos memorizar la posición de los mismos.
Y esto suponía que cada vez que queríamos accionar uno de los intermitentes teníamos que bajar la vista y mirar el volante. A nuestro juicio es algo que, quizás con mucha práctica y memoria, se pueda conseguir de forma innata. Pero mientras que eso ocurre, supone apartar la vista de la carretera justo cuando tienes que hacer la maniobra, lo que puede restar seguridad en la conducción.
Algo similar ocurre con la bocina. En un volante convencional tenemos interiorizado el hecho de apretar la parte central del volante para que suene. Y, sin embargo, Tesla ha cambiado esta acción por la de apretar un botón en la parte derecha del volante. Una vez más, es algo que costará interiorizar. También cambia la función de lo que Tesla denomina ‘Autopilot’, que son las ayudas a la conducción (no es una conducción autónoma como se suele pensar). Si bien antes era con palancas, ahora es con una doble pulsación en un botón.
Y por último, también es innovador la forma de seleccionar la marcha hacia adelante, marcha hacia atrás y punto muerto. En este sentido, hay que pulsar la pantalla y desplazar el dedo hacia arriba o hacia abajo en su parte izquierda, como si se desbloqueara el móvil.
Lo que menos nos gusta de este volante
Si hemos dicho que en autopista y autovía sí nos parecía interesante este volante, en ciudad cambia todo por completo. Sobre todo, en maniobras como circular en calles muy estrechas con giros y o cuando tenemos que aparcar el coche en un garaje.
En estas circunstancias, cuando hay que dar varias vueltas al volante, es entonces cuando lo solemos perder con facilidad y tenemos que preocuparnos por buscar cómo agarrarlo de nuevo. Sobre todo, ocurre aparcando; lo que puede llegar a resultar incómodo en varios momentos, dejando incluso la sensación de ser un volante difícil de controlar.
Al cabo de dos días, hemos de reconocer que hemos ido cogiendo el tranquillo al volante, pero incluso en los últimos minutos antes de devolverlo volvían de nuevo las dudas en una maniobra de aparcamiento.
Aceleración de montaña rusa
Una vez que tenemos claro que el volante tiene, a nuestro juicio, luces y sombras; llega el momento de probar la potencia de este modelo. Recordamos en este sentido que el coche que tenemos a nuestra disposición de prueba es el Tesla Model X Plaid.
Se trata de una nueva versión del Model X, un crossover o SUV de siete plazas y casi cinco metros de largo, que se caracteriza por ser uno de los coches más potentes a la venta en España (y en el mundo). Incluso podemos decir que es el más potente si dejamos de lado modelos fabricados casi de forma artesanal como los Koenigsegg o el Hispano Suiza. Por tanto, sí podemos decir que este Tesla Model X Plaid es el modelo de producción en serie más potente del mercado junto con el Tesla Model S Plaid.
Este Tesla Model X Plaid se caracteriza porque cuenta con un sistema de propulsión formado por tres motores. Estos tres motores, según Tesla, consiguen una potencia máxima de 1.020 CV, unas cifras astronómicas con una aceleración de 0 a 100 km/h en 2,6 segundos.
Pues bien, para comprobar la potencia nos dirigimos a un circuito cerrado donde allí dar plena rienda suelta al pedal derecho. Así que partimos desde parado, pisamos a fondo… y ¡voila! ¡qué sensación más fuerte!
Tenemos que reconocer que este Tesla Model X Plaid nos ha dejado con la boca abierta por sus prestaciones. La aceleración es brutal, no hay nada parecido a la venta. Lo que sentimos con el coche muy parecido a subirte en una montaña rusa de un parque de atracciones. Cuando se acelera a fondo, nuestro cuerpo se pega al asiento y notamos un escalofrío en el estómago que nos pone la piel de gallina.
En este sentido, también nos hubiera gustado probar alguna otra característica como la velocidad máxima, sin embargo, desde Tesla tiene limitada la velocidad a 140 km/h y, según nos dicen, no se puede quitar esta limitación.
¿Y el consumo? Pues bien, lo menos bueno de este Tesla Model X es que al final cuando sabes que tienes tanta potencia, lo que haces es continuamente buscar estas aceleraciones para tener algo de diversión. Y esto claramente repercutirá en el consumo. Si bien, hay que reconocer que la cifra que nos dio este Model X fue de cerca de 20 kWh de media; un dato más que razonable para un coche que supera las 2,5 toneladas y que tiene tanta potencia. Un consumo, por tanto, que nos permite realizar viajes de más de 500 kilómetros con una única carga.
Otros aspectos destacables
Por último, señalar otros aspectos destacables como la pantalla de 17 pulgadas central desde la que se maneja casi todo, el habitáculo espacioso con siete plazas, la pantalla trasera con muchas funcionalidades de entretenimiento, la carga rápida de hasta 250 kW, las llantas de 22 pulgadas de la unidad probada (de serie son de 20)…
En cuanto a los aspectos destacables, a nuestro juicio pensamos que es un coche que por sus dimensiones y el sistema de puertas que se abren como unas alas de gaviota le hace muy complicado para ciudades europeas.
Para empezar sus dimensiones hacen que sea un coche que no quepa en todas las plazas de garaje. Y para continuar las alas de gaviota impiden montar en las plazas traseras en muchos garajes por las columnas o los techos, que impedirán que se abran por completo. ¿Y el precio? Muy elevado, sin duda. Es lo que tiene ofrecer tanta tecnología, autonomía y potencia. Está a la venta desde 143.990 euros, cifra que aumentará si lo equipamos más.
En definitiva, un coche espectacular por su potencia y que adelanta cómo serán los volantes del futuro si bien todavía hay aspectos del mismo que pueden ser mejorados. Un viaje al futuro estando en el presente.
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