Sin noticias de Robert Kubica
Fue posiblemente uno de los pilotos más talentosos de la generación de los Kimi Räikkönen, Fernando Alonso o Felipe Massa. Robert Kubica peleó durante años por encontrar su hueco en la Fórmula 1 y demostró la entereza suficiente como para volver a nacer en el Gran Premio de Canadá, tras un brutal accidente en el que su casco estuvo muy cerca de impactar contra el muro, y ganarlo una temporada después. Sería su única victoria en la categoría reina de los circuitos, una buena demostración de la pasta de la que estaba hecho el primer polaco que llegó al Gran Circo.
Tras tres temporadas completas con Sauber, BMW decidía que su etapa en la Fórmula 1 había terminado y con ellos Robert Kubica que fichaba por Renault para una temporada 2010 en la que incluso tonteó con las victorias (un segundo y dos terceros puestos). Tras esa esperanzadora sesión, la noticia del paso atrás de Renault dejaba al equipo con la obligación de reinventarse. Seguían teniendo motores Renault, pero en los pontones del monoplaza aparecería el nombre de Lotus y obviamente el presupuesto se vería resentido al dejar de ser un equipo oficial.
No llegaríamos a ver a Kubica competir bajo los colores de Lotus. El seis de febrero de 2011, cuando competía en el Rally Cita di Andora al volante de un Skoda Fabia S2000, su vida y su carrera deportiva daban un vuelco. Tras el accidente, en el que un guardarraíl atravesaba el vano motor y le afectaba el brazo derecho, Robert tendría que afrontar una larga recuperación de dos años antes de volver a sentarse en un coche de competición. Se veía obligado a empezar de nuevo de cero, ya no podría llevar un monoplaza de Fórmula 1, algo por lo que había luchado desde sus inicios en el karting.
Tres temporadas en el WRC. *Campeón del Mundo:
Quién le iba a decir a Robert Kubica que en la disciplina en la que se proclamaría Campeón del Mundo sería en los rallies. Tras recuperar algo de ritmo en algunas citas sobre asfalto en Italia, su buena relación con Citroën lo llevó a competir en 2013 en la segunda categoría del WRC sentado en un Citroën DS3 RRC mantenido por el socio de confianza de la firma de los dos chevrones, PH Sport (el mismo preparador que actualmente mantiene los DS3 WRC del Abu Dhabi TOTAL WRT con los que Kris Meeke ha ganado dos rallyes en 2016).
Ganó, y de qué forma. En el WRC2 suele primar la regularidad sobre la velocidad. En un campeonato en el que los pilotos profesionales con menos presupuesto se entremezclan con gentleman drivers y con jóvenes promesas que siguen el camino lógico hacia un asiento en un World Rally Car, el terminar todos los rallies es un buen paso hacía el título. En el caso de Kubica, además de conseguir finalizar también los ganaba, consiguiendo el triunfo en el Acrópolis y Cerdeña, dos pruebas sobre tierra que en principio se alejaban de la que sería su superficie preferida, el asfalto, donde consiguió tres victorias en Alemania, Alsacia y España.
No le hizo falta ni siquiera competir en Gales (tampoco hubiera mejorado sus resultados), Kubica se coronaba por primera vez Campeón de un Mundial organizado por la FIA. No era la categoría absoluta, pero la limitación de movimiento en su codo y mano derecha hacía que tuviera incluso más valor ese título. Citroën Racing le recompensaba la confianza depositada en ellos (y la publicidad) dejándole uno de sus DS3 WRC en la siempre complicada campiña británica. No fue el debut al volante de un World Rally Car que el polaco hubiera deseado. El barro y la incesante lluvia dieron un duro recibimiento al ganador del WRC2 2013, una pequeña muestra de lo que le esperaba las dos siguientes temporadas.
Con Citroën centrándose en el Mundial de Turismos y reduciendo el presupuesto de su equipo en el WRC (la retirada gradual de Loeb ayudó a tomar esta decisión), Kubica se dejó llevar por los cantos de sirena de Malcolm Wilson y terminó compitiendo en 2014 con uno de los Ford Fiesta RS WRC con apoyo oficial de M-Sport. A la primera de cambio, en el mítico Monte-Carlo y sobre asfalto mojad, Robert dejaba una buena impronta de su calidad sumando sus dos primeros scratchs en la categoría absoluta. Parecía el principio de un cuento de hadas, sin embargo, su debut con el coche del ovalo terminaba prematuramente. La primera de muchas salidas de pista, salpicadas por muestras de rapidez (sumaría otros 12 scratchs entre las temporada 2014-15, especialmente sobre asfalto) y un sexto puesto en el Rally de Argentina como mejor resultado.
Llegaba el final de la campaña 2015 y Robert se veía obligado a replantearse su futuro. Para entonces su estado anímico y presupuestario (había comprado una unidad a M-Sport) se habían visto seriamente mermados por dos temporadas muy exigentes, algo que suele ocurrir para muchos equipos privados del Mundial de Rallies que ven cómo se agotan física y mentalmente tras pelearse en los tramos por conseguir resultados lejos de las victorias, y en los despachos por recabar los máximos apoyos posibles para un proyecto que no siempre goza de toda la visibilidad que debería por parte de los promotores.
Temporada 2016. Inicio y final en el mismo punto:
Finalmente decidió salir al Monte-Carlo del pasado mes de enero a ver qué sensaciones tenía. Sin presupuesto para correr más rallies el resto de temporada y con muy pocas opciones de realizar varias jornadas de test que le permitieran afrontar la cita monegasca con mayor confianza, un accidente nada más comenzar la prueba significaba un duro golpe para la moral de Robert, el cual recibía un nuevo revés con la caída de su patrocinador principal, la empresa petrolera polaca Lotos.
Precisamente Lotos había ofrecido a Kubica un programa en el Campeonato de Europa de Rallies en el que ya había competido dos años antes para prepararse de cara al WRC (consiguió una victoria en el Jänner Rally). La opción quedó descartada al considerarlo un paso atrás en su carrera, sin embargo, no ha habido muchas más noticias sobre el ex-piloto de Fórmula 1. Tan sólo alguna aparición esporádica animando a la selección de fútbol de su país durante la Eurocopa y la participación en alguna carrera de resistencia y de karting.
Se rumoreó que podría haber alguna posibilidad de verle de nuevo en acción en la segunda mitad del año, siendo el DTM (donde Mercedes-Benz ya ha dicho en más de una ocasión que tendrían un coche para él) o la Fórmula E algunos de los futuros más nombrados. Mientras que no parece muy por la labor de sentarse en un turismo, el segundo también ha sido descartado después de que en las listas de inscritos de la temporada 2016-17 no haya ni rastro de su nombre.
Ni rastro de un piloto que era considerado como un talento natural por sus coetáneos en el Gran Circo y que sigue sin poder ver una carrera de Fórmula 1 para no revivir unas sensaciones que difícilmente volverán. Algún día encontrará de nuevo un sitio que le llene, por ahora disputará una prueba de la Renault Sport Trophy con el R.S. 01 en el incomparable Spa-Francorchamps para volver a coger algo de ritmo, después ya veremos...